Uruguay

El acoso sexual en el trabajo

Por fin sancionado

 

Uruguay se convirtió esta semana en uno de los pocos países latinoamericanos que penalizan el acoso sexual en el ámbito laboral y educativo, público o privado.

Margarita Percovich

 María Narducci

 

El proyecto, aprobado de manera definitiva el martes 18 en el parlamento luego de dos años de haber sido presentado, identifica bajo esa figura "todo comportamiento de naturaleza sexual, realizado por persona de igual o distinto sexo, no deseado por la persona a que va dirigido y cuyo rechazo le produzca o amenace a producirle un perjuicio en su situación laboral o de relación docente".

 

El acoso sexual constituye un “abuso de poder” y "una lesión a los derechos fundamentales de trabajadores y trabajadoras: el derecho a la no discriminación y el derecho a la intimidad, relacionado con el derecho a la dignidad, el derecho a la seguridad y a la salud en el trabajo, el derecho a la libertad sexual y el derecho a trabajar en un ambiente libre de violencia”. Genera asimismo "profundas distorsiones en la salud física y mental" de sus víctimas, señala igualmente la ley, promovida por los ministerios de Trabajo, Educación y Cultura y Desarrollo Social.

 

El texto prevé sanciones tanto para quien cometiera el acto como, para la empresa en el que se produjo, bajo determinadas circunstancias, contempla asimismo distintos niveles de indemnizaciones para la víctima y castiga al igual “la promesa o la amenaza, implícita o explícita” de una mejoría de la situación actual del acosado a cambio de un “favor sexual”.

 

En el caso de los trabajadores/ras, las indemnizaciones que recibirán de comprobarse que sufrieron acoso van de seis a doce salarios, y en el de estudiantes se fijarán en función de la remuneraciones percibidas por el docente acosador.

 

Los responsables de la agresión podrán ser trasladados, suspendidos y hasta despedidos, en tanto los propietarios de la empresa o los directivos del centro de estudios podrán ser condenados a resarcir a la víctima si estuvieran al tanto de la situación y no la hubieran denunciado o solucionado.

 

La ley reconoce que "las mujeres están mucho más expuestas a ser víctimas del acoso sexual porque carecen de poder y se encuentran en posiciones más vulnerables”, fundamentalmente "en razón de los roles atribuidos a hombres y mujeres en la vida social y económica que, a su vez, directa o indirectamente, afectan la situación de las mujeres en el trabajo”.

 

"También (las mujeres) corren peligro de padecer esta conducta cuando se las percibe como competidoras por el poder", tanto por parte de hombres como de congéneres, destaca.

 

Las denuncias de acoso sexual en el medio laboral han sido hasta ahora muy escasas. Organizaciones sociales, en particular femeninas, explican esa situación precisamente por el hecho de que no existía una ley que sancionara estas agresiones y por la indefensión en que se encontraban las mujeres que se animaran a ventilarlas. “Las mujeres que se animaban a hacerlo por lo general se exponían a fuertes presiones que podían culminar en que perdieran sus empleos”, subrayó la senadora del oficialista Frente Amplio Margarita Percovich, una de las redactoras del proyecto.

 

Entre 2004 y 2009 se presentaron ante la Inspección del Trabajo una veintena de denuncias por acoso u hostigamiento sexual en el medio laboral, una media de cuatro o cinco por año. La mayoría se produjeron en los sectores de la gastronomía, el agroindustrial, el comercio, la actividad marítima y los servicios.

 

“Es una cifra baja, pero la nueva normativa hará que los trabajadores, sobre todo las trabajadoras, se sientan más seguros a la hora de denunciar. Y a la Inspección, que desde 2006 está actuando en este plano, la ley le permitirá actuar con más solidez”, dijo la directora de esa dependencia estatal, María Narducci.

 

“No es un tema fácil de investigar ni de determinar acoso, porque por lo general las denuncias son anónimas y las pruebas raramente están a la vista”, admitió la inspectora.

“Se trata de un gran avance, porque fin se empieza a reconocer la  figura del acoso como una de las tantas figuras de violencia de género que se dan en el ámbito del trabajo”, afirmó por su lado Alma Fernández, integrante de la Comisión de Género de la central sindical única PIT-CNT.

 

La senadora Percovich estimó a su vez que la ley “permitirá generar conciencia social sobre un fenómeno que habitualmente no tenía visibilidad”. “Vamos en dirección de un cambio cultural de fondo”, dijo.

   

   

En Montevideo, Daniel Gatti
Rel-UITA
20 de agosto de 2009

 

Foto 1: radiomitos.cl

Foto 2: Rel-UITA

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