Aunque se
habla muy poco de la presencia de las mujeres en la lucha de la
Asociación Nicaragüense de Afectados por Insuficiencia Renal Crónica
(ANAIRC), organización afiliada a la UITA, el papel de las viudas a
lo largo de este año de protesta en Managua, ha sido muy
significativo y cargado de mucho simbolismo. Ellas representan la
demanda digna de las mujeres que han quedado solas ante la Nicaragua
Sugar Estates Ltd, propietaria del Ingenio San Antonio e integrante
del Grupo Pellas, a quien responsabilizan por la muerte de sus
maridos.
En ocasión de la
conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Sirel
conversó con Carmen Ríos, presidenta de la ANAIRC.
-¿Cuál ha sido
la importancia de la presencia de las mujeres en esta larga lucha de
la ANAIRC?
-Ha sido una
experiencia muy importante y muy difícil al mismo tiempo. Como
mujeres y viudas hemos sentido muchas veces el desprecio de los
hombres y de las propias mujeres que pasan por el campamento,
mirándonos como si fuéramos algo raro solo por el hecho de estar
aquí resistiendo y luchando, en lugar de estar en nuestra casa.
Sin embargo,
esta experiencia nos hizo
crecer mucho en nuestra condición de mujer.
Hemos sentido
crecer nuestro valor y valentía, y somos un ejemplo de lucha ante el
mundo y ante nuestros propios hijo e hijas.
Hemos demostrado que podemos luchar
por una reivindicación social y responder a la grande
responsabilidad que nuestros maridos nos han dejado al fallecer.
Se
habla muy poco de nosotras, pero hay que recordar que
por cada ex trabajador del Ingenio San Antonio
fallecido, y ya son casi 3.700, hay una mujer que ha
quedado sola y que debe seguir luchando por sus derechos
y por su familia. |
-¿Cuáles han
sido las mayores dificultades a las que se han enfrentado las viudas
a lo largo de este año?
-Se habla muy
poco de nosotras, pero hay que recordar que por cada ex trabajador
del Ingenio San Antonio fallecido, y ya son casi 3.700, hay una
mujer que ha quedado sola y que debe seguir luchando por sus
derechos y por su familia.
Pasamos a ser invisibles y para
sobrevivir muchas de nosotras han tenido que buscar como seguir
adelante, haciendo los trabajos más humildes o ingresando a trabajar
en los cañaverales.
En este sentido,
estamos demostrando que sí se puede defender un derecho, que no
somos escorias, ni “las pobres viuditas solas”, que podemos salir de
la oscuridad, amparadas en la ley que nos otorga el derecho a
reivindicar lo que nos deben.
-¿Las viudas se
sienten parte integrante de esta demanda ante la empresa?
-Por supuesto.
Pedimos que se nos indemnice porque nuestros maridos fallecieron en
los cañaverales, porque tenemos que llevar adelante a nuestra
familia, porque tenemos el derecho a una vida digna. Y aunque hay
viudas que ya volvieron a formar un nuevo hogar, eso no exime a la
empresa de los daños que ha causado en el pasado.
-¿Cómo van a
conmemorar las mujeres de la ANAIRC esta importante fecha del 8 de
Marzo?
-Lamentablemente
hubiéramos querido conmemorarlo con algunas actividades que
enfocaran el significado de nuestra presencia en Managua,
pero la escasez de recursos nos obliga a privilegiar otro tipo de
gasto, como por ejemplo los alimentos.
No obstante, lo vamos a conmemorar
con el silencio de nuestra dignidad y convicción, participando en
actividades organizadas por organizaciones sindicales y de la
sociedad civil que nos han apoyado en la lucha.
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