Después
del atentado del 11 de septiembre del 2001 a Nueva York,
Europa pasó a ser el principal destino de los inmigrantes
provenientes de América Latina y el Caribe, según
investigación de la Organización Internacional de las
Migraciones. El crecimiento de la cifra de inmigrantes de
esta procedencia se debe en mayor medida al sudeste europeo.
Por ejemplo, entre 1995 y 2003 la población de
latinoamericanos y caribeños en España se incrementó de
92.642 para 514.485. Otros grandes países receptores son
Italia y Portugal, que poseen lazos históricos con la
región.
Las dificultades económicas, además de
las restricciones en la concesión de visas por parte del
gobierno estadounidense, tal vez sea el principal motor de
esta diáspora, el perfil de los recién llegados a Europa
arribados de países latinoamericanos desentona de los
usuales estereotipos sobre inmigrantes. Se trata de jóvenes,
principalmente mujeres (más de la mitad del número total de
inmigrantes), con buena educación y con gran disposición
para remitir divisas a sus países de origen. Solamente los
inmigrantes de España enviaron a los países de la región mil
millones de dólares en los últimos años. Individualmente,
los inmigrantes latinoamericanos y caribeños envían más
dinero para casa de lo que la bien establecida comunidad
latina de Estados Unidos.
Flujo migratorio debe aumentar
Ante el estrechamiento de las relaciones
entre la Unión Europea y los países latinoamericanos y
caribeños, que avanza con más rapidez de lo que las
negociaciones para el Área de Libre Comercio de las Américas
(Alca), la perspectiva es de que este flujo migratorio
tienda a crecer. Por eso, la UE ya inicia el establecimiento
de acuerdos sobre migración con cada país de la región para
evitar el tráfico de personas y la inmigración ilegal,
destinando para esta cooperación 13 millones de euros en
2003.
Con el fin de la política de
"inmigración cero" del Continente europeo decretada en el
2000, después de 30 años sin admitir migraciones oficiales,
Europa comienza a "importar cerebros" de América Latina y el
Caribe, bien como facilitar la entrada de trabajadores para
atender las demandas por empleados para sectores como
construcción civil, trabajo doméstico y hotelería. La
admisión de inmigrantes se debe principalmente al
envejecimiento y disminución de la tasa de natalidad en el
continente, abriendo espacio para la incorporación de
recursos humanos externos.
El aumento del número de inmigrantes
debe ocurrir como consecuencia de esta primera "onda"
migratoria, pues la tendencia de los latinoamericanos y
caribeños establecidos es de traer posteriormente a los
parientes para el nuevo hogar.
Evandro Bonfim
Adital
29 de junio de
2004