El Premio Nobel de Literatura 1998, el portugués José
Saramago, considera que la democracia "no cumple con su
obligación y se somete al poder económico", idea que perfila
en su última novela, "Ensayo sobre la lucidez"
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EFE |
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"Nadie se da cuenta de que la democracia está determinada
por el Fondo Monetario Internacional, por el lucro y por un
poder económico que nadie hemos podido elegir, y esto es la
contradicción, porque entonces los políticos se convierten
en intermediarios entre el poder económico y los
ciudadanos", dijo Saramago al presentar su obra en Madrid.
Por ello, el autor de "El año de la muerte de Ricardo Reis"
hizo ante los periodistas una llamada de atención para que
"se vigile la democracia".
En "Ensayo sobre la lucidez" Saramago sitúa, en un lugar que
podría ser cualquier ciudad del mundo, a unas personas que,
para castigar a sus representantes, votan en un 83 por
ciento en blanco, lo que representa una especie de
revolución silenciosa de la gente, que, en su opinión, es la
única que puede cambiar el mundo.
La publicación de "Ensayo sobre la lucidez" ha causado gran
revuelo en Portugal, donde, como hoy recordó Saramago, la
mayoría de la prensa, "excepto dos críticas que han sido
objetivas", ha dicho que el escritor "quería destruir la
democracia, o que la obra era "una aberración política".
Saramago lo desmintió con rotundidad: "El voto en blanco es
totalmente democrático, pero eso a los partidos y a los
políticos les da pánico porque prefieren la abstención al
voto en blanco".
El escritor es conciente de que con este libro se van a
tambalear muchas cosas, como ocurrió en su día en el terreno
religioso con "El Evangelio según Jesucristo".
"Si en lugar del 1 por ciento el voto en blanco fuera del 30
por ciento, el sistema se tambalearía, y, en cambio, cuando
la abstención llega al 30 por ciento la clase política no se
preocupa", subrayó el autor para matizar que en su país,
"con millones de habitantes, no puede decirse que la
democracia funcione, cuando hay dos millones de pobres y
medio millón de parados".
Explicó que ha elegido la ficción para explicar sus ideas
porque "hoy la novela ha dejado de ser un género literario
para convertirse en un espacio literario en el que cabe la
filosofía, el ensayo, la ciencia, todo, como el mar a donde
van a dar todos los ríos", dijo.