Demandamos
derogatoria de norma que da pie
a su presencia en el
agro nacional
El Centro de la Mujer Peruana Flora
Tristán expresa su profunda
preocupación por la aprobación del
Reglamento de Bioseguridad para la
regulación, uso y desarrollo de
actividades con productos
transgénicos1,
por la forma inconsulta y poco
transparente en que ha sido emitida
la norma, y por los impactos
negativos que tendrá en la calidad
de vida de las productoras agrarias,
actoras fundamentales en el
resguardo de la biodiversidad del
país, la misma que constituye una de
sus principales riquezas heredada de
nuestras culturas ancestrales.
Los cultivos transgénicos son parte
de un modelo agro industrial de
producción de alimentos a gran
escala en beneficio de grupos de
poder económico que monopolizan las
patentes de semillas y plaguicidas,
con resultados devastadores para la
agricultura nacional, como ha
ocurrido en los países hermanos
México y Argentina. Este modelo que
pretende ser impuesto en el Perú
amenaza la seguridad y soberanía
alimentaria, al medio ambiente y la
propiedad de los recursos de las
poblaciones rurales que pueden verse
expuestas a dejar sus tierras.
Esa perspectiva agravará las
condiciones de desigualdad y
marginación de las productoras
agrarias, pues son las mujeres
quienes viven con mayor crudeza los
impactos de la pobreza y pobreza
extrema que se concentra en las
zonas rurales del país.
Las mujeres son las principales
productoras de alimentos básicos y
cumplen un rol determinante en
asegurar la alimentación de las
familias y en la generación de
ingresos, pese a lo cual están
ausentes en el diseño y aplicación
de políticas agrarias. Ellas
seleccionan y preservan las semillas
en base a su conocimiento ancestral
de las propiedades de las plantas y
métodos de conservación, saber
fundamental que aporta a la
agroecología como estrategia para
enfrentar los impactos del cambio
climático, lo que se vería
gravemente en riesgo con los
cultivos transgénicos.
La agricultura familiar predomina en
el Perú. Se dedican a ella 04 de
cada 10 trabajadores/as, aportando a
mantener la diversidad de cultivos
que son fuente para un desarrollo
sostenible con igualdad de
oportunidades, sin dependencia
económica y tecnológica que el
cultivo de transgénicos puede
arrasar con graves consecuencias
sociales, económicas y ambientales.
El Centro de la Mujer Peruana Flora
Tristán se suma a las numerosas
voces de organizaciones e
instituciones que demandan la
derogatoria del DS 003-2011-AG, así
como el debate en el Congreso de las
propuestas legislativas para la
moratoria de esta iniciativa. Y pone
sobre el tapete la importancia de
reflexionar sobre los desafíos que
como Estado y sociedad enfrentamos
frente al fenómeno global del cambio
climático que ya viene causando
estragos en el país, considerando
como un aspecto ineludible la
soberanía alimentaria, es decir el
derecho de los pueblos a definir sus
políticas agrarias y de
alimentación, ante lo cual es
necesario conocer las posiciones de
las dos agrupaciones políticas en
contienda electoral.
Lima 28 de abril del 2011
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