Si algo quedó claro en
el primer encuentro latinoamericano "No al femicidio", celebrado en Guatemala
durante la tercera semana de mayo, es que el asesinato de mujeres en los países
de la región no es sólo un problema de maridos golpeadores o de esposos que
matan. El dilema radica en la cultura patriarcal que predomina en América
Latina, y que hay que combatir desde las aulas.
Las torturas, violaciones y formas de asesinar a las mujeres
es consecuencia, en gran parte, del machismo, coincidieron los grupos
participantes, provenientes de México, Honduras, Guatemala
e incluso de Estados Unidos, y eso requiere una urgente atención. Las
activistas que llegaron a Guatemala para unificar criterios y acordar un
plan de prevención ante los asesinatos contra mujeres, determinaron que para
romper con la cultura patriarcal dominante, es necesario concientizar a la
ciudadanía en las aulas, desde la educación primaria hasta el nivel básico y la
universidad.
Norma Cruz,
de la no gubernamental Red de Sobrevivientes de la Violencia, está
convencida de que si a los niños se les enseña desde la primaria el respeto
hacia las mujeres, se habrá comenzado con la ruptura de la cultura machista.
Cruz dirige la red, donde han atendido a por lo menos 2.000 mujeres víctimas
de violación sexual, física y psicológica. La activista señaló a SEMlac
que una de las conclusiones del encuentro es que existen patrones similares de
asesinatos de mujeres en México, Honduras y Guatemala.
Para Álvaro Matus, fiscal de delitos contra la vida
del Ministerio Público, existe un alto porcentaje de asesinatos de mujeres en
los que el esposo, compañero de vida o novio ha sido el victimario, porque ha
habido un historial de violencia intrafamiliar precedente. En Guatemala,
el Ministerio Público recibió, solo el año pasado, un total de 41.000 casos de
denuncias por violencia intrafamiliar y 7.000 de ellas correspondían a mujeres
agredidas por sus maridos.
De acuerdo con el Parlamento Europeo, que en 2007 requirió al
Estado de Guatemala protección para la vida de las mujeres y la
aclaración de los casos de asesinatos, la estructura social mexicana y de
Centroamérica están basadas en la mentalidad patriarcal, en la cual está
sumamente normalizada la violencia contra las mujeres.
La guatemalteca Catalina Soberanis, del Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), aseguró "seguir percibiendo
que son los factores socioculturales los que desencadenan los asesinatos de
mujeres". Soberanis, también ex presidenta del Congreso de la República,
aseguró que la situación de Guatemala sigue siendo la más grave de
Centroamérica.
En Guatemala, de 2001 a 2007 se han contabilizado
4.213 muertes violentas de mujeres. Mientras que en México, entre 1999 y
2006 fueron asesinadas 6.000 niñas y mujeres. En El Salvador, sólo en
2004 fueron asesinadas 2.933 mujeres y en Honduras, de 2002 a 2005, lo
fueron 442 mujeres. En Nicaragua, 203 mujeres fueron víctimas de
homicidio entre 2003 y 2005. Los informes del Ministerio Público de este país
destacan que los cuerpos de las mujeres encontrados en sitios baldíos, a orillas
de la calle, en barrancos o en hoteles, presentan golpes, violaciones,
desmembraciones algunos, degolladuras o tiros. Para Hilda Morales, del
Grupo Guatemalteco de Mujeres, ello es una muestra del odio hacia la mujer
por la misma condición de serlo.
Carlos Castresana,
jefe de la Comisión de Internacional Contra la Impunidad en Guatemala,
calificó de epidémicos los delitos cometidos contra las mujeres, y dijo que eso
refleja un alto grado de discriminación. Además, coincidió con las
representantes de los países participantes en la necesidad de implementar un
plan urgente de prevención de la violencia contra la mujer. La ministra de
Educación, Ana de Molina, indicó, sin embargo, que aún no se tiene
contemplado incluir en el plan de estudios el tema de la no violencia contra la
mujer. Aseguró que la cartera que dirige comenzará a introducir a los padres de
familia en la formación de principios y valores, primero, y en el respeto y el
comportamiento, después.
Aunque algunos países como México, Costa Rica,
España y ahora Guatemala ya cuentan con leyes que castigan los
femicidios, eso no implica que automáticamente se dejen de asesinar a las
mujeres. Combatir la violencia es un esfuerzo de Estado, destacaron los grupos
defensores de derechos de la mujer.
Alba Trejo
SEMlac
30 de mayo de 2008
|