“Las mujeres latinoamericanas
representan el 20 por ciento de la fuerza laboral agrícola, pero enfrentan
desigualdades en su acceso a activos, insumos y servicios agrícolas, los cuales
son fundamentales para hacer crecer su producción de alimentos”, sostiene el
informe Estado de la Agricultura y la Alimentación 2011 de la Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), presentado el 7
de marzo y dedicado a analizar la brecha de género en la agricultura.
Las mujeres en la
región que trabajan en la agricultura tienden a ocupar más trabajos
temporales, estacionales y de bajos ingresos, en relación a los
hombres |
“Cerrar la brecha de género actual en la agricultura no se trata sólo de hacer
justicia social; es un paso clave para aumentar la productividad, reducir la
inseguridad alimentaria y promover el desarrollo sostenible en América Latina,
tres factores claves para lidiar con el escenario global caracterizado por el
alza de los precios de los alimentos”, dijo en la presentación del informe
Alan Bojanic, oficial a cargo de la Oficina Regional de la FAO para América
Latina y el Caribe.
Es común que las mujeres en la región tengan acceso limitado a la propiedad, y
cuando la tienen es de menor extensión y de inferior calidad. Además, poseen
menor cantidad de ganado y utilizan la tecnología en menor medida que los
hombres.
En América Latina, la participación
femenina en la fuerza laboral agrícola en promedio es de sólo 20 por ciento, la
más baja del mundo, llegando a 10 por ciento en Ecuador, Guatemala, Nicaragua y
Panamá.
“Las mujeres en la región que trabajan en la agricultura tienden a ocupar más
trabajos temporales, estacionales y de bajos ingresos, en relación a los
hombres”, dice el informe.
Sin embargo, las familias salen beneficiadas cuando las mujeres tienen más
influencia sobre las decisiones económicas, ya que destinan más ingresos a la
alimentación, la salud, la educación, el vestido y la nutrición de los niños.
“Estudios en Brasil muestran que los ingresos maternos tienen una mayor
influencia en los indicadores sobre nutrición de los hijos que los ingresos
paternos”, agrega la FAO.
“En los hogares con familias
ampliadas en México se ha visto que el incremento de los ingresos generados por
cualquiera de las mujeres del hogar —no sólo las madres— tiene repercusiones
positivas considerables sobre la nutrición de los niños, cosa que no sucede con
los ingresos generados por los hombres”.
La FAO invocó a los gobiernos a “eliminar la discriminación en el marco legal,
en el acceso a los recursos agrícolas, la educación, los servicios de extensión
y financieros”.
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