Las declaraciones de un diplomático
norteamericano a la cadena Al Yasira
coinciden con un cambio de actitud de la
Administración Bush con ese país
Durante una entrevista con la televisión
árabe Al Yasira, un diplomático
estadounidense quiso poner de manifiesto
la «arrogancia» y «estupidez» de la
Administración Bush, que ha cometido
«numerosos errores en su política
internacional en lo que a Irak se
refiere. Estas polémicas declaraciones
se producen en un momento en que Estados
Unidos prepara un borrador para
establecer un calendario que otorgue
mayor protagonismo al Gobierno iraquí a
la hora de lidiar con el azote de
violencia en la zona.
Alberto Fernández, director de la
diplomacia pública estadounidense en la
Oficina para Oriente Próximo, quiso
dejar claro que EE UU ha tratado de
hacer lo mejor posible en la zona «pero
creo que aún así existe un amplio
espacio para las críticas. Está claro
que ha demostrado mucha arrogancia y
cierta estupidez en Irak».
Pese a estas sorprendentes
declaraciones, Fernández aseguró que su
país «debería mostrarse más humilde» ya
que es consciente de «todos los errores
que ha cometido en su política exterior»
desde que comenzó la guerra en marzo de
2003.
Por supuesto, las reacciones a estas
controvertidas palabras no se hicieron
esperar. Desde Moscú, el portavoz del
Departamento de Estado, Sean McCormack,
no dudó en afirmar en que las
declaraciones de Fernández habían sido
sacadas de contexto.
Ante el aumento de las críticas y el
descontento de la opinión pública, Irak
se ha convertido en un lastre para los
republicanos que se preparan para las
elecciones legislativas del 7 de
noviembre con datos que auguran un
triunfo demócrata.
En medio de esta polémica, 'The New York
Times' publicó ayer que EE UU prepara un
borrador de una agenda que traspase un
mayor control al actual Gobierno iraquí.
Al parecer este plan deberá ser
entregado al primer ministro, Nuri Kamal
al-Maliki, antes de finales de año para
hacerse efectivo a lo largo de 2007.
Cambio estratégico
Según las fuentes citadas por el
rotativo, ésta sería la primera vez que
EE UU obligaría a Bagdad a aceptar una
estrategia con límites temporales, que
llevaría al Ejecutivo iraquí a fomentar
el desarme de las milicias y lidiar de
una vez por todas con problemas en otros
sectores como el político, económico y
militar en la zona.
Esta agenda no implicaría una salida
inminente del Ejército estadounidense,
aunque sí sería una evidencia del cambio
estratégico que la Administración Bush
planea para el país árabe. Además, EE UU
podría considerar imponer sanciones si
Bagdad no demuestra el suficiente
interés en alcanzar algunos de los
objetivos más importantes del proyecto.
Hasta el momento, el Gobierno
estadounidense ha evitado fijar algún
tipo de fechas, condiciones o amenazas
al Ejecutivo iraquí, ya que ha insistido
en numerosas ocasiones que lo que suceda
sobre el terreno sería lo que
determinaría cuándo Irak estará
preparado para sobrevivir por sí mismo y
cuándo las tropas estadounidenses
comenzarían a replegarse.
En un comunicado emitido por la Casa
Blanca, se aseguraba que «en los últimos
meses hemos estado coordinando con los
iraquíes una serie de medidas que pueden
tomar para asumir un mayor control de su
país y formar la base de una nación
compacta».
José Luis de Haro
23 de octubre de 2006
Imágen:
diskussionsforen.ch/images/Irak