El desempleo mundial a niveles sin precedentes a pesar del crecimiento económico

 

 

Modestos avances en la reducción de los trabajadores pobres

El número de personas desempleadas en el mundo se mantuvo elevado a niveles sin precedentes en 2006 a pesar del robusto crecimiento económico, dijo la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) en una nueva edición de su informe anual Tendencias Mundiales del Empleo que fue difundido el pasado 26 de enero en Ginebra.

El documento “Tendencias Mundiales del Empleo 2007” dice que si bien hay más personas trabajando que nunca antes, el número de desempleados se mantuvo en una marca sin precedentes de 195,2 millones de personas en 2006. La tasa mundial, de 6,3 por ciento, no tuvo cambios con respecto al año anterior.

La OIT también destacó que hubo sólo modestos avances en los intentos por sacar de la pobreza unos 1,37 mil millones de trabajadores que si bien tienen empleo viven con menos del equivalente de 2 dólares por persona al día, y destacó que no se produjeron suficientes empleos decentes y productivos como para mejorar su situación.

“El fuerte crecimiento económico registrado los últimos cinco años ha tenido un impacto muy leve en la reducción del número de trabajadores que viven en condiciones de pobreza junto con sus familias, y esa reducción se produjo sólo en unos pocos países. Además, el crecimiento no ha provocado la disminución del desempleo mundial”, dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia. “Por otra parte, incluso si continúa esta tendencia al crecimiento en 2007, son muy preocupantes las perspectivas relacionadas con la creación de empleo decente y una mayor reducción de la pobreza laboral.”

El informe dice que para mantener o reducir las tasas de desempleo debe fortalecerse el vínculo entre crecimiento y trabajo. Destaca que la creación de empleos decentes y productivos, y no de cualquier empleo, es esencial para reducir el desempleo y bajar el número de familias que viven en situación de pobreza, lo cual a su vez es un requisito para el desarrollo y el crecimiento económico en el futuro.

El informe también destaca que:

  • Durante la última década el crecimiento se ha reflejado más en el aumento de la productividad que en el del empleo. La productividad aumentó 26 por ciento, mientras que el número de empleados en el mundo subió sólo 16,6 por ciento.

  • El desempleo golpea más fuerte a los jóvenes entre 15 y 24 años, pues afecta a 86,3 millones de personas de ese grupo de edad, equivalente a 44 por ciento de todos los desempleados del mundo en 2006.

  • Persiste la brecha de empleo entre mujeres y hombres. En 2006, 48,9 por ciento de las mujeres de 15 años o más estaban trabajando, levemente por debajo del 49,6 por ciento de 1996. En comparación, la relación empleo-población de los hombres fue de 75,7 por ciento en 1996 y de 74,0 por ciento en 2006.

  • En 2006, la presencia del sector de servicios como proveedor de empleo aumentó de 39,5 por ciento a 40 por ciento y por primera vez superó a la agricultura, que bajó de 39,7 por ciento a 38,7 por ciento. El sector industrial aportó 21,3 por ciento de todo el empleo.

Tendencias regionales

El estudio dice que en la mayor parte de las regiones no hubo un cambio importante en las tasas de desempleo entre 2005 y 2006. La disminución más relevante se produjo en la región de Economías industrializadas y la Unión Europea donde bajó 0,6 puntos entre 2005 y 2006 hasta 6,2 por ciento. En Asia Oriental la tasa de desempleo fue de 3,6 por ciento, y continuó siendo la más baja del mundo. La tasa de desempleo de Asia Meridional fue de 5,2 por ciento, y la de Asia Sudoriental y el Pacífico de 6,6 por ciento.

Medio Oriente y África del Norte continuó siendo la región con la tasa de desempleo más alta, de 12,2 por ciento en 2006. África al Sur del Sahara registró la segunda tasa más alta con 9,8 por ciento. La región también tenía la mayor participación en la pobreza de los trabajadores, ya que 8 de cada 10 mujeres y hombres viven con sus familias con menos de 2 dólares al día por persona. Esto pone en evidencia la importancia de abordar como prioridad mundial y regional el déficit de trabajo decente en África.

El informe también destaca que entre las regiones varía la relación empleo-población, es decir el porcentaje de personas con empleo de la población en edad de trabajar. En Medio Oriente y África del Norte se registró el nivel más bajo, de 47,3 por ciento en 2006. Asia Oriental tuvo el más alto, de 71,6 por ciento, aunque también es cierto que esta relación ha decrecido 3,5 puntos porcentuales en los últimos 10 años. Cuando la disminución es causada por un aumento en la participación en la educación, como ocurre en Asia Oriental, es una buena señal. En América Latina la relación aumentó 1,8 puntos porcentuales en 2006 y ahora 60,3 por ciento de la población en edad de trabajar está empleada.

Según las estimaciones de la OIT entre 2001 y 2006 en todas las regiones hubo una disminución del número total de trabajadores pobres que viven con menos de 1 dólar, excepto en África al Sur del Sahara donde aumentó en 14 millones, y en América Latina y Medio Oriente y África del Norte donde se mantuvo casi sin cambios. Durante este mismo período hubo una disminución del número de trabajadores pobres por debajo de la línea de 2 dólares diarios en Europa Central y Oriental (No UE) y la CEI, y sobretodo en Asia Oriental donde bajó 65 millones. Por otra parte, hubo aumentos en Asia Sudoriental y el Pacífico, en Asia Meridional, en Medio Oriente y África del Norte, y en especial en África al Sur del Sahara donde aumentó en 26 millones.

“Todas las regiones enfrentan desafíos laborales importantes”, dice el informe de la OIT. “Los jóvenes enfrentan más dificultades que los adultos en el mercado de trabajo, las mujeres no tienen las mismas oportunidades que los hombres, la falta de trabajo decente aún es elevada, y el potencial que puede ofrecer la población no siempre es utilizado debido a una deficiencia en el desarrollo de capital humano o a un desequilibrio entre la oferta y la demanda en los mercados laborales.”

“En este momento se ha generalizado la convicción de que el trabajo decente es una forma de reducir la pobreza en forma sostenida, y por eso la meta de ‘empleo pleno, productivo y decente’ será agregada a los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2007. Por lo tanto este es el momento para que los gobiernos y la comunidad internacional se aseguren de que las condiciones económicas favorables registradas en la mayor parte del mundo se traduzcan en un crecimiento del empleo decente”, concluye el informe.

OIT Noticias

5 de febrero de 2007

 

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