Brasil
Con Neuza
Barbosa
Hay una
violencia silenciosa contra las mujeres
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Además
de la violencia doméstica y laboral, las mujeres son también
víctimas preferenciales de nuevas formas de violencia, como
el acoso moral en el trabajo, Neuza Barbosa, vicepresidenta
del comité latinoamericano de la UITA, explica de qué se
trata.
-¿Cuál
fue tu actividad el pasado 8 de marzo, Día Internacional de
la Mujer?
-Nos reunimos tratando de integrar los diversos sectores que
formamos parte de la central. Hicimos una evaluación
conjunta del trabajo realizado durante el año pasado, y
sobre todo enfocamos un punto en especial: la violencia
contra la mujer. Desde la violencia en el ámbito familiar
hasta en el mundo del trabajo; hoy tenemos el agravante del
acoso moral en el local de trabajo, lo que nosotras
calificamos de “violencia silenciosa”, no deja marcas
visibles pero afecta de manera muy grave la psicología de
los/as trabajadores/as.
-¿Cómo
se manifiesta ese acoso moral?
-En la depreciación de la trabajadora, por ejemplo, cuando se
enferma, o cuando debe faltar porque tiene que atender a un
hijo enfermo, ahí empieza un maltrato que es una forma de
discriminación que no es fácil detectar pero que es real. La
trabajadora va siendo aislada porque las jefaturas la
desacreditan ante sus compañeros y compañeras, son acusadas
de impedir que se alcancen las metas productivas. Esto va
afectando la estabilidad emocional de la persona, su trabajo
comienza a decrecer, llega la depresión hasta que la propia
trabajadora pide ser despedida para no soportar más ese
acoso moral. En Brasil ya hemos logrado varias condenas
judiciales por este motivo.
-¿Sólo
las mujeres sufren esta violencia?
-No sólo ellas, pero también la padecen algunos hombres, pero
la enorme mayoría de las víctimas de acoso moral son
mujeres, porque su rol materno las obliga a veces a faltar.
También las mujeres son más descalificadas que los hombres
cuando se habla de enfermedades laborales, ellas son
acusadas de no querer trabajar, de no colaborar con la
empresa, se van acumulando acusaciones de ese tipo y de esa
manera se va fragilizando emocionalmente a la persona.
-¿El
gobierno actual ha promovido avances particulares en este
aspecto?
-En este gobierno se creó una Secretaría para la Mujer así
como otra para la cuestión racial ya que en Brasil esta
discriminación es también muy fuerte. Necesitamos
fortalecernos aún más para participar en los movimientos
sociales vinculados a estos temas. No podemos esperar que el
gobierno haga todo, nosotros debemos hacer nuestra parte.
Muchas veces chocamos con una serie de leyes específicas
sobre asuntos de género que tenemos que modificar, porque
fortalecen a los agresores otorgándoles una suerte de
impunidad total a quienes ejercen violencia contra las
mujeres. Tenemos que participar junto con otras
organizaciones sociales para que un grupo de leyes que ya
está en el Parlamento pero aún no están discutidas sean
consideradas por los legisladores.
Carlos Amorín
© Rel-UITA
8 de abril
de 2005
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