Argentina
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Informe
pone en jaque
a la reforma laboral
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Según la comisión investigadora de la Cámara de Diputados,
la reforma laboral “ha sido insuficiente” para terminar con
las irregularidades que aquejan a diario a los trabajadores.
Más aún, sostiene que los principales problemas detectados
el 2001 por una comisión similar siguen vigentes.
Similares trampas y desvíos que hace cuatro años se repiten
en las relaciones laborales, a pesar de la última reforma a
la ley, según establece entre sus conclusiones preliminares
la comisión investigadora de los derechos de los
trabajadores de la Cámara de Diputados a la que tuvo acceso
lanacion.cl.
El estudio de casos de diversos sectores, con los testimonios
de trabajadores, empresarios y entes fiscalizadores,
permitió a los legisladores constatar que la reforma laboral
no fue suficiente para cambiar este negativo panorama,
debido en gran parte porque la iniciativa no incluye
aspectos que estaban en el proyecto original del Ejecutivo y
que no reunieron los votos para ser parte de la ley.
El informe no duda en señalar que la reforma ha sido
“claramente insuficiente en el ámbito de las relaciones
laborales, como consecuencia de no haber sido abordadas
materias como la eliminación del concepto de empresa, no
haber regulado la tercerización de manera integral o por la
incapacidad de hacer cumplir sus términos oportunamente, así
como por la ineficacia de los mecanismos de reclamo ante los
incumplimientos”.
Asimismo sentencia que “mientras el país ha tenido altas
tasas de crecimiento con resultados cada vez más favorables
a las grandes empresas, los trabajadores de éstas se sienten
sistemáticamente al margen de los beneficios que con su
trabajo diario contribuyen a producir y con crecientes
precariedades en su estabilidad laboral”.
Los antecedentes recogidos en la instancia permiten también
decir que en Chile se mantienen las discriminaciones por
sexo u opción sexual, edad y condición social, que persisten
las prácticas antisindicales en muchos sectores, hay abusos
en el pago de imposiciones y en el respeto de la jornada de
trabajo y turnos, además que faltan recursos para la
fiscalización por parte de la Dirección del Trabajo, punto
que alarma a las autoridades.
Se espera que la comisión proponga hacer varios cambios a la
ley, insistiendo en temas como la eliminación del concepto
de empresa y una mejor reglamentación de la subcontratación,
una nueva interpretación de la llamada ley Bustos- Seguel,
normas contra las prácticas antisindicales, mayores recursos
para la fiscalización, protección de los derechos
fundamentales y respeto de la jornada laboral.
Ocultamiento del empleador
A modo de ejemplo el informe revela que el abuso del concepto
de empresa permite que un mismo empresario tenga distintas
empresas contratistas donde puede desviar a sus
trabajadores, de modo que no dependan de él. Algunas de
estas empresas carecen de capital y no responden al momento
de demandas laborales.
Los legisladores plantean en sus conclusiones preliminares
que existen numerosos casos de “ocultamiento de la identidad
del empleador a través de aparentes figuras de tercerización
, lo que puede dar origen a muchas situaciones de
desprotección pata el trabajador, ya que lo que se oculta es
la real dependencia y subordinación que se ejerce en el
contrato y otras veces implica difuminar el patrimonio en
que el trabajador puede hacer efectivos sus derechos
laborales y previsionales”.
Los testimonios recogidos dan cuenta de que muchas veces se
da la formación de empresas contratistas que en la práctica
no son reales ni autónomas, sino que son creadas por el
mandante exclusivamente para tener otro canal administrativo
de remuneraciones sin dependencia ni subordinación suya.
“En concreto, la forma que esto adquiere es el despido de
trabajadores con grandes beneficios acumulados y su
recontratación con menores remuneraciones y beneficios, pero
ejerciendo la misma función que antes en la empresa”, se
plantea en las conclusiones, recalcando que esta modalidad
permite además dividir a los trabajadores, impidiéndoles
ejercer derechos colectivos, ya que no pertenecen a la
empresa, al menos no en el papel.
Otra forma de desviar responsabilidades es el suministro de
personal por parte de empresas proveedoras de trabajadores,
lo que debiera tener como característica básica la
temporalidad, pero que suele ser el giro que se usa para
mantener trabajadores permanentes sin dependencia de la
empresa.
En este ámbito, “muchas veces ocurre que una empresa crea
ella misma una subsidiaria, cuyo giro es autosuministrarse
personal, de tal manera que estas empresas tienen en su
patrimonio todo el pasivo de los trabajadores y la empresa
para la que prestan servicios tiene todo el activo pero no
responde por las deudas laborales, puesto que formalmente no
es su empleadora”.
También la comisión recibió antecedentes de abuso de
personalidad jurídica, que implica que una misma empresa se
divida en varias sociedades o razones sociales con diferente
rol único tributario. “Bajo este sistema se realizaría la
contratación de los trabajadores en alguna sociedad que no
tiene capital y todo el activo de la empresa pertenecería a
otra sociedad que no es la empleadora. Así la empresa
contratadora no podría responder a sus trabajadores en caso
de una demanda”, señala el borrador de conclusiones.
Prácticas antisindicales
Las empresas de servicios, como supermercados y grandes
cadenas de tiendas son las que concentran las mayores
prácticas antisindicales, reza el informe, apuntando
especialmente a que existe “una sensación de inseguridad e
inestabilidad a quienes se atreven a formar sindicatos y a
afiliarse a uno de ellos”.
También se detectaron casos graves en una gran empresa del
sector de telecomunicaciones, “que ha desarrollado una
política antisindical que significó que entre julio y
noviembre del 2003 se cambiaran alrededor de 1500
trabajadores de cinco sindicatos a uno que era el favorecido
por la empresa”.
La fuerza asalariada en Chile corresponde a 3,5 millones de
trabajadores y sólo el 5% está cubierto por instrumentos
colectivos, y si bien la última reforma reforzó este tema y
la tasa de sindicalización se ha incrementado, en la
comisión se supo de “un sinnúmero de prácticas
antisindicales”.
El borrador de conclusiones señala que “principalmente en el
sector servicios parece advertirse que las relaciones
laborales adolecen de la madurez suficiente para concordar
un nivel de relación fluida entre empleadores y trabajadores
agrupados colectivamente en un sindicato. Del mismo modo
esta situación se da con frecuencia en el sector de los
trabajadores temporeros”.
Angélica Meneses
La
Nación
30 de
marzo de 2005
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