Entre 1997
y 2007, la tasa de mujeres latinoamericanas empleadas pasó del 42,1%
al 47,1%. Los datos del estudio "Perspectivas para el Empleo Global"
presentado el último martes, en Suiza, por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), sin embargo, revelan que la región
está todavía gravemente afectada por el empleo informal.
Si se tiene en consideración solamente el número de mujeres
de la población económicamente activa, el número de mujeres
empleadas salta del 47,2% -en 1996- al 52,9% en 2007. Ellas son
mayoría en el sector de los servicios, lo que más creció en la
región, pero también lo que más genera empleos de baja calidad. El
desempleo de mujeres y hombres alcanza todavía al 8,5% de la
población económicamente activa.
El estudio de la OIT revela que América Latina
y el Caribe es la única región en la cual el empleo
vulnerable, con probabilidad de presentar bajas condiciones de
trabajo, aumentó en los últimos 10 años, del 31,4% al 33,2% del
empleo total. Para la OIT, la falta de un empleo decente hace
que las personas sufran discriminaciones, lo que les impide superar
las condiciones de pobreza y genera un círculo vicioso, del cual la
única salida es la creación de empleos seguros.
Para el director general de la OIT, Juan Somavia,
"a pesar de que el crecimiento económico genera millones de empleos
cada año, el desempleo todavía es elevado y este año puede alcanzar
niveles sin precedentes. Aunque haya más gente empleada que nunca,
esto no significa que sean empleos decentes“.
La tendencia de crecimiento del sector de los servicios es
una realidad mundial y está consolidándose frente a la agricultura
como el principal proveedor de empleos. En los servicios, el 42,7%
de los trabajadores del mundo están empleados, mientras que en la
agricultura se encuentran el 34,9% y en la industria el 22,4%. En
América Latina y el Caribe el peso de los servicios es
significativamente mayor: el 58,9%. En la industria la tasa es del
22% y es prácticamente la misma que la del resto del mundo. En la
agricultura, el porcentaje de latinoamericanos trabajando es de sólo
el 19,1%.
De acuerdo con la OIT, los gobiernos fallaron en crear
empleos de calidad que son esenciales para la disminución de las
desigualdades sociales y para que las personas dejen de vivir en la
pobreza. Los empleos de baja calidad, que alcanzan a cuatro de cada
diez trabajadores, son más frecuentes en regiones en desarrollo como
la latinoamericana. Estos empleos hacen que las personas sean
vulnerables a la pobreza y las expongan a bajos salarios,
condiciones de trabajo peligrosas e inexistencia de seguridad en
salud.
La OIT
estima que 487 millones de trabajadores, o el 16,4% del total, no
gana lo suficiente para superar con sus familias la línea de pobreza
de 1 dólar diario por persona. Y otros 1.300 millones de
trabajadores, el 43,5% del total, todavía viven por debajo de la
línea de 2 dólares diarios.
Somavia
dijo además que "podemos ver cómo el crecimiento económico no se
traduce automáticamente en más trabajo decente. Esto demuestra una
vez más que las políticas del mercado laboral deben estar en el
centro de las políticas macroeconómicas para garantizar que el
crecimiento sea integrador y que el desarrollo implique generar
empleos buenos y decentes. Por eso la situación económica actual es
muy preocupante, y la OIT estará muy atenta a lo que suceda
durante este año".
Adital
25 de enero de
2008
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