Campesinos
durante la conferencia organizada por Cesta |
Representantes de
comunidades salvadoreñas afectadas y amenazadas por la construcción de
represas hidroeléctricas se organizan para enfrentar la estrategia
“terrorista” del gobierno de ese país.
Según
afirman, el modelo energético de las represas hidroeléctricas “atenta”
contra la vida de los que “no pueden defenderse”.
La
organización ambientalista Cesta - Amigos de la Tierra El Salvador,
realizó hace algunos días una conferencia, en la que se expusieron
varios ejemplos de los daños que provocan las represas, principalmente
en comunidades campesinas.
Jacobo
Martínez, de la comunidad Carolina, en el departamento de San Miguel,
dijo que un proyecto hidroeléctrico que se construiría en esa región
constituye un “atropello” a muchas pequeñas comunidades.
Martínez
indicó que el gobierno salvadoreño planifica una “masacre” contra estas
localidades. “A eso le llamo terrorismo, porque nos quieren robar las
tierras. Hemos convocado a las autoridades para dialogar y nunca
vienen”, agregó Martínez.
Mauricio
Vanegas, de una comunidad afectada por la represa El Cimarrón, en el
Estado de Chalatenango, señaló que las políticas energéticas del
gobierno “profundizan” la grave crisis social que atraviesa el país.
“La lucha
por la tierra forma parte de la historia de El Salvador, y estos casos
no van a ser la excepción”, aseguró Vanegas.
Por su
parte, Juan Rojas, representante de las comunidades de Morazan,
afectadas por la represa El Tigre, dijo que en esa zona se realizaron
inversiones hidroeléctricas por 1500 millones de dólares.
Rojas
consideró que la población de Morazán, departamento fronterizo con
Honduras, estuvo vinculada en “muchas luchas” con las vecinas
comunidades hondureñas, y señaló que “ambos pueblos vienen de una
historia de guerra”.
“La lucha
contra la expropiación de recursos también vinculará nuestros destinos
hermanos. Hay una consigna que utilizamos: Aquí nacimos, aquí vivimos y
aquí nos vamos a morir”, enfatizó Rojas.
Estas
comunidades salvadoreñas programaron para el 18, 19 y 20 de agosto, un
encuentro en Carolina, en donde se definirá una “estrategia de lucha”
común.
Anotonio
Confesor, un religioso de la comunidad de San Antonio del Mosco, que se
ve amenazada por la presa El Chaparral, entre otras, sostuvo que en los
cinco municipios ubicados en esa región se verán afectadas unas 100 mil
personas.
Confesor
dijo que en la “lucha de estas comunidades”, pertenecientes al estado de
San Miguel, participa también el “monseñor Orlando Cabrera”, quien
trabajó muy de cerca con el mítico Monseñor Romero.
“Monseñor
Cabrera había advertido ya hace algunos años que terminaríamos
recogiendo cadáveres con las inundaciones”, presagió.
Radio
Mundo Real
14 de
agosto de 2006