¿Está
más seguro el mundo
sin Sadam Husein? |
Cada vez más la
manipulación mediática nos acostumbra a aceptar falacias
como verdades reveladas. "El mundo es hoy un lugar más
seguro con Sadam Husein en la cárcel", declaró el presidente
de Estados Unidos, George Bush, a los reporteros de la Casa
Blanca una vez dadas por terminadas las acciones bélicas
ofensivas en Irak y detenido el ex dictador. ¿Cómo nos
quieren hacer creer esa patraña?
Los motivos presentados por el gobierno de la potencia
imperial en tanto justificación de la agresión (la tenencia
de armas de destrucción masiva por parte del gobierno
iraquí) siempre fueron inconsistentes, y a la luz del
reciente informe de la CIA dirigido por el inspector Charles
Duelfer se tornan, digámoslo sin ambages, delictivos. Todo
lo que enumera el referido informe, sin excepción, se
encontraba ya en la comunicación final de la primera
comisión de inspección de armas de la ONU (UNSCOM), de enero
de 1999, a cargo del sueco Hans Blix. Como editorializó el
Tageszeitung de Berlín: "El informe de Duelfer representa
una plena rehabilitación y confirmación para Hans Blix. Si
los hechos y no la propaganda determinaran la política, el
informe Duelfer debería inducir a los parlamentos de
Washington y Londres a emprender un proceso de destitución
contra Bush y Blair. Y Blix debería recibir hoy el Premio
Nobel de la Paz en Estocolmo".
Hoy día está más que claro que las razones esgrimidas un año
y medio atrás para invadir Irak fueron burdas maniobras
justificatorias; dicho en otros términos: se fabricó una
mentira, se la divulgó universalmente y se la hizo pasar por
verdad revelada. "No tenemos otra ambición en Irak más que
eliminar una amenaza y darle el control del país a su propio
pueblo", dijo el mandatario estadounidense el 19 de marzo de
2003. Del petróleo (segunda reserva mundial), de las fuentes
hídricas, del enclave militar geoestratégico, del negocio de
la reconstrucción -la nueva modalidad del capital
imperialista: destruir un país para luego rehacerlo,
cobrando por supuesto-, de todo esto no se mencionó ni una
palabra.
Tal fue la fuerza del engaño que todavía hoy, instalado el
"terrorismo internacional" como nuevo demonio que puede
justificar todo, el presidente Bush tiene aún el descaro de
decir que llevaba la "razón al emprender acciones" para
derrocar a Sadam Husein, puesto que "era una amenaza
singular, una amenaza que teníamos que enfrentar". Cuando
las presiones comenzaron a hacerse demasiado fuertes y
Washington no daba pruebas de las pregonadas armas, la
estrategia se dirigió hacia chivos expiatorios: los informes
que motivaron la guerra habían sido fallas en los servicios
de inteligencia.
¿Está más seguro hoy el mundo libre de ese autócrata que fue
Husein? Está tan mal formulada así la pregunta que ni
siquiera merece ser respondida. ¿Acaso la seguridad mundial
depende de una persona? ¿Se trata, como en una película de
Hollywood, de algún malvado siniestro que nos pone en
peligro a todos y del que hay que defenderse? Si así fuera,
¿no estaría entonces el mundo más fuera de peligro sin
George W. Bush en la Casa Blanca?
En todo caso, en esta nueva lógica de guerra preventiva y
perpetua con que el imperio intenta fijar la dirección del
siglo XXI -un "nuevo siglo americano", según pretenden los
sectores más recalcitrantes de la oligarquía
estadounidense-, la hiper militarización por donde
Washington nos pretende hacer caminar a toda la humanidad es
la más peligrosa apuesta que podamos concebir. Al demonio
del "terrorismo" se le responde con la fuerza bruta; y ahí
están los fabricantes de armas -el más pujante negocio del
american way of life- listos para ofrecerlas donde sea.
En este nuevo mundo post 11/9, ya sin Sadam Husein, los
golpes terroristas se suceden por doquier; la guerra
antiterrorista de Bush ha traído más y más terrorismo.
Curioso, ¿verdad? ¿Reacción espontánea de poblaciones
desesperadas? ¿Se necesitan y son recíprocamente funcionales
un polo y otro? ¿De dónde salió entonces la barrabasada que
estamos más seguros ahora con el ex presidente iraquí tras
las rejas?
De lo que sí podemos estar ciertos y convencidos es que el
mundo estará más seguro sin Bush en la presidencia; ojalá lo
recuerden los votantes estadounidenses el próximo 2 de
noviembre.
Marcelo Colussi
Convenio La Insignia / Rel-UITA.
14 de octubre del 2004.
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