-¿Cómo se desarrolló la
votación, teniendo en cuenta los innumerables actos de violencia que la
antecedieron?
-No fue diferente a elecciones anteriores, salvo en algunas
localidades del interior donde se manifestó el descontento por los
resultados. Además, cabe señalar que la violencia en Guatemala es
algo bastante corriente.
-¿Qué impresión te dejó
el resultado de las elecciones?
-Esperábamos una mayor participación de los votos de la
izquierda. Lamentablemente no fue así, y los candidatos que pasaron a la
segunda vuelta fueron los que tenían más para invertir en propaganda: el
ingeniero socialdemócrata Álvaro Colom y el general retirado, de
derecha, Pérez Molina. Este último fue uno de los firmantes de
los Acuerdos de Paz de 1996, hecho que utilizó como eslogan principal de
su campaña para estas elecciones.
-¿Los candidatos ya
comenzaron a crear alianzas?
-Aún no están definidas, ya que el partido que salió tercero,
que es el del actual gobierno (GANA), no apoya a ninguno de los
dos candidatos. Pero se espera que los partidos de izquierda apoyen a la
UNE de Álvaro Colom, quien ha obtenido la mayoría de los
sufragios principalmente en el interior, no así en la capital donde hace
años que gobierna la derecha.
-¿Qué dicen los sondeos
de opinión para la segunda vuelta?
-Existe un total hermetismo respecto a eso, pues los medios
de comunicación, que juegan un papel fundamental, han manipulado a su
antojo este tipo de información para la primera vuelta y ahora no se
dice nada sobre el balotage. Pero Colom ha logrado la mayoría de
las alcaldías y corre con ventaja para la segunda vuelta, aunque los
votos de la capital podrían desequilibrar esa ventaja si el GANA
apoya a Pérez Molina.
-¿Qué expectativas
tiene el movimiento sindical de Guatemala con respecto a la segunda
vuelta que se realizará en noviembre?
-Entre los candidatos que disputarán la segunda vuelta el
“menos peor” -como decimos acá- es Álvaro Colom, con quien hemos
tenido un acercamiento previo a esta primera instancia. Entonces quedó
establecido el compromiso por su parte (si llega al gobierno), de hacer
cumplir las leyes laborales del país y apoyar a los trabajadores y
trabajadoras de Guatemala. Por otra parte, esto no nos garantiza
que así será, lo que hemos logrado como movimiento sindical ha sido a
través de la lucha constante, tanto nacional como internacional.