En
2007 fueron asesinadas 207 mujeres, en su mayoria a mano de esposos, novios
o ex parejas.
El
relevamiento lo hizo una organización feminista, en base a las noticias
publicadas por los medios de todo el país. Son 207 historias trágicas que
muchas veces terminan con el suicidio del homicida. Reclaman la sanción de
una ley para erradicar la violencia de género.
Daiana
Giselle García,
de 14 años, vivía en General Roca, Río Negro. La asesinaron estrangulándola.
Estaba embarazada de siete meses. En el abdomen dejaron escrito: “Te gané
Juan, me la llevé yo”. El culpable habría sido su pareja, César Offidani,
de 25 años, quien se entregó a la policía. A Roxana Edith Collado, de
37 años, de San Rafael, Mendoza, la mataron a martillazos. Su amante Luis
González reconoció que la golpeó con un martillo porque ella se negaba a
dar por terminada la relación, y fue detenido. El de Daiana y el de
Roxana fueron dos de los 207 femicidios que se produjeron a lo largo
de 2008. La cifra es espeluznante.
En promedio, cada semana
fueron muertas cuatro mujeres como consecuencia de violencia sexista, a
manos de esposos, concubinos, parejas, novios o ex parejas, algún
desconocido que ejerció violencia sexual o un familiar cercano, de acuerdo
con un exhaustivo informe sobre femicidios realizado por la Asociación Civil
La Casa del Encuentro, a partir de los casos publicados en diarios de
distribución nacional, provincial y agencias de noticias. En España,
donde la problemática de la violencia de género es prioridad de Estado desde
que José Luis Zapatero llegó al poder, los femicidios fueron en el
último año 73, casi tres veces menos que en la Argentina, aun cuando
aquí hay unos diez millones menos de habitantes.
Leer el informe de La Casa
del Encuentro estremece. No se trata de un número estadístico, gélido y
despojado de rostro. Cada uno de los 207 crímenes tiene nombre y apellido.
Son historias de vida truncas por una violencia que se naturaliza, que en la
mayoría de los casos no pasan de ser una noticia pequeña en los medios.
El trabajo lleva el título
“No mires para otro lado. La indiferencia te hace cómplice”. “Lo difundimos
con la intención de sensibilizar y socializar uno de los tantos efectos de
la violencia sexista, tal vez el más extremo, en nuestro país”, explicó ayer
a Página/12 Fabiana Tuñez, coordinadora general de la asociación
civil. La entidad, con sede en el barrio porteño de Almagro, trabaja contra
la violencia de género. El 3 de cada mes marcha frente al Congreso en
reclamo de la aparición con vida de las cientos de mujeres chupadas por
redes de trata en el país y los fines de semana monta “carpas itinerantes”
en plazas de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, para visibilizar el
flagelo de la violencia contra las mujeres.
“Estamos hablando de que
hay un Cromañón por año de mujeres y nadie reacciona. Hay que pensar que
estamos marcando un piso, porque la cifra puede ser mayor dado que no hay
registros oficiales y nuestro informe toma en cuenta los casos publicados en
diarios y agencias de noticias”, señaló Tuñez.
Sobre los 207 casos, 16
femicidios fueron producidos por integrantes de alguna de las fuerzas de
seguridad.
La mayor cantidad de
víctimas tenían entre 31 y 50 años, pero también hay niñas de 2, 3, 6, 7, 8
y 13 y adolescentes de 14, 15, y 16 años. Y una mujer de 82.
El informe revela que los
culpables señalados en el momento de publicación del caso son en primer
lugar esposos, concubinos, parejas y novios; en segundo lugar, ex parejas,
en tercer lugar, desconocidos que ejercen violencia sexual, y en cuarto
lugar, personas con alguna vinculación familiar directa: padres, hermanos o
hijos.
“La violencia contra las
mujeres y niñas es una cuestión de política pública y derechos humanos. Es
urgente que se profundicen las políticas públicas, que han demostrado ser
insuficientes. Es imperiosa la sanción de una ley integral para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia de género”, consideró Tuñez. Como
informó Página/12 en su edición del domingo, existen en la Cámara de
Diputados diversas iniciativas, una de ellas con media sanción del Senado,
pero desde hace varios años es una asignatura pendiente la aprobación de una
nueva legislación, acorde con la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, ratificada por la
Argentina el 5 de julio de 1996 y convertida en Ley Nacional Nº 24.632.
Los femicidios son la punta
del iceberg de la violencia machista. La cifra de mujeres víctimas de un
homicidio, en realidad, es ínfima en comparación con la gran cantidad que
convive a diario en su círculo íntimo con golpes, amenazas, bofetadas y otro
tipo de violencias. Muchas de ellas pueden salir de ese círculo. Otras, en
cambio, permanecen en ese escenario de terror por años. Muchas quedan con
lesiones y marcas en su psquis de por vida. Algunas son asesinadas.
La violencia de género no
sólo hace referencia a la violencia física y sexual ejercida contra las
mujeres, sino también a la psicológica, social, económica e institucional
que padecen. La violencia machista es “un problema estructural directamente
relacionado con la desigualdad entre los géneros”, advirtieron recientemente
en un informe difundido en el país las agencias de la ONU Unifem y
Unfpa. Se estima que al menos una de cada tres mujeres ha sido o será
golpeada, forzada a mantener relaciones sexuales o sufrirá algún otro tipo
de malos tratos a manos de su pareja a lo largo de su vida.
Tuñez
aclaró que debido a que no existen estadísticas oficiales, en el informe no
están contempladas las mujeres que ingresan a los hospitales con evidencia
de haber sufrido violencia de género (en muchos casos hay denuncias
anteriores por maltrato) y que en los certificados de defunción figurarían
como “muerte por paro cardiorrespiratorio”.
Mariana Carbajal
Tomado de Página 12
12 de enero de 2009