Con Siderlei Silva de Oliveira
“Uno siente el alma desgarrada” |
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Es
presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de
la Alimentación (CONTAC), una estructura orgánica de la CUT.
Además, es un connotado militante del PT desde su fundación.
Con él damos inicio a una serie de entrevistas seleccionando
entre nuestras afiliadas en Brasil, a los dirigentes
sindicales identificados con el partido.
-¿Recuerdas los tiempos de la fundación del partido?
-Claro que sí. Recuerdo su semilla, el “Grupo 113”, creado
en época de la dictadura militar, llamado así pues eran
siempre 113 personas que actuaban juntas produciendo
artículos en contra de la dictadura y exigiendo democracia.
Luego se fueron acercando al grupo personas allegadas al
movimiento sindical y popular, estudiantes, intelectuales, y
en esa sumatoria de voluntades y con mucha garra se fue
construyendo el PT. En aquel entonces entendimos que había
que profundizar el trabajo social y al mismo tiempo
participar en política de forma activa con la finalidad de
influir en la transformación y democratización de nuestro
país.
-¿Desde esa época has acompañado al partido hasta llegar al
gobierno nacional?
-Puedo decir que soy un militante destacado del PT y no sólo
por mi tamaño y color, junto a mi familia hemos estado en
las principales movilizaciones y en muchas campañas
electorales nacionales y estaduales. Hubo un período,
alrededor de tres años, en el que estuve alejado del
partido. En plena dictadura militar, con un grupo importante
de compañeros decidimos refundar el Partido Socialista
Brasilero.
-Abrazaron esa idea compañeros muy queridos y comprometidos
en la lucha contra la dictadura militar.
-Sebastián Pinheiro, Mario Provensi, Jair Krischke, Luiz
Burmeister, Petraco, muchos, es cierto. El Partido
Socialista de Uruguay y la propia UITA contribuyeron con la
presencia en Porto Alegre de destacados dirigentes políticos
y sindicales de la región. Lastimosamente el partido luego
fue asaltado por intelectuales de centro derecha
produciéndose una retirada general
y yo volví al PT.
-En los 80 fuiste candidato a diputado estadual por el PT.
-Y los votos no alcanzaron. Fue una experiencia que tiene un
saldo positivo. Toda la familia, compañeras y compañeros de
los sindicatos trabajando para la campaña. Mucho entusiasmo
y muy poco dinero. Entre las anécdotas, no olvidaré una
tarde cuando entrando a la ciudad de Itaquí la gente nos
saludaba de manera efusiva. “Aquí si nos conocen”, le
comenté al compañero que me acompañaba. Pero no era eso, la
gente gesticulaba y gritaba porque veníamos perdiendo cosas
desde el portamaletas del auto (risas). Mucha gente militó
de una manera fantástica en cada rincón del país brindándose
por entero al PT.
-¿Cómo vives la situación que hoy atraviesa el PT?
-En primer lugar, no es extraño que la corrupción salpique a
la clase política brasilera, no es un tema nuevo. Lo que
sucede ahora es que el PT había prometido ser distinto,
honesto, y ha caído en lo mismo. Indigna ver que un pequeño
grupo dentro del partido haya convertido nuestras esperanzas
y nuestros sueños en pesadillas. Es necesario que esa gente
pague por lo que hizo. Pero no sólo se debe juzgar a los
actuales señores de la corrupción, esto tiene una larga
historia.
-Es que el sistema es corrupto…
-La compra de votos, el dinero de por medio en el diseño de
alianzas electorales hace parte del sistema desde siempre.
Por eso también es necesario investigar lo sucedido en otras
administraciones políticas.
Pero hoy queremos saber algunas cosas. El PT, un abanderado
en favor del medio ambiente, contrario tanto a los
transgénicos como a la hegemonía de las multinacionales,
promovió sin embargo la ley que permitió la liberación de
las semillas transgénicas. ¿Cuánto se pagó por ese cambio?
¿Por qué una ministra como Marina Silva tuvo que callarse y
renunciar a sus convicciones para obedecer una política
partidaria pagada por los corruptos?
-¿Por qué se demora tanto en apartar del partido a esa
camarilla?
-En primer lugar, la dirección del partido está envuelta,
consciente o inconscientemente, porque ella tenía el deber
de saber lo que estaba pasando. Durante la campaña electoral
llamaban la atención los desplazamientos y actos que
realizaban muchos diputados del PT. ¿De dónde venía todo ese
dinero? Pero nadie dijo nada. Es por eso que todos los
dirigentes se sienten también responsables de dejar que la
cosa siguiera adelante. Pero es hora de dejar las culpas y
actuar. Toda la dirección, no sólo los públicamente
implicados, debe ser removida. Se debe hacer una limpieza
general y refundar el partido con aquellos que demuestren
estar absolutamente afuera de esta dinámica corrupta y
delictiva.
-¿Duele este momento?
-Mucho. Uno siente el alma desgarrada. Todo nuestro trabajo,
tanto esfuerzo, los riesgos que implicaron las primeras
campañas electorales; el trabajo de organización
clandestina; la magia de las movilizaciones, la juventud
sonriente, todo eso se ha ido a pique. Hoy hay que refundar
al partido.
En
Porto Alegre, Gerardo Iglesias
© Rel-UITA
16 de agosto de 2005
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