La Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó, el
último martes (11), el Informe Regional "Objetivos de Desarrollo del
Milenio 2006: una mirada a la igualdad entre los sexos y la
autonomía de la mujer". El documento aborda con profundidad el
camino recorrido por la región en el cumplimiento del Objetivo de
desarrollo del Milenio n 3 (ODM 3): Promover la igualdad entre los
sexos y la autonomía de la mujer.
El documento, compuesto de dos partes, analiza
los retos pendientes en torno a la igualdad entre los sexos y la
autonomía de la mujer, tomando como base los indicadores oficiales
del ODM 3, pero también utilizando indicadores complementarios y
adicionales que muestran una realidad compleja.
El informe ofrece algunas recomendaciones
generales de políticas para el enfrentamiento de esos retos. En la
primera parte, el avance logrado en el cumplimiento del ODM 3 es
analizado, trazando un diagnóstico con claroscuros y resaltando los
vínculos y sinergias entre la igualdad de género y la erradicación
de la pobreza en América Latina y el Caribe.
La segunda expone cuatro dimensiones esenciales
para lograr la plena igualdad entre los sexos y la autonomía de la
mujer, a saber, el trabajo no remunerado que realizan las mujeres,
la participación política de éstas y su acceso a puestos de toma de
decisión, la violencia basada en el género y el ejercicio de los
derechos reproductivos.
De acuerdo con el informe, "La desigualdad
distributiva ocurre porque las mujeres no tienen oportunidades de
acceder a los ingresos debido, en gran parte, a prácticas culturales
dominantes que suelen traducirse en discriminación. Casi siempre,
las mujeres trabajan en la esfera doméstica pero no reciben ingresos
a cambio, pues el trabajo doméstico no se valora económicamente".
En relación a los hogares monoparentales, el
documento señala que "las mujeres constituyen la mayoría de los
pobres, que están sobrerepresentadas en los hogares monoparentales y
que la pobreza les afecta con más intensidad, debido en buena medida
a la obligatoriedad de dedicar tiempo y energía al trabajo no
remunerado". Mientras un 30% de los hogares tienen jefatura
femenina, entre los hogares indigentes ese porcentaje alcanza
aproximadamente un 37%.
Sobre la violencia, el informe evidencia una
dificultad de las mujeres pobres: "Si se consideran los índices de
violencia contra la mujer y el carácter de pandemia que tiene la
violencia de género en la región, se puede observar que, muchas
veces, las mujeres pobres también enfrentan el dilema de optar entre
una separación que implica mayor empobrecimiento o la manutención
por parte de la pareja a costa de sus derechos humanos".
El informe concluye que actualmente es difícil
tener una imagen precisa de la presencia de las mujeres en el ámbito
político. "A pesar de los avances, sigue siendo necesario producir
más información sobre la participación y la posición de las mujeres
en los gabinetes ministeriales, los partidos políticos, los
parlamentos regionales, el poder judicial, los gobiernos locales,
los organismos de control de cada uno de los poderes del Estado, los
distintos niveles del poder, las fuerzas armadas, las organizaciones
sociales y empresariales y los sindicatos", señala.
De acuerdo con el documento, en la actualidad,
hay iniciativas de estandarización para crear sistemas de
información con formularios u hojas de registro único en Bolivia,
Chile, Colombia y Brasil, entre otros. Ese tipo de acción
facilitaría una mayor comprensión de los problemas que alcanzan las
mujeres de toda la región.
Además, el análisis del objetivo 3 supone brechas
de género que los indicadores originales no reflejan en toda su
extensión. "En este Informe, se ha señalado que la igualdad de
género y la autonomía de la mujer tienen consecuencias en varias
dimensiones, sobre todo ante el imperativo de reducir la pobreza en
la región".
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