Dos días de
intercambios de experiencias y luchas, construcción de
sinergias y elaboración de planes y estrategias para hacerle
frente al creciente y desbordante fenómeno de la
flexibilidad laboral y a la progresiva pérdida de los
derechos laborales en Centroamérica, ha sido el resultado
del Foro Internacional “La esclavitud del Siglo XXI –
Desafíos de las organizaciones sociales frente a la
regresión de los derechos humanos laborales”.
La actividad, que tuvo lugar en Managua y contó con la
participación de más de 200 organizaciones de la sociedad
civil organizada de la región, es parte de la Campaña
Regional contra la Flexibilidad Laboral que arrancó en 2005
y se propone “alertar al mundo laboral, a los espacios de
decisión y a la población en general sobre las tendencias a
flexibilizar las relaciones laborales en Centroamérica,
sobre el impacto que eso tiene para las condiciones de
trabajo y vida de la población trabajadora e impulsar la
construcción y definición de estrategias desde sectores
laborales organizados para enfrentar esta situación”1.
El tema inicial, “Esclavismo en el Siglo XXI”, fue abordado
por Luis Ernesto Morales Gálvez, de UNSITRAGUA.
Según el líder sindical del sector público de Guatemala,
“Durante miles de años, el ser humano ha librado una intensa
lucha por configurar el concepto de humanidad y por que
dentro de dicha definición se reconozca el derecho a la
igualdad. El principal obstáculo que ha encontrado ha girado
precisamente en torno a los intereses que confluyen en la
participación en el proceso productivo y en la distribución
de los beneficios que genera, en la confrontación constante
de los menos por apropiarse del producto del trabajo de los
más.
Luis Ernesto
Morales Gálvez |
Para Morales Gálvez, el libre comercio y la economía
de mercado no representan otra cosa que el retorno de la
concepción del ser humano y su fuerza de trabajo como
mercancía. Al mismo tiempo, “el ataque de que hoy día está
siendo víctima la población mediante la precarización de sus
condiciones laborales, es parte de este proceso, y el modelo
económico impuesto desde la perspectiva de los grandes
capitales, privilegia la acumulación de riqueza en pocas
manos y la rentabilidad de la empresa por sobre la propia
rentabilidad social del proceso productivo”.
El principal efecto de este modelo es la paulatina
polarización de la sociedad, con un acrecentamiento de la
brecha entre ricos y pobres.
“En este marco –concluyó el dirigente de UNSITRAGUA–,
las garantías laborales no son solamente derechos
susceptibles de ser gozados por los trabajadores y sus
familias, sino medidas de protección social, mecanismos de
democratización de la economía y reglas que deben ser
respetadas de manera primordial por los procesos de
globalización, ya que, el libre mercado, sin tales
protecciones, convierte en mercancía la propia vida humana y
sus expectativas de desarrollo”.
Mujeres y flexibilidad
Carolina Elías
y Lety Chacón |
La situación de la mujer en este contexto de flexibilización
y explotación laboral ha sido uno de los temas más sentidos
y debatidos por los participantes del Foro.
Carolina
Elías
y Lety Chacón, de la Asociación “Mujeres
Transformando”, de Santo Tomás, en El Salvador,
presentaron la situación en que viven las mujeres
salvadoreñas que desempeñan trabajo a domicilio. “Las
condiciones en las que estas mujeres desarrollan su
actividad laboral son un claro ejemplo de las múltiples
esclavitudes en las que viven. Las empresas les venden la
falacia de que este tipo de trabajo les permite dedicarse al
cuidado de sus familias y sus casas al mismo tiempo que
obtienen un ingreso económico, y que esto es una maravilla.
En la realidad, estas mujeres deben generalmente trabajar
por la noche, ya que es en esas horas que han cumplido con
su jornada de trabajo doméstico y sus familias ya están
dormidas y no las necesitan, lo que implica que vayan
perdiendo literalmente la vista durante las largas horas de
trabajo nocturno, que no es pagado como tal”.
Siguen los asesinatos de dirigentes, mas para
evitar que reclamemos nuestros derechos tendrán
que matarnos a todos, porque seguiremos peleando
en las calles y denunciando a nivel nacional e
internacional. |
Se trata de mujeres con un muy bajo nivel educativo y sin
ninguna experiencia previa en organización, con una edad que
oscila entre los 15 y los 45 años, con un promedio de tres a
cinco hijos y, en la mayoría de los casos, con la
responsabilidad de llevar alimentos a su familia.
Trabajan en la elaboración de bordados a mano, y cada pieza
requiere cinco horas de trabajo, por la cual reciben entre
1,75 y 2 dólares, sin ningún tipo de prestación social. El
vestido donde va insertado este bordado se vende en
Estados Unidos entre 70 y 150 dólares. Las fábricas
imponen sus términos y condiciones de trabajo, y nunca dicen
el valor que van a pagar por cada pieza sino hasta la
entrega.
“Para que una de estas mujeres pueda ganar 35 dólares a la
semana, tiene que bordar un promedio de 20 piezas, es decir
por lo menos dos piezas diarias lo cual equivale a una
jornada laboral de 10 horas. Recordemos –continuó Elías–
que estas son mujeres que trabajan en sus hogares y que
sufren de una triple jornada laboral: hacen bordados,
atienden el trabajo doméstico y, siendo casi en su totalidad
del área rural, atienden también el trabajo organizativo
comunitario”.
En El Salvador, el trabajo domiciliario se considera
un régimen especial y está debidamente reglamentado a través
de una serie de obligaciones para los empleadores (contrato
escrito, salario mínimo, prestaciones sociales, etc.), que
nunca se cumplen.
Carolina Elías
|
Actualmente, las mujeres organizadas de Santo Tomás
emprendieron una lucha legal en contra de las empresas que,
frente a sus demandas laborales, decidieron despedirlas. A
pesar de la poca beligerancia de las autoridades laborales y
judiciales salvadoreñas, la Asociación Mujeres Transformando
sigue con su lucha y próximamente va a introducir una
denuncia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Violencia y asesinatos
Entre los muchos temas presentados y debatidos
vale la pena recordar el Libre Comercio y Flexibilidad
Laboral, Reformas a la Legislación Laboral,
Nuevas formas de contratación (subempleo,
informatización y simulación de contratos), Articulación
del capital y el patriarcado (feminización laboral,
discriminación a las mujeres, trabajo doméstico no
remunerado), Efectos diferenciados de la Flexibilidad
Laboral y efectos a la Seguridad Laboral,
Organización frente a la Flexibilidad Laboral y
Libertad Sindical (solidarismo, sindicatos amarillos,
antisindicalismo empresarial, gubernamental y de los medios
de comunicación, etc.).
En este último punto, se evidenció el
recrudecimiento de la violencia en contra de las
organizaciones sindicales. Uno de los casos más impactantes
ha sido el asesinato de dirigentes sindicales pertenecientes
al Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de la
Construcción y Similares de Panamá (SUNTRACS).
Raymundo Garcés |
Según Raymundo Garcés, secretario de
Prensa y Propaganda del SUNTRACS, “Con el incremento
de la actividad de la construcción en Panamá, se han
intensificado también los instrumentos represivos contra los
trabajadores que exigen el respeto de sus derechos. Un
mecanismo que están utilizando es el ‘sicariato’. Antes de
que las empresas desarrollen un proyecto, negocian
Convenciones Colectivas con sindicatos amarillos, los cuales
contratan a sicarios y delincuentes para perseguir a los
trabajadores organizados que reclaman sus derechos”.
En el último año fueron asesinados tres
dirigentes sindicales del SUNTRACS a mano de sicarios
contratados por trasnacionales y sus sindicatos amarillos, y
de la Policía panameña.2 La Campaña contra la Flexibilidad Laboral ha
sido promotora de denuncias a nivel internacional.
“Siguen los asesinatos selectivos de dirigentes
–continuó Garcés–, sin embargo para evitar que
reclamemos nuestros derechos tendrán que matarnos a todos,
porque vamos a seguir peleando en las calles y a denunciar
los hechos a nivel nacional e internacional. El gobierno no
quiere tomar en serio esta situación, pero nosotros vamos a
seguir pidiendo un Reglamento de Higiene y Seguridad para
que los empresarios se responsabilicen de las muertes de los
trabajadores por accidentes laborales. En los últimos
años han fallecido casi 100 trabajadores y ya son cinco los
fallecidos en lo que va del año”, concluyó el directivo del
SUNTRACS.
Conclusiones del Foro
Bayardo Izabá |
Después de la lectura de un documento final en el
que las organizaciones presentes sentaron la necesidad de
“experimentar métodos de lucha que nos permitan una
resistencia más fuerte, la realización de estudios e
investigaciones sobre la situación de los derechos laborales
y el fortalecimiento a largo plazo de la campaña para
sustentar aún más nuestras denuncias y promover cambios en
la región”, las conclusiones estuvieron a cargo de
Bayardo Izabá, director de Centro Nicaragüense de
Derechos Humanos (CENIDH).
“Este foro nos sirve para retomar la lucha
política que tenemos que librar desde nuestras
organizaciones contra el sistema que nos están imponiendo
desde el norte. Ha servido para fortalecer las ideas –señaló
Izabá–, pero tenemos que ir más allá, y tal vez nos
hizo falta más capacidad de hacer propuestas en métodos de
lucha frente a este sistema. Esta va a ser la tarea para la
próxima ocasión en que nos encontremos”, desafió.
El director del CENIDH tocó también el
tema de la criminalización de la protesta social. “Hay que
hacer frente común, porque la unidad es importante y los
testimonios sobre los asesinatos de dirigentes sindicales
tienen que mover hasta lo más profundo de nuestra alma.
El año pasado, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) ha declarado a los dirigentes sindicales
defensores de los derechos humanos, y esto es importante.
¡Que se levanten los dirigentes sindicales que están aquí
con nosotros y aplaudámosles! Ustedes son defensores de los
derechos humanos, y a nosotros nos toca comprometernos más
con ellos, porque no podemos permitir que los sigan matando”.
Terminando su intervención, Izabá recordó
la importancia de “trabajar estrategias para incidir frente
a los medios de comunicación”, e invitó a que el próximo
foro se transforme en “un reto para pensar en cómo golpear
más al sistema que nos está oprimiendo, no sólo con los
asesinatos, sino también con la violencia del hambre, del
desempleo, de la falta de acceso a la educación, la salud y
la vivienda”.
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