Argentina
IV Foro
Latinoamericano y del Caribe en VIH/SIDA e ITS*
Las mujeres, principales víctimas
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El foco de la reunión que se llevó a
cabo en Buenos Aires entre el 17 y el 20 de abril pasado, estuvo puesto
en el sector de mayor riesgo: chicas jóvenes, pobres, y marcadas por los
tabúes sociales son las nuevas víctimas de la enfermedad que cada minuto
se propaga en 55 mujeres
El SIDA galopa aceleradamente entre los sectores más pobres
de los países en vías de desarrollo, culpa de la desigualdad, la
discriminación y la exclusión social. Han transcurrido 25 años después
de la detección de los dos primeros casos de SIDA en California.
Hoy, el VIH es una pandemia social. Afecta a 40,3 millones de
personas en todo el mundo, 25,8 millones, entre adultos y niños, se
encuentran en África, la región más afectada, mientras que
América Latina está en el tercer lugar con 1,8 millones de
afectados. Pero lo más preocupante es el crecimiento dramático entre las
mujeres: en tres años, se ha pasado de una mujer infectada por cada
siete u ocho hombres infectados, a tener hoy una mujer infectada por
cada tres hombres
La “feminización de la enfermedad” debido a la pobreza, la
falta de educación y al aún imperante machismo en la región, fue la
principal conclusión del IV Foro Latinoamericano y del Caribe en
VIH/SIDA e ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) que concluyó el
viernes 20 y que reunió a 3.000 especialistas y ONG´s de 20
países durante tres días, para formular nuevas respuestas en conjunto.
Esto se debe a la discriminación y el machismo que aún impera en nuestra
región, que hace que la mujer no tome la iniciativa a la hora de usar el
preservativo por miedo a molestar a su pareja. Es decir que las mujeres
son doblemente afectadas: por la pobreza y falta de educación sexual, y
por el poder imperante del hombre.
Ninguna mujer nació para ser
prostituta
Los tabúes sociales, la persecución a los “diferentes” o
minorías del modelo “normal”, y la hipocresía, siguen siendo las
conductas sociales más peligrosas y las mayores responsables del
incremento de víctimas que cada año se cobra Latinoamérica. Quizás el
caso más paradigmático de cómo influye la situación económica y de
exclusión social, la viven las prostitutas, que reúnen todos los
factores de riesgo tratados en el Foro. Son pobres, no tienen acceso a
educación, son obligadas por el sistema económico, son mujeres, son
jóvenes, son presa del machismo, son perseguidas hipócritamente y además
discriminadas por la sociedad.
Lo más preocupante es el crecimiento dramático del VIH
entre las mujeres: en tres años, se ha pasado de una
mujer infectada por cada siete u ocho hombres
infectados, a tener hoy una mujer infectada por cada
tres hombres |
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Sirel
habló con una de ellas, Laura González, miembro de la Asociación
de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMMAR), cuyo lema
es “Ninguna mujer nació para ser puta”, título también de un libro que
se agotó en el encuentro, así como sus reuniones fueron las de mayor
convocatoria. “Nuestros maridos no tienen trabajo y debemos mantener a
nuestros hijos. Nosotras tampoco conseguimos. Ser puta no es una opción,
en todo caso es la `única´ opción que te deja el sistema capitalista”,
aclara González.
“El objetivo primordial de este grupo, no es el de `recuperar´
a las prostitutas, eso es para los curas. Lo primero que queremos es que
tomen conciencia de quiénes son, que se fortalezcan personalmente, que
recuperen su cuerpo, y que entiendan qué factores político-económicos
las llevaron allí. Después tenemos programas de nuevas alternativas
laborales y micro emprendimientos a los que se pueden adherir”. Este
grupo ha logrado el apoyo del Estado, del Gobierno de la Ciudad y de
muchísimas organizaciones, lo que lo hace uno de los colectivos más
fuertes en la actualidad. Brasil es uno de los países de mayor
riesgo para las trabajadoras sexuales. Según un informe, el 7 por ciento
de las prostitutas son seropositivas, pero entre las que ejercen esa
actividad en los barrios más pobres de Brasil, esa tasa aumenta
al 18 por ciento y entre las mujeres analfabetas hasta el 23 por ciento
Discriminadas y sin poder
“Ser mujer y tener SIDA…bueno, sabemos lo que
significa para las sociedades machistas latinoamericanas: sos prostituta
o promiscua, lo `peor´ para una mujer”, explica con una sonrisa burlona,
la argentina Patricia Pérez, profesora de gimnasia y madre de un
hijo, y la primera mujer seropositiva candidata al Premio Nóbel de la
Paz por su labor al frente de la Comunidad Internacional de Mujeres
(ICW) con VIH/SIDA, una organización que trabaja en 18
países de la región con mujeres afectadas de bajos recursos. “No hay que
callarse o recluirse si una contrae el virus. No somos promiscuas por
tener VIH. De hecho, el 90 por ciento de las mujeres embarazadas
infectadas con SIDA sólo han tenido una o dos parejas sexuales.
Eso demuestra que el riesgo de infección de esas mujeres depende casi
exclusivamente del comportamiento sexual de su pareja masculina y no del
de ella, que no pudo elegir.” afirma Pérez. Hay que aclarar que
las pruebas de neonatología son el principal sistema (tardío) de
evaluación sobre VIH en mujeres en Latinoamérica, por lo
que se puede llevar esta muestra a todo el espectro femenino. La pobreza
hace que, muchas veces, el primer control médico de una mujer sea antes
de entrar a la sala de parto.
“En la actualidad, las portadoras del virus se encuentran
discriminadas y tienen muchas dificultades a la hora de encontrar
trabajo”, aseguró Pérez. Además afirmó que en muchos países las
afectadas tienen acceso al tratamiento cuando están embarazadas y una
vez que dan a luz la prioridad pasa al bebé, por lo que ellas sólo son
tomadas en cuenta como "recipiente". “Las mujeres que vivimos con
VIH/SIDA tuvimos que recorrer un camino largo e ir aprendiendo en la
medida que íbamos avanzando, por eso hoy queremos que se pase de la
declaración a la acción”, afirmó tajante la dirigente. El avance del
SIDA entre la población femenina se debe a la distribución desigual
del poder entre hombres y mujeres, a estereotipos, y a arraigados
factores sociales y económicos que dan lugar a una cultura de silencio
alrededor del sexo, señaló a su vez la ministra de la Secretaría
Especial de Política para las Mujeres de Brasil, Nilcea Fiere.
“Las mujeres que vivimos con VIH/SIDA tuvimos que
recorrer un camino largo e ir aprendiendo en la medida
que íbamos avanzando, por eso hoy queremos que se pase
de la declaración a la acción”, afirmó tajante Patricia
Pérez, la primer mujer seropositiva candidata al Premio
Nóbel de la Paz |
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"Las mujeres quieren agradar a sus parejas y en muchas
ocasiones no se atreven a enfrentarse", añadió a su vez Magdalena
Faillace, representante especial para temas de la mujer de la
Cancillería argentina y aseveró que "existe una relación directa entre
la feminización de la pobreza y la feminización del SIDA". La
feminización de la epidemia, señaló a su vez, Marcela Suazo,
directora regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA),
se debe a varios factores, pero principalmente a las inequidades de
género. “Las mujeres no tenemos el mismo acceso a la toma de decisiones
y por tanto a protegernos del VIH. Por otro lado, tenemos que
tener en cuenta el tema del estigma y la discriminación, dos factores
que limitan la participación de las mujeres en los programas de
protección”, afirmó Suazo. A la vez encomió a la construcción de
“nuevas masculinidades”, donde las mujeres no se sienten exigidas a
patrones de comportamiento que las induzcan a situaciones de riesgo
frente al VIH, y la pobreza.
Centroamérica y Caribe en el foco de
la reunión
“En Centroamérica, hemos pasado de una mujer contagiada por
cada nueve hombres a una mujer por cada hombre, es decir el 50 por
ciento”, aseguró Marcela Suazo, al referirse a la inminente
feminización del VIH, durante el IV Foro Latinoamericano y del
Caribe en VIH/SIDA. A su vez, Nina Ferenci, directora del
Programa de Naciones Unidas para el SIDA (ONUSIDA),
afirmó que en el Caribe, el VIH/SIDA es una de las
principales causas de muerte en adultos de entre 15 y 44 años de edad,
aunque se mostró fuertemente preocupada por el incremento que sufre
Centroamérica. Las últimas estimaciones de ONUSIDA publicadas
en noviembre de 2006 indican que la frecuencia del VIH es mayor
en los países más pequeños de América Central: más del 1por
ciento en El Salvador, Guatemala y Panamá, 1,5 por
ciento en Honduras y 2,5 por ciento en Belice en 2005.
De toda la región, los casos más preocupantes fueron los de
Guatemala y Honduras, por su mayor población. El combate a
la discriminación que sufren más de 65 mil personas portadoras de VIH
en Guatemala, es uno de los principales ejes del proyecto “Más
Derechos, Menos Discriminación” que pretende sensibilizar a toda la
población sobre esta enfermedad y reducir la estigmatización social que
afrontan quienes viven con este mal. El programa, de tres años de
duración, que será coordinado por el Ministerio de Salud Pública,
con el apoyo de ONG´s, se llevará a cabo en 178 comunidades
indígenas, con la participación de 32.000 estudiantes de primaria,
30.000 jóvenes de entre 10 y 18 años, que no pertenecen al sistema
educativo, así como 1.600 maestros según lo dio a conocer Víctor Hugo
López, coordinador del programa. “Lo más importante es que los niños
aprendan y pasen este conocimiento a los padres. Que no hay que
discriminar y que hay que cuidarse en las relaciones sexuales”, indicó
López.
A su vez Arelí Cano Mejía, representante del
Ministerio de Salud de Nicaragua afirmaba que se están llevando a
cabo acciones en las escuelas, principalmente las rurales. “Hay que
pensar que muchos campesinos no han recibido buena educación durante más
de 15 años, desde la caída de la Revolución Sandinista. Debemos
recuperar el terreno perdido, porque cada vez son más los casos de
VIH en Nicaragua, al ser un país de mucho tránsito. En
noviembre realizaremos una reunión centroamericana para ver como
abordamos el tema con políticas conjuntas”, afirmó Mejía.
En Buenos Aires, Javier
Amorin
© Rel-UITA
2
de mayo de 2007
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Infecciones de Transmisión
Sexual
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