La primera de las noticias, figura en Clarín de Buenos Aires
bajo el título “Cambian las reglas de la tercerización”. Ahí
se informa que el jueves 9 la Cámara Laboral de Buenos Aires se
ocupó de esta práctica empresarial que comenzó a extenderse –en
Argentina y otros países– en la década de los 90’. 26 de los 30
jueces que conforman la Cámara del Trabajo dictaron una sentencia
que pasa a ser obligatoria para todos los jueces, tanto de primera
instancia como de alzada. En síntesis, la sentencia establece que el
trabajador de un contratista puede reclamar determinado pago (por
ejemplo una indemnización) directamente a la empresa donde realiza
los trabajos y no a su empleador directo.
Estamos escribiendo esta nota el mismo domingo 12, por lo
tanto no contamos con el texto completo de la sentencia, pero
queremos creer que la misma también contempla a los trabajadores
agrícolas, sumándose a lo dispuesto por el Convenio Nº 184 de la OIT
recientemente ratificado por Argentina. De todas formas, la medida
obligará a las empresas a ser más cuidadosas a la hora de escoger
sus contratistas, también dejarán de tener razón de ser los falsos
contratistas creados artificialmente por las empresas y,
seguramente, el número de personal tercerizado disminuirá. Con ello,
la calidad del empleo mejorará indudablemente.
La segunda noticia aparece en El Observador de Montevideo,
títulada “¡Por fin! Mi administración en manos de especialistas”
y firmada por Analía Morosi, de la consultora CPA Ferrere. La autora
defiende el sistema de tercerización que, en su opinión, muestra
ejemplos muy exitosos. Es claro que la autora enfoca su razonamiento
desde el punto de vista del interés empresarial y sin considerar los
intereses y los derechos de los trabajadores. De acuerdo a su cargo
en CPA Ferrere, en su artículo enumera las ventajas de tercerizar la
gestión contable, laboral y fiscal. Entre otras, anota la de “evitar
que se filtre información en la propia empresa (por ejemplo las
remuneraciones de todo el personal)”. Lo anterior demuestra que la
transparencia en la gestión empresarial puede llegar a ser un mito y
que la tercerización además de reducir los costos empresariales
perjudicando a los trabajadores, puede ser útil para ocultar
información de interés fiscal.