Después de un año de sancionada la ley “Maria da Penha” –que
creó dispositivos para prevenir y cohibir la violencia
contra la mujer– el gobierno federal dejó de invertir
96% del presupuesto previsto en 2007 para la Secretaría
Especial de Políticas para las Mujeres (SPM). De
acuerdo con los datos del Centro de Estudios Feministas
y Asesoría (Cfmea), de los US$ 12 millones
previstos, poco más de medio millón fueron invertidos.
Para la asesora parlamentaria del Centro de Estudios
Feministas y Asesoría, Milena Calazans, el
problema está en la política macroeconómica del
gobierno, que lo obliga a cortar gastos en inversiones
sociales. En 2006, cuando el presupuesto previsto era de
siete millones de dólares, sólo tres millones fueron
aplicados. El resto fue bloqueado por la Secretaría y
desplazado para pagar tasas de interés económico de
deudas, componiendo el llamado superávit primario. Para
Milena, la situación es muy preocupante, pues de
esta forma el perjuicio va para las cuentas de las
mujeres brasileñas.
“Si ese recurso no es aplicado para aumentar el número de
casas y abrigos, para mejorar el servicio de las casas
existentes, para elevar el número de las jefaturas
especiales al servicio de las mujeres, si no es
destinado para la capacitación de los profesionales para
crear centros de referencia, eso va a generar un impacto
inmediato en la vida de las mujeres, porque cada quince
segundos una mujer es víctima de violencia.”
La ley “Maria da Penha” fue sancionada por el presidente
Luiz Inácio Lula da Silva el 7 de agosto de 2006. El
nombre es en homenaje a una militante que luchó 20 años
para ver a su ex marido y agresor condenado.
Silvia Adoue
Radioagencia Noticias do Planalto
24 de
agosto de 2007