Los grandes grupos
industriales
registraron beneficios
récord en el 2005
Entre 1995 y el
2001 fueron deslocalizados cada año 13.500 empleos, la mayor
parte a países desarrollados
Las grandes empresas francesas cerraron el 2005 con beneficios
récord: nada menos que 84.000 millones si se suman las
sociedades que integran el CAC 40 - principal índice bursátil de
París-, un 27% más que en el 2004. La petrolera
Total
(12.273 millones) y la farmacéutica
Sanofi-Aventis
(6.335 millones) encabezan la lista, donde se
hallan otras firmas emblemáticas como
Accor
(hoteles),
Alcatel (informática),
Arcelor
(siderurgia),
Bouygues,
Lafarge
(construcción),
Carrefour,
Danone
(alimentación), el grupo
EADS
(aeronáutica),
EDF
(energía),
France Télécom,
L´Oréal,
LVMH,
Michelin, Peugeot
y Renault
(automóvil).
Lo más granado de Francia
Pero el excelente resultado de las multinacionales francesas
esconde una realidad menos estimulante. De entrada, su
aportación a la economía nacional es más bien débil. Con el 55%
del capital en manos extranjeras y sólo el 35% de los empleados
trabajando en Francia, su aportación al PIB es limitada. La
mayoría de sus exportaciones (hasta un 70%) sale ya de las
plantas ubicadas en el extranjero.
La atonía demostrada por la economía francesa en el 2005, con un
crecimiento del 1,4%, la imputan los expertos fundamentalmente
al repliegue de la producción de la industria manufacturera -
0,9% de aumento-, afectada por la factura del petróleo, el
descenso de las exportaciones y la menor inversión.
De hecho, la contribución de la industria a la riqueza nacional
no para de menguar. Entre 1978 y el 2004, la parte de valor
añadido de la industria (incluida la construcción) en el PIB
perdió 5,2 puntos, hasta situarse en el 22,6%, mientras que el
sector servicios ascendió del 45,6% al 53,8%. En este mismo
periodo, la industria ha pasado de emplear al 33,8% de los
activos al 21,1%,
lo que quiere decir que se han
destruido unos 2,3
millones de empleos.
La externalización de servicios y la
deslocalización son las principales causas.
Entre 1995 y el
2001 el ritmo de empleos deslocalizados fue de 13.500
puestos al año, un 0,35% del
empleo industrial.
En contra de la sensación general, la mayor parte
de este trasvase (el 53%) ha sido hacia países desarrollados,
siendo España (16%) el más beneficiado. En el grupo de países
emergentes, que captaron el restante 47%, China (30%) está en
cabeza. Se trata, en todo caso, de dos procesos de diferente
signo. En el primer caso, la producción transferida es de alta
cualificación y afecta a sectores como el automóvil, la
aeronáutica, farmacia y electrónica. En el segundo, donde la
clave es el coste de la mano de obra, son el textil, la
indumentaria y equipamiento del hogar los más concernidos.
En contra también de la percepción que alimenta la idea del
patriotismo económico, la entrada de capital extranjero en
Francia es una de las más elevadas de Europa. La inversión
exterior representa el 40% del total (frente al 38% del Reino
Unido o el 24% de Alemania), el 43% del capital de las empresas
que cotizan en bolsa está en manos foráneas y
uno de cada
siete asalariados trabaja para
una empresa no francesa.
Esta situación
debe mucho a los dos grandes procesos de privatizaciones puestos
en marcha por la derecha en 1986 y en 1991. Y este proceso tiene
visos de continuar, como han demostrado los casos de
Arcelor
y Gaz de France.
La estructura de algunos grandes grupos, con la
mayor parte de su capital flotante en bolsa, los hace
vulnerables:
Lafarge,
Altadis,
Arcelor,
Carrefour,
Danone,
Accor...,
una lista suculenta.
Tomado de
Comfia.info
29 de mayo de
2006