La
pérdida de audición como consecuencia del ruido ha sido
reconocida como “la enfermedad laboral más prevalente e
irreversible”. Pero, en realidad,
el ruido en el trabajo
puede costar mucho más que la audición. Puede constituir un
factor causal en accidentes, contribuir al estrés
relacionado con el trabajo y sumarse a otros riesgos del
lugar de trabajo para provocar problemas de salud.
Además
de encontrarse entre las más comunes, es una de las
enfermedades profesionales más costosas en Europa,
pagándose cada año miles de millones de euros en
indemnizaciones y costes indirectos debido a bajas por
enfermedad, disminución de la productividad y accidentes
ocasionados por mala comunicación a causa del ruido. Los
costes humanos son incalculables.
Las
estadísticas demuestran que el ruido en el trabajo es una
amenaza grave, aunque a menudo infravalorada, para millones
de trabajadores europeos. La Agencia Europea para la
Seguridad y la Salud en el Trabajo, con sede en Bilbao,
dedica buena parte de su atención a este problema y en 2005
llevó a cabo una campaña específica en más de 30 países de
todo el continente.
La
Directiva
europea que entró en vigor en febrero de 2006 fija un límite
máximo de exposición diaria al ruido equivalente a 87
decibelios. Con ello se busca poner límite a las
consecuencias de este riesgo.
Cerca del 7 por ciento de
los trabajadores europeos considera que su trabajo le
provoca trastornos auditivos.
Y el ruido va más allá de los problemas auditivos. Puede
ocasionar accidentes, afonías e incrementar los niveles de
estrés.
Prevention World
23 de
abril de 2008
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