Desde 2001 y
hasta septiembre de este año, 322 mujeres fueron asesinadas,
víctimas de violencia por parte de maridos, convivientes o ex
parejas. Según el Ministerio del Interior, la violencia
intrafamiliar aumentó de 60.769 casos en 2001 a 95.829 en 2006.
Aproximadamente el 92 por ciento de las denuncias
de violencia corresponde a mujeres agredidas. Una mujer violentada
física, sicológica o sexualmente demora entre 5 a 7 años en
denunciar a su agresor. En el 80 porciento de los casos de violencia
sexual, el agresor nunca es denunciado. Según la Red Chilena contra
la Violencia Doméstica y Sexual, las denuncias por violencia
intrafamiliar han aumentado en el último año en un 5,5 por ciento.
Los motivos más frecuentes son: celos, el anuncio de la mujer de
terminar la relación afectiva, y la negativa de la mujer a tener
relaciones sexuales. Según cifras de la organización, “El año pasado
51 mujeres fueron asesinadas en un contexto de violencia
intrafamiliar, y 14.688 fueron víctimas de delitos sexuales, lo que
equivale a 40 por día o una cada 36 minutos”. Según el Servicio
Nacional de la Mujer (Sernam), el año pasado las mujeres
víctimas de femicidio fueron “sólo” 42.
Una
reforma insuficiente
Apenas durante el primer mes de funcionamiento de
los nuevos tribunales había 6 mil causas, duplicando lo proyectado.
El estudio “El funcionamiento de los nuevos tribunales de familia”,
de la Universidad Diego Portales (UDP), expresa que las
audiencias preparatorias demoran seis meses más de lo normal y que
la reforma se elaboró sin el presupuesto necesario. Se prometió
acceso a una justicia especializada, más cercana, humana y
eficiente, juicios más rápidos, y que -a diferencia del antiguo
sistema, escrito y secreto-, la nueva justicia sería oral,
transparente e imparcial. Se dijo que se mejoraría la oferta de
justicia y las herramientas para asegurar la protección de las
familias. Que los conflictos serían abordados de manera integral y
se promovería solucionarlos por la vía de la mediación. Apenas un 10
por ciento del total de recursos destinados a la reforma procesal
penal llega a los tribunales de familia. No existe un Ministerio de
la Familia, una defensoría de la Mujer o una entidad que coordine a
instituciones que parecieran no funcionar.
El 50,3 por ciento de las chilenas casadas o en unión
estable ha sido víctima de violencia: el 34 por ciento
de ellas sufre violencia física y/o sexual y el 16,3 por
ciento abuso psicológico |
Para la Red Chilena contra la Violencia Doméstica
y Sexual, la visión de la sociedad -exacerbada por algunos medios de
comunicación- de que estos crímenes tendrían un origen pasional y
que los agresores son sicópatas o enfermos, “impide reconocer
patrones culturales patriarcales que ven este tipo de violencia como
natural y lo legitiman hace siglos. Esos hombres no son enfermos:
son agresores, machistas y femicidas. Creen que las mujeres son de
su propiedad, que pueden dominar sus cuerpos y sus vidas, y terminar
con ellas”, señalan.
El 50,3 por ciento de las chilenas casadas o en
unión estable han sido víctimas de violencia: el 34 por ciento de
ellas sufre violencia física y/o sexual y el 16,3 por ciento abuso
psicológico. Mujeres en condición de pobreza y con menor escolaridad
sufren más agresiones, pero la violencia intrafamiliar afecta a
todas las clases sociales: “Entre las mujeres de patrón
socioeconómico alto y medio-alto, el 38 por ciento ha sido
violentada, número que llega al 44,8 en la clase media y alcanza al
59,4 en las clases más bajas”, señalan.
Del
papel a la realidad
Chile
ratificó en 1998 la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención
Belem do Pará), en la que se afirma que “la violencia contra la
mujer constituye una violación de los derechos humanos y las
libertades fundamentales y limita total o parcialmente a la mujer el
reconocimiento, goce y ejercicio de tales derechos y libertades. (…)
Es una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las
relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y
hombres”. El Sernam cuenta con Centros de la Mujer en todo
Chile y la ley de Violencia Intrafamiliar impone penas de hasta 15
años para el maltrato habitual, aunque aún no considera el femicidio
como un delito.
Tras el femicidio de Katherine Casas Cordero
(26 años) -que había presentado denuncias por violencia
intrafamiliar en julio y agosto, y estaba citada recién para
octubre-, las autoridades reconocieron el colapso de los juzgados.
La jueza Gloria Negroni hizo un dramático mea culpa:
“Se le dio fecha para tres meses, pese a que la ley estipula un
plazo de diez días. Estamos absolutamente colapsados, el sistema se
diseñó mal y no se cuenta con todos los medios para prestar la ayuda
que la gente necesita”. Verónica Barahona, subsecretaria de
Justicia, reveló que las proyecciones de la cantidad de casos
ingresados y el número de tribunales y jueces “fueron
insuficientes”.
El gobierno dio urgencia al proyecto de ley -en
segundo trámite constitucional en el Senado-, que inyectará 17.000
millones de pesos y significará nombrar 63 nuevos jueces y unos 600
funcionarios adicionales. Otro proyecto que tipifica el femicidio
sigue en trámite en la Cámara de Diputados. “Si bien la ley es una
herramienta necesaria para develar el flagelo del femicidio, dada la
magnitud de sus consecuencias en el seno familiar y en la sociedad,
hay medidas concretas que debiéramos implementar ahora”, dijo la
diputada Adriana Muñoz del Partido Por la Democracia (PPD), autora del proyecto.
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