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					  Nicaragua 
                    
  
  
    
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								Día 
								internacional de la No Violencia contra las 
								Mujeres 
			
			
			
			“¡Yo decido, respeten mis derechos!”  | 
     
   
  
	
		
			
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				Juanita Jimenez y Yamilet Mejía 
				  
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					La Red de Mujeres contra la Violencia de Nicaragua difundió 
					este día un compromiso público de luchar hasta alcanzar el 
					restablecimiento de los derechos usurpados a las mujeres en 
					los últimos años, particularmente el del aborto terapéutico 
					recientemente  
					
					
					
					declarado ilegal 
					
					
					  
					
					“Mi hermanita (23 años) tomó un taxi blanco, con dos 
					hombres a bordo (el conductor y un acompañante en el asiento 
					de adelante) con destino a la Universidad del Valle. En el 
					trayecto, y sin ninguna señal, el acompañante se volteó 
					hacia el asiento trasero y la atacó sexualmente (quiso 
					manosearla), y como reacción natural ella se defendió: 
					golpeó, arañó, pateó. Ante esta reacción, los cobardes 
					atacantes la emprendieron contra ella a golpes y puyazos 
					(pinchazos). 
					  
					
					‘Nos salió dura esta potranca hija de puta’, gritaban 
					los sujetos y la cargaron a golpes en los bajos. Gracias a 
					Dios los ultrasonidos no mostraron daños en sus órganos 
					internos.  
					  
					
					Al ver que no podían dominar a mi hermana, le robaron 
					todo lo que traía (hasta los zapatos) y la tiraron del taxi 
					en uno de esos caminos desolados, donde una familia que vive 
					cerca del lugar, al oír sus desesperados gritos de ayuda, la 
					auxilió. Una hora después de estar mi hermana en el 
					hospital, llegó otra víctima, que tomó también un taxi 
					blanco, con dos hombres a bordo y el mismo modus operandi”. 
					
					  
					
					“Saliendo de la oficina cogí un taxi. El taxista subió 
					a un hombre que se sentó delante. Cuando miré que se estaban 
					desviando del camino le reclamé. El copiloto reclinó su 
					silla y se pasó a mi lado. Comenzó a golpearme en el 
					estomago, agarró mi cabeza y se la puso entre las piernas, 
					diciendome palabras obscenas con mucho odio y comenzando a 
					robarme mis cosas. El chofer decía: ‘Matemos a esta puta’, 
					pero al final me tiraron en un callejón. Lo peor fue la 
					Policía. Primero no me aceptaron la denuncia porque le 
					correspondía a otro Distrito y no a la Estación en que me 
					encontraba. Después de unas semanas, un periodista me enseñó 
					algunas fotos de personas que habían capturado y reconocí al 
					hombre que me había golpeado. Fui a la Policía, pero habían 
					extraviado mi denuncia. Ni la habían guardado en la 
					computadora. Tuve que volver a levantar mi denuncia. Me 
					sentí muy mal y lo primero que quiero pedir es que la 
					Policía demuestre más voluntad para proteger a las mujeres. 
					Me hizo sentir totalmente impotente…” 
					
					  
					
					Estas son sólo dos de las tantas denuncias que fueron 
					retomadas por la Red de Mujeres contra la Violencia 
					de Nicaragua, en ocasión del  Día internacional de la No 
					Violencia contra las Mujeres conmemorado el pasado 25 de 
					noviembre. 
					
					  
					
					En su declaración “¡Yo decido, respeten mis 
					derechos!”, la Red de Mujeres contra la Violencia 
					recordó cómo hace 46 años fueron asesinadas Minerva, Patria 
					y María Teresa Mirabal, por orden del dictador Rafael 
					Trujillo en República Dominicana. Por ello esta fecha 
					constituye un llamado a la acción contra la violencia hacia 
					las mujeres que promueven y utilizan los patriarcas, los 
					caudillos, los fundamentalistas religiosos y todos los 
					espacios de poder institucionalizado produciendo el 
					pensamiento y la cultura patriarcal machista, como 
					justificación de la subordinación y control de las mujeres. 
					
					  
					
					Según Juanita Jiménez, directora de la Red de 
					Mujeres contra la Violencia, “Como todos los años vamos a 
					establecer nuestro pronunciamiento analizando el contexto de 
					la violencia en nuestro país, y es un contexto muy difícil 
					para el ejercicio de los derechos de las mujeres. Un 
					contexto duro, con leyes que, de hecho, han quitado derechos 
					adquiridos para las mujeres, y en el que los índices de 
					impunidad y de falta de acceso a la justicia siguen siendo 
					alarmantes. A partir del año pasado, en acuerdo con el nuevo 
					Código Procesal Penal, se puso en desventaja total a las 
					sobrevivientes de violencia, ya que el monopolio de la 
					acción penal quedó en manos de la Fiscalía o Ministerio 
					Público. Esto no permite que la víctima pueda acceder 
					directamente al sistema de justicia y las denuncias se están 
					quedando en los archivos de la Fiscalía. 
					  
					
					En este 25 de noviembre estamos alertando sobre el 
					fenómeno de cómo la violencia se está institucionalizando 
					cada día más, y esto a pesar de las denuncias constantes que 
					venimos haciendo desde la Red. 
					
					Es importante que se señalen las causas reales de la 
					violencia y no sólo quedarnos con las consecuencias. La 
					violencia contra las mujeres es un síntoma de una enfermedad 
					social más profunda. 
					  
					
					El año pasado relevamos 68 casos de asesinatos atroces 
					de mujeres, y este año ya hemos llegado a 40, con mayor 
					incidencia en la zona norte del país. La causa principal es 
					el ejercicio del poder y del control a los que se pretende 
					someter la vida y el cuerpo de las mujeres. Los agresores 
					siguen siendo mayoritariamente sus ex compañeros. 
					
					Dejar en evidencia todo esto va a implicar un trabajo 
					más fuerte de parte de los medios de comunicación y de parte 
					de nosotras, cumpliendo un rol de fiscalizador y de denuncia 
					pública. 
					
					Los episodios de asaltos en los taxis no hacen sino 
					agudizar esta situación ya inaceptable. Eso no tiene que ver 
					sólo con problemas de pobreza o inseguridad ciudadana, sino 
					que es una expresión más del ejercicio del poder y del 
					desprecio que se practica sobre la vida de la mujer”. 
					 
					
					  
					
					
					
					Yamileth Mejía 
					hizo público el planteamiento de la Red de Mujeres contra 
					la Violencia, que afirma que “Las mujeres nicaragüenses 
					nos enfrentamos en este día a la persecución política del 
					Estado, ocasionada por la reciente derogación del Aborto 
					Terapéutico, que tendrá como consecuencia la muerte de más 
					mujeres. Esta decisión demuestra el desprecio con que se 
					trata desde el poder público el derecho a la vida ejercido 
					por las mujeres. 
					  
					
					Las amenazas, los golpes, la violencia sexual, los 
					asesinatos de mujeres, no pueden seguir siendo datos 
					estadísticos, sino que deben ser analizados con 
					responsabilidad por las instituciones públicas las que deben 
					definir acciones para detener la agudización de la 
					violencia. No se puede hablar de democracia en un país en el 
					cual ser mujer constituye un riesgo de muerte, en el cual la 
					justicia sigue privilegiando la impunidad de los patriarcas 
					y caudillos, la corrupción se ha institucionalizado y se 
					legislan leyes contra las mujeres para complacer a líderes 
					religiosos. 
					
					En esta fecha de lucha internacional, reafirmamos 
					nuestra demandas y ratificamos nuestro compromiso con las 
					mujeres en la lucha contra todas las manifestaciones de 
					violencia, que se ejercen en el ámbito privado y público. 
					  
					
					Ratificamos nuestro rol de ser gestoras de denuncias y 
					fiscalizadoras de la función pública. Nuestro aporte y 
					legitimidad ante la sociedad nos llena de valor y coraje 
					para no permitir que la violencia contra las mujeres se siga 
					institucionalizando. 
					
					Particularmente, hacemos nuestra la demanda ante las 
					autoridades policiales sobre la pronta investigación y 
					resolución de las denuncias que más de 80 mujeres han 
					interpuesto por haber sido agredidas brutalmente en los 
					taxis de Managua.  
					
					Dicha conducta misógina no es aislada, sino el 
					resultado directo de la impunidad, la corrupción y el 
					desprecio por la vida de las mujeres. 
					  
					
					Enarbolamos en nuestra campaña anual el lema ‘¡Yo 
					decido, respeten mis derechos!’, como un llamado urgente a 
					toda la sociedad nicaragüense, apelando al reconocimiento de 
					nuestros derechos individuales, políticos, sociales, 
					laborales, culturales, religiosos, sexuales, reproductivos, 
					y nuestra condición de ciudadanas con plena capacidad para 
					decidir sobre nuestras vidas”. 
    
    				
                    
							
						
						
							
								
								
									
										
											
												
												
													
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														En Managua,
														Giorgio Trucchi 
														
														
														
														© Rel-UITA 
														
                    
                    
                    
														
														
                    
														
														
														 
														27 de noviembre abril de 2006  | 
														
														 
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