Colombia
Con
Ana María
Una colombiana desplazada por la violencia
|
|
|
Víctimas de la violencia,
Ana María, sus seis hijos, sus padres y su hermana llegaron a Apartadó, un
municipio del eje bananero de Urabá, al noroeste de Colombia. Llegaron con
lo puesto. Salieron una mañana, hace ya un año y medio huyéndole a la
muerte y no regresaron, ni piensan regresar. En el local de la junta de
vecinos del barrio “La Chinita”, Ana María relató su testimonio: un
pedacito de su vida en el trágico mapa de Urabá.
|
Niños de Urabá |
|
Cubriéndose con una
bolsa plástica, Ana María entra al local comentando a una amiga: “Yo cojo
el pago el sábado y me voy a ver a mis hijos”. Aunque es temprana la
tarde, la tormenta oscureció todo el barrio. A través de la puerta y la
cortina de agua, se observan esfumadas las siluetas de la pobre gente que
corre, que brinca charcos, que se protege bajo algún alero. El agua
percute con fuerza sobre las chapas del techo y una brisa fría eriza la
piel.
- Nosotros vivíamos en
Brunito Arriba, una vereda de Turbo. De allí nos fuimos porque había mucha
violencia, muchas masacres. Muy cerca de la casa se producían combates a
diario entre la guerrilla y el ejército. Nosotros nos atemorizábamos al
escuchar los disparos y tantas explosiones. Los combates ocurrían en la
noche, en la madrugada. Al amanecer uno encontraba gente muerta por todos
lados.
Un día el ejército nos
dijo que debíamos irnos. Logramos salir cuando las tropas se metieron en
el pueblito. Hace ya un año y medio.
Donde vivíamos había
mucha gente y todos se fueron. Nos amenazaron muchas veces, hasta que un
grupo armado mató a mi esposo. Yo vivía con mis padres, teníamos doce
hectáreas de tierra cultivadas con maíz, arroz; criábamos gallinas y
cerdos. Todo lo dejamos, no cogimos nada y no sabemos qué ha pasado con
nuestra propiedad. Nadie regresó de la familia.
Decidimos venir a
Apartadó. Aquí viven unos hermanos de mi marido. Cuando viajaba en el
camión pensaba que iba a encontrar armonía, colaboración...., -Ana María
llora. Sus amigas la abrazan, la consuelan. Al cabo de un momento, ella
respira profundo y continúa.
Llegamos a la casa de
unos familiares y luego nos asignaron un lote en este barrio donde hicimos
nuestra casita. Aquí vivo con mis padres, mis tres hijos, dos hermanas
menores, mi otra hermana y su marido; un primo hermano y sus hijos. Al
principio, con lo poquito que papá conseguía por allí fui alimentando a
mis hijos. Pero llegó un momento en el cual la situación se hizo más
difícil y no tuve más remedio que enviar a tres de mis niños a la casa de
una hermana de mi difunto esposo en Medellín. Hace un año que no los veo.
Sé que están pasando bien, esa gente los quiere mucho y si la virgen me
ayuda, pronto los voy a ver.
- En la casita de tres
salas que no tiene más de 60 metros cuadrados, viven cinco familias, 20
personas en total. De los seis mayores, sólo Ana María tiene un empleo
estable.
- Cuando llegamos a
Apartadó, la escuela no tenía cupo, así que los niños perdieron un año. La
cosa fue y es difícil aquí, pero yo no vuelvo ni amarrada a Brunito
Arriba. Gracias a una amiga ahora tengo un trabajo y con eso estoy
ayudando a mi familia. Trabajo en una finca bananera juntando el plástico
que se utiliza para proteger al banano. Me levanto a las 3 de la mañana,
preparo los alimentos para los niños y a las 5.30 marcho con otras 40
mujeres para la zona bananera. El viaje en bus demora cerca de una hora.
En la finca distribuyo los lotes a cada una de las mujeres y luego también
yo recojo el plástico del suelo. Caminamos mucho durante la jornada de
trabajo y eso cansa bastante.
Terminamos a las 2 de
la tarde, pero debemos esperar a los que trabajan en la empacadora y
embarque que suelen salir a las 6 de la tarde. Llego a casa a las 7 de la
noche, cuando los niños ya están dormidos.
- Ana María comenta el
que es en este momento su sueño más preciado: “Espero quedarme unos seis
días en Medellín con los niños y, como están de vacaciones, quizás los
traiga para que vean a sus hermanitos en Apartadó…”
Gerardo Iglesias
©
Rel-UITA
10 de
marzo de 2003
|