Estado Unidos

 

Familias enteras toman las calles de Washington para exigir reforma 

Madres con bebés en brazos, religiosos, jornaleros aún uniformados, estudiantes y sindicalistas se sumaron ayer a más de 150.000 manifestantes en Washington -y a centenares de miles en todo Estados Unidos- para exigir una reforma migratoria integral.

Ciudad de Washington                     EFE

 

 

 

La protesta, realizada en el área conocida como el "Mall" -un paseo de casi cuatro kilómetros de longitud, entre el Capitolio y el monumento a George Washington-, formó parte del "Día de Acción Nacional de Justicia para los Inmigrantes", en más de un centenar de ciudades en todo el país.

 

Se trata de la mayor movilización de la comunidad inmigrante en la historia reciente de Estados Unidos, y ya ha sido comparada por el senador demócrata Edward Kennedy con la que encabezó por los derechos civiles el fallecido líder afro-americano Martin Luther King Jr., en la década de los años sesenta.

 

Sólo que, en esta ocasión, las calles de Washington, y de las principales urbes de Estados Unidos, estuvieron colmadas, en su mayoría, por inmigrantes hispanos, que conforman la minoría más grande del país y que el propio presidente George Bush (padre) llamó afectuosamente "morenitos".

 

Desde una tarima, el senador Kennedy, que junto al republicano John McCain impulsa un plan de reforma migratoria, se dirigió al mar de pancartas y banderas:

 

"Gracias por demandar justicia para todos los inmigrantes", dijo Kennedy, a lo que los manifestantes, algunos de los cuales portaban imágenes de la Virgen de Guadalupe, respondieron coreando "USA, USA", "El pueblo unido jamás será vencido!", y "Sí se puede!".

 

En ciudades como Nueva York, Phoenix (Arizona) y Los Ángeles (California), los manifestantes, de todas las edades, gritaban no a la "criminalización" de los indocumentados y sí a su legalización.

 

"Somos legales pero hemos venido desde Frederick (Maryland) para apoyar el pedido de justicia para los inmigrantes", dijo Juan López, un inmigrante salvadoreño que llegó con su familia a la protesta capitalina.

 

Por su parte, el sacerdote católico Eugenio Hoyos se mostró complacido del apoyo palpable hacia los inmigrantes porque "de este país no nos sacan, no nos movemos, porque somos una fuerza que hemos demostrado que unidos podemos salir adelante".

 

Con consignas como "Bush, escucha, el pueblo está en la lucha" y "Ningún ser humano es ilegal", los manifestantes denunciaron el proyecto de ley del republicano James Sensenbrenner, aprobado por la Cámara de Representantes el pasado 16 de diciembre.

 

Esa medida, que para convertirse en ley tiene que ser armonizada con la que eventualmente apruebe el Senado, criminaliza a los indocumentados y castiga a quien les brinde ayuda.

Ciudad de Los Ángeles                                             EFE

 

En Nueva York, la senadora Hillary Clinton recordó que los hispanos -que suman más de 40 millones de personas- son el rostro más visible de quienes cuidan a niños y ancianos, desempeñan labores agrícolas o trabajan en hoteles, restaurantes y diversas obras de construcción en todo el país.

 

Mientras, en Phoenix (Arizona), la mexicana Martha Ruiz figuró entre las más de 200.000 personas que marcharon para exigir la regula-rización de sus conciudadanos.

 

"Estoy cansada de que digan que somos unos parásitos que vivimos de los programas de asistencia pública", dijo Ruiz, al refutar los argumentos de grupos conservadores de que los inmigrantes saturan las escuelas y hospitales, no pagan impuestos y desplazan a los trabajadores estadounidenses.

 

Las protestas, algunas de las cuales comenzaron el domingo en varias ciudades del suroeste, se produjeron mientras el Senado de Estados Unidos inició un receso de dos semanas sin lograr un acuerdo para la legalización de unos doce millones de inmigrantes clandestinos.

 

Las coloridas protestas, captadas por los principales medios de comunicación anglosajones, parecen hacer mella ante la opinión pública nacional.

 

Una encuesta del diario "The Washington Post" y la cadena televisiva ABC, divulgada ayer,  indicó que el 63 por ciento de los estadounidenses favorece alguna vía para la legalización de los inmigrantes "sin papeles".

 

El Congreso reanudará sus sesiones el próximo 24 de abril y se prevé que la verdadera batalla por la reforma migratoria ocurrirá durante el proceso de armonización de las medidas aprobadas por ambas cámaras.

 

María Peña

EFE

11 de abril de 2006

 

 

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