Sebastián Piñera

y la derecha chilena

 

En Chile, después del terremoto del 27 de febrero de 2009, la peor tragedia natural vivida por ese país desde 1960, y al final del mandato de Michelle Bachelet, asumió el gobierno Sebastián Piñera, candidato de la “coalición para el cambio”,

 el partido de la derecha.

 

El nuevo Presidente posee una de las mayores fortunas del mundo, lo que parecería asegurar que no impulsaría cambios importantes.

 

Ha anunciado, sin embargo, un plan “de reconstrucción”. Pero la composición de su gobierno –según el periodista Víctor Hugo de la Fuente- ha suscitado críticas, por su carácter marcadamente ultraliberal, y por incluir a personajes implicados en la represión durante la dictadura del general Augusto Pinochet.

 

Aunque la política neoliberal está respaldada por las transnacionales, pilares del régimen, Sebastián Piñera afirma con total frescura que siempre se ha contado entre “quienes quieren cambiar al mundo” (textual). Y amplía: “Siempre he visto a mi alrededor demasiadas cosas que andan mal y nunca he dejado de ver múltiples oportunidades para mejorarlas”.

 

Teórico y Ministro de la tiranía de Pinochet, en su libro “El cascabel al gato” afirma: “Creo firmemente en la democracia como forma de gobierno”.

 

Aunque el golpe militar provocó decenas de miles de muertos Piñera sostiene que “no fueron los militares quienes derribaron la democracia, que terminó aplastada por su dinámica autodestructiva”, y afirma, coincidiendo con Frei Montalvo, que “la democracia chilena se murió por dentro”.

 

Piñera sostiene que el tema de la previsión social le interesaba, pero ocupaba el segundo lugar en su agenda como Ministro de Trabajo. La primera, afirmó, era para el “boicot del sindicalismo internacional” y para “dar al país una legislación sindical compatible con la economía de mercado”.

 

El proyecto de Piñera fue planteado por Pinochet a consideración de los militares. Como al final de un remate, Pinochet preguntó: ¿Aprobado? ¿Nadie se opone? Aprobado, entonces”.

 

Piñera volvió al Ministerio a festejar la aprobación de la “nueva previsión” con su equipo. Satisfecho y muy cansado, encendió la televisión y al enterarse de que Ronald Reagan había triunfado ampliamente sobre Jimmy Carter festejó lo que considero “una nueva era” y reflexionó: “Ahora vamos a sentirnos menos solos”. Por encima de fronteras, la internacional de las derechas es una realidad.

 

La ideología que irrumpió en Chile con el golpe militar, explica Juan Gabriel Valdez en su estudio sobre “La escuela de Chicago; Operación Chile”, marcó una aventura ideológica, la mas extrema que registro el siglo XX. El “modelo de Chicago”, como se consideró a esa corriente ideológica, intentó imponer, desde un Estado militarizado y autoritario, una filosofía individualista cuyo principal objetivo era el mercado libre.

 

Esa ideología fue el patrimonio de un grupo de economistas que tenían como identidad común haberse formado en la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago desde 1956 en adelante. Sus orígenes se encuentran en una transferencia ideológica sistemática realizada desde Estados Unidos hacia Chile.

 

En el lapso de 17 años se produjo el pasaje de un grupo de economistas desde la oscuridad del trabajo académico a la aplicación totalizante y autoritaria de una doctrina respaldada por un Estado militar.

 

Desde fines de 1972 algunos altos oficiales de la Marina habían establecido contacto con un grupo de economistas de oposición que trabajaban secretamente preparando un plan alternativo de gobierno. El plan estaba listo para el día del golpe militar y había sido distribuido a los oficiales de las tres armas de las Fuerzas Armadas que ocuparon oficialmente cargas en el gobierno.

 

En un intento de contar con reconocimiento internacional, las nuevas autoridades optaron inicialmente por personas que consideraban de mayor prestigio. Entre los primeros que fueron contactados se encontraba, entre otros, Sergio Molina, Ministro de Finanzas durante la administración de Eduardo Frei.

 

Pero pronto comenzaron a disminuir las conexiones con personalidades de la Democracia Cristiana, que se cortaron cuando esa fuerza condicionó su participación al cumplimiento de ciertas condiciones políticas.

 

El corte se profundizó cuando quedó claro que el régimen militar había optado por un plan político acorde con las aspiraciones de los sectores más radicales de la derecha.

 

Sebastian Piñera fue figura principal de los golpistas, aunque ahora figure como un gobernante más de la “Patria Latinoamericana”.

 

 

En Montevideo, Guillermo Chifflet

Rel-UITA

28 de mayo de 2010

 

 

 

 

 Foto: lostiempos.com

Volver a Portada

 

 

   UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel. (598 2) 900 7473 -  902 1048 -  Fax 903 0905