Uruguay
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Se conforma el Sindicato
de Trabajadoras Domésticas
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Con el objetivo de integrarse a los consejos de salarios,
unas 50 personas -en su gran mayoría mujeres- participaron
el viernes 15 en la primera asamblea del Sindicato de
Trabajadores Domésticos.
Una pequeña sala abarrotada en el centro comunal número
cinco, en Punta Carretas, sirvió de escenario para que
empleadas y empleados domésticos hicieran públicos sus
reclamos: salarios bajos, falta de aportes al Banco de
Previsión Social (BPS), condiciones precarias de trabajo, y
hasta preocupación por productos de limpieza nocivos para la
salud.
En todo el país hay unas 80.000 empleadas domésticas. A
pesar de que la mayoría proviene del interior, unas 60.000
trabajan en Montevideo, de acuerdo a las estadísticas que
maneja el PIT-CNT*. El 74% no realiza aportes al BPS y,
entre las que sí lo hacen, la mitad paga por el mínimo
imprescindible y están "subempleadas".
Teniendo en cuenta este panorama y ante la cercanía de
la entrada en funcionamiento de
los consejos de salarios, el PIT-CNT decidió promover la
conformación del gremio de empleadas domésticas. No es la
primera vez que se implementa una iniciativa de este tipo:
entre 1987 y 1990 funcionó un sindicato de similares
condiciones, que luego desapareció debido al "miedo a
organizarse" y a la "represión patronal", dijo la dirigente
del PIT-CNT, Sonia Martínez, que trabaja en la organización
del gremio.
El dirigente Juan Castillo, presente al comienzo de la
asamblea, sostuvo que el gobierno está en condiciones de
convocar a la negociación colectiva con el servicio
doméstico y recordó que el presidente Tabaré Vázquez lo
anunció en su discurso del pasado 1º de marzo, en la
escalinata del Palacio Legislativo.
Explicó que el objetivo es establecer un "piso salarial" que
efectivamente se cumpla, y comentó que la "contraparte"
patronal podría estar representada por organizaciones
representativas de edificios y por la Cámara del Bien Raíz.
Sin embargo, desde el gobierno se ha manifestado en más de
una oportunidad que -ante la falta de cámaras patronales
visibles-, se podría establecer en forma unilateral un
salario mínimo para el sector, sin negociación de por medio.
El Ministro de Trabajo Eduardo Bonomi sostuvo que no se ha
podido convocar a un consejo de salario del servicio
doméstico ante las "dificultades halladas con el sector
empresarial".
Indefensas
Castillo aclaró que antes de conformar un eventual consejo
de salarios "habrá que tener una base mínima de
organización" y plantear cuáles son las demandas del sector.
En eso se trabajará en sucesivas asambleas del nuevo
sindicato. Pero, por lo pronto, en el PIT-CNT existe
convencimiento de que las empleadas están "indefensas" y que
la mayoría no tiene derechos básicos, dijo Castillo. Agregó
que "trabajan en negro" y cobran salarios "de explotación".
De hecho, una trabajadora contó a sus compañeras que en
Cerro Largo -su departamento natal- muchas empleadas cobran
apenas 500 pesos mensuales (20 dólares americanos
aproximadamente) y la mayoría no sobrepasa los 1.000 pesos
(40 dólares). Otra dijo que en San José lo común es recibir
entre 600 y 800 pesos mensuales.
La plataforma reivindicativa del sindicato incluye, entre
otros temas, la libertad sindical y los derechos laborales.
"Hoy por hoy las hacen trabajar hasta el momento de parir",
relató Martínez.
Una de las participantes en la asamblea dijo que las
empleadas domésticas embarazadas "limpian alfombras y
friegan pisos" hasta el último día, a pesar de su condición.
"No es lo mismo hacer limpiezas que estar sentada en una
oficina", advirtió la mujer, y reclamó una ley que
establezca los seis meses de embarazo como plazo máximo para
trabajar.
La falta de aportes patronales en el sector ocupó buena
parte de la reunión, donde una dirigente aseguró que si una
trabajadora concurre al BPS a denunciar su situación "seguro
será echada" por sus patrones.
Otra empleada advirtió: "Primero quiero saber cómo nos vamos
a organizar, para después exigir. Porque si reclamo por mis
derechos, donde trabajo me van a decir: bárbaro, tomo a otra
persona".
"¿Qué soy, de
cuarta categoría?"
Casi al comienzo de la asamblea de trabajadoras domésticas,
una mujer sentada al fondo de la sala levantó la mano y
pidió la palabra. Su principal preocupación no pasaba por
reclamos salariales ni por las condiciones precarias del
sector.
Por el contrario, se refirió a un nuevo producto de limpieza
muy potente que "quema" las manos y las mucosas nasales. "Es
terrible. ¿Ahora nos tendremos que poner guantes en la
nariz?", se quejó la mujer, una empleada "con cama" oriunda
de la ciudad de Melo. Reclamó la actuación urgente de la
comisión de salud del PIT-CNT para solucionar la situación.
Otras empleadas prefirieron plantear problemas personales
antes que reclamos genéricos para el sector. Una mujer que
realiza
tareas
de
limpieza
en un edificio, contó con evidente enojo que la dueña de uno
de los apartamentos -que se encuentra enferma-
le
pidió
utilizar el baño de ella y no el de su hogar,
para
no contagiar a
la
familia. "¿Qué soy yo, de cuarta categoría?", se preguntó, y
recibió sonrisas y exclamaciones de asombro de sus
compañeras.
Sobre el final de la reunión, una trabajadora dijo que -más
allá de la conformación del sindicato- todas las empleadas
deben ponerse "firmes" para no dejarse pasar "por arriba".
Otra mujer denunció a las "empresas mafiosas" que pagan
"ocho o nueve pesos" la hora de trabajo
(30 o 40 centavos de dólar).
Diario El
País
19 de abril
de 2005
* Plenario
Intersindical de Trabajadores – Convención Nacional de
Trabajadores
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