Este
tipo de estructuras se encuentran enquistadas dentro de las diferentes
esferas estatales y en la actualidad -que estamos viviendo un proceso
electoral- la situación de violencia e inseguridad se ha agudizado. 36
dirigentes políticos han sufrido alguna forma de violencia, nueve de
ellos han muerto como consecuencia de actos delictivos.
No
podemos atrevernos a señalar que alguna fuerza política en particular
está sufriendo persecución, porque han sido todos los partidos, los que
en igualdad de condiciones han sufrido este tipo de fenómeno y todos han
recibido igual respuesta de parte de las autoridades de gobierno,
respuesta que se traduce en pasividad, falta de voluntad e incapacidad
para investigar o sentar precedentes en contra de los culpables.
Durante este periodo, ha sido claro que se ha retornado a prácticas del
pasado, que involucran al Estado como responsable de abusos y
violaciones a los derechos humanos. Lo que ha cambiado en la actualidad
es que la violencia se dirige hacia otro tipo de personas, la violencia
política se ha transformado en “limpieza social”, que consiste en
agredir físicamente, incluso con la muerte a quienes están al margen de
la ley, en pequeñas bandas de delincuentes.
Los
culpables de este tipo de nueva violencia son los mismos que en el
pasado reciente violaron los derechos humanos, no se les pudo castigar
en el pasado y difícilmente se les castigará en la actualidad.
Guatemala
debe salir de este pantano que impide que nos desarrollemos como país,
no podemos seguir permitiendo que este tipo de sectores se infiltren en
instituciones que debieran de ser las garantes del cumplimiento de la
ley, como el congreso de la República, donde evidentemente diputados
están involucrados con la mafia, se ha hecho muchos señalamientos, sin
embargo hasta ahora ningún caso ha sido investigado.
Como
consecuencia de este tipo de hechos, recientemente se obstaculizó la
aprobación de la CICIG, se ha señalado a varios diputados, pero
lamentablemente hasta ahora ninguna investigación penal ha sido iniciada
y los involucrados siguen en libertad y gozando de poder.
Lamentablemente para Guatemala y para los guatemaltecos, somos el
país de la impunidad, en donde se hacen acusaciones, señalamientos
incluso contra candidatos presidenciales y nadie investiga ni dice nada.
GAM
Grupo de Apoyo Mutuo
1 de agosto de 2007 |
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