Después de un largo y complicado proceso legislativo, la Asamblea Nacional
aprobó la Ley de Igualdad de Oportunidades, definiendo importantes instrumentos
para las políticas de género y el respeto de los derechos de las mujeres. No
obstante, en otros planos se han registrado importantes regresiones.
En ocasión del Día Internacional de la Mujer, Sirel
conversó con Azahalea Solís, del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM),
para conocer el difícil camino que llevó a la aprobación de la Ley, sus
contenidos y de qué manera esta norma podrá contribuir a mejorar las difíciles
situaciones en que viven actualmente las mujeres nicaragüenses.
-¿Cuál ha sido el proceso que
condujo a la aprobación de la Ley de Igualdad de Oportunidades?
-En 2000, la presidenta de la Comisión Parlamentaria de la
Mujer y la Niñez, la diputada Dora Zeledón (FSLN), impulsó un
diagnóstico para conocer las brechas que había en relación con los derechos de
las mujeres en el país. Este esfuerzo se hizo sobre la base de la Plataforma de
Acción de Beijing1 e iba a servir de base para la futura elaboración de un
anteproyecto de Ley de Igualdad de Oportunidades. El primer borrador fue
criticado por diferentes organizaciones que participaron en el esfuerzo porque
consideraban que no satisfacía el postulado constitucional que, en su artículo
48, mandata por obligación legal el enfoque de género en el Estado. Esto está
basado en el artículo 1 de la Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en
ingles)2. En 2001 se presentó el anteproyecto, pero por ser año
electoral, el significado de este esfuerzo se vio de alguna manera empañado,
pasando a ser un instrumento para la campaña partidaria del Frente Sandinista.
-¿Qué pasó después de las
elecciones?
-Se instaló el nuevo Parlamento y la Comisión de la Mujer y
la Niñez fue presidida para la diputada liberal María Eugenia Sequeiro, y
sobre la base del anterior, se formuló un nuevo anteproyecto de ley. En 2003
ocurrió un hecho que incidió mucho en la elaboración del dictamen por parte de
la Comisión. Una niña de diez años fue violada y quedó embarazada. Este hecho
abominable desató una áspera polémica alrededor de ese caso. Los grupos
fundamentalistas, tanto de la iglesia católica como de la evangélica,
aprovecharon las circunstancias y empezaron a atacar al anteproyecto de ley.
Apareció una gran cantidad de campos pagados en los medios de comunicación
pidiendo que no se aprobara la ley porque era a favor del lesbianismo, de los
matrimonios homosexuales y del aborto. Independientemente de que nada de eso
contemplaba la ley, se desató una fuerte campaña mediática y en la Comisión de
la Mujer y la Niñez se trató de incluir aspectos totalmente contrarios a los
derechos de las mujeres, como por ejemplo que la palabra “género” se iba a
entender igual a “sexo”. Afortunadamente, estas actas nunca se levantaron y el
anteproyecto no fue modificado. Al final, y después de siete años, la Comisión
aprobó el dictamen de ley que se introdujo al plenario de la Asamblea Nacional
en 2007, y el mes pasado fue finalmente aprobada la Ley de Igualdad de
Oportunidades.
¿Qué sentido
tiene tener una Ley de Igualdad de Oportunidades en un país donde se
eliminó el aborto terapéutico? |
-¿Cuáles son los contenidos más
importantes de la Ley de Igualdad de Oportunidades?
-El objetivo que plantea es lograr la igualdad de mujeres y
hombres, y habla de los cambios en diferentes ámbitos de nuestra sociedad y en
las instituciones. Se abordan también temas económicos, como por ejemplo la
igualdad de salario y aspectos culturales. Se establece que el organismo rector
es el Instituto Nicaragüense de la Mujer (INIM) y se crea un Consejo
Nacional por la Igualdad que va a ser coordinado por el INIM. Un punto
que criticamos es que el INIM todavía es parte del Ministerio de la
Familia (MIFAMILIA) y el mensaje que se está lanzando es que las mujeres
están relacionadas predominantemente con la familia y que éste es su campo de
acción. Resulta ser una contradicción, porque los derechos de las mujeres son
integrales y van más allá de la familia.
-¿Qué le parece la Ley después
de tantos cambios?
-Para nosotras el punto no está en la retórica que aparece en
los postulados normativos, sino en los hechos concretos que ocurren el país.
¿Qué sentido tiene tener una Ley de Igualdad de Oportunidades en un país donde
se eliminó el aborto terapéutico? A las mujeres se les niega el derecho a salvar
sus propias vidas, se les niega ser ciudadanas con plenos derechos para decidir
por ellas mismas, se les reduce a un vientre y se le da mucha más relevancia al
semen de un violador que a una mujer violada. No estamos en contra de que se
proteja la vida humana y la vida en general, pero no puede ser que la protección
de los derechos esté sobre los hombros y sobre la vida de las mujeres. Si la
vida de las mujeres es una mercancía electoral y se puede vender al mejor postor
para congraciarse a las iglesias, evidentemente es un país donde no hay igualdad
de oportunidades. Es por eso que consideramos que esta ley es un asunto de
vitrina y si queremos hablar en serio de ella, hay cuatro retos inmediatos.
-¿Cuáles son estos retos?
-Un primer reto es que el Presidente de la República ordene a
las instituciones que están bajo su cargo que adecuen todas las normativas
internas a lo que dice la Ley y que actúen en consecuencia. Un segundo reto es
que entre abril y junio cesan de su cargo ocho magistrados de la Corte Suprema
de Justicia (CSJ). Pedimos que en este caso, la Asamblea Nacional elija a
un número suficiente de mujeres para que entre los 16 magistrados que conforman
la CSJ haya igual proporción de hombres y mujeres. Otro reto inmediato es
que en el cumplimiento de la carrera judicial, la CSJ debería nombrar en
igual proporción de género los cargos en los Tribunales de Apelación. El cuarto
punto es que en vista de las próximas elecciones de noviembre, el Consejo
Supremo Electoral (CSE) propicie una reforma a la Ley Electoral para que
se pueda garantizar que haya un 50 por ciento de mujeres entre los candidatos a
los cargos de alcalde, vicealcalde y concejales. Finalmente, creemos que en el
esfuerzo que está haciendo el Ministerio de Educación (MINED) para
discutir el rediseño curricular, hay que tomar en cuenta lo que la Ley plantea
sobre la eliminación de los estereotipos de género, que son los que educan en la
desigualdad entre hombres y mujeres.
-¿Por qué cree que en la
aprobación de la Ley no hubo la misma movilización que en 2003 por parte de los
sectores fundamentalistas de las iglesias?
-Para estos sectores la Ley de Igualdad de Oportunidades ya
no era importante. Los ataques de 2003 tenían que ver con la eliminación del
aborto terapéutico y la decisión sobre el cuerpo de las mujeres, y esto ya lo
consiguieron.
-¿Cuál es la situación de la
mujer en Nicaragua y cómo evalúan el trabajo desempeñado por el actual gobierno
sobre el tema de género?
-Si en los gobiernos pasados no hubo ningún interés para los
temas de género, con el actual tenemos que registrar muchos retrocesos. Hay un
retroceso enorme sobre el tema de la laicidad del Estado y considero que es un
gobierno fascista en relación al respeto de los derechos de las mujeres, porque
simplemente nos manda a parir. Se está privilegiando el papel tradicional de la
mujer, el rol asignado por mandato religioso.
Hay un caso que se está denunciando a nivel internacional que
tiene que ver con la denuncia interpuesta en la Fiscalía por la Asociación
Nicaragüense Pro Derechos Humanos, cuya dirección está a cargo del obispo
Abelardo Mata, contra doce mujeres comprometidas con los temas de la defensa
de los derechos de las mujeres. Están siendo acusadas de apología del delito y
complicidad en la violación de la niña que ya mencioné anteriormente. Se trata
de un evidente caso de persecución política de este gobierno.
Sobre la situación de las
mujeres en Nicaragua, continúa la preocupación por los casos de violencia
intrafamiliar, que están incrementando el fenómeno del feminicidio y los altos
índices de violaciones. También en el caso del VIH y SIDA se está
viendo una feminización del fenómeno. Hay otro reto para la Ley de Igualdad de
Oportunidades: retomar el tema de la educación sexual y establecer las medidas
necesarias para este fenómeno.
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