La periodista Marcela Gereda, columnista
habitual en varias publicaciones guatemaltecas y del exterior, publicó el pasado
19 de mayo en el blog elperiodico.com.gt una crónica costumbrista en la que
observaba con ojo crítico -y autocrítico- los hábitos de consumo de una parte de
la sociedad guatemalteca, especialmente de un sector de la juventud, hipnotizada
por fórmulas masificantes y alienantes, en este caso la cadena de comidas
rápidas estadounidense Hooters.
La publicación habilita los comentarios de lectores y
lectoras, y estos son incluidos debajo de cada artículo a medida que van
llegando a la redacción. El 20 de mayo muchos pudieron leer en ese espacio un
repudiable mensaje enviado por Mario René Galicia de León amenazando de
muerte a la periodista: “Con tres plomazos en la cabeza se acaba todo el
problema. Muerto el chucho, se acaba la rabia”.
Otros comentarios amenazantes similares provenientes de esta
misma persona han sido relevados con anterioridad hacia otros periodistas y
columnistas y en otras publicaciones.
Esta amenaza a Marcela Gereda no está motivada
únicamente en su reciente artículo, sino muy posiblemente en muchos otros en los
cuales analizó y criticó al neoliberalismo económico y político que ha
practicado desde hace décadas la oligarquía guatemalteca, sometiendo al pueblo a
vivir en condiciones de extrema pobreza y de enorme inseguridad.
El clima de violencia y miedo que conmueve a la sociedad en
Guatemala se parece demasiado a una nueva expresión del terrorismo de
Estado, escudado tras el auge de una delincuencia organizada, y posiblemente
tolerada.
El nuevo gobierno del presidente Álvaro Colom ha
tenido gestos que alientan la esperanza de un cambio a favor de los intereses de
las mayorías, y por eso venimos a reclamarle que inicie una investigación seria,
profunda y que vaya hasta las últimas consecuencias para establecer el origen de
la amenaza y se castigue al o los responsables.
La libertad de expresión es un derecho humano básico, y no
debe ser admitido bajo ninguna circunstancia que su ejercicio signifique poner
en riesgo la vida. La amenaza contra Marcela Gereda es también contra
todos aquellos que desafían el miedo, es un mensaje de intimidación dirigido a
toda la sociedad guatemalteca, a todos los que desafían el statu quo, esto es,
los privilegios de unos pocos que han tomado de rehén a todo un pueblo.
La UITA, junto a sus 370 organizaciones afiliadas en
120 países, rechaza categóricamente esta amenaza, como también las que reciben
nuestros compañeros y compañeras sindicalistas quienes, inclusive, en demasiadas
ocasiones han pagado con sus vidas el derecho a organizarse y defender sus
intereses como trabajadores y trabajadoras en Guatemala.
Confiamos en que la mayoría de la sociedad civil guatemalteca
podrá hacer cada vez más visible su prédica pacífica y pacificadora, con respeto
por la diversidad de ideas, opiniones y creencias. Pero con la misma convicción
reafirmamos que ello no será posible sin un compromiso férreo y tangible de las
instituciones en custodia y defensa de los derechos ciudadanos, y en la
represión, con base en el ordenamiento jurídico vigente, de los terrorismos,
sean ellos verbales o de cualquier otra naturaleza.
Expresamos nuestra más completa y decidida solidaridad con
Marcela Gereda, y el compromiso de mantenernos alerta en el seguimiento de
este caso.
¡Basta de
violencia en Guatemala!