Con ocasión del Día
Internacional del Agua, celebrado internacionalmente el 22 de marzo, se volvió a
hacer hincapié en la trascendencia actual e histórica de las mujeres en el
manejo y cuidado del agua.
La relación entre mujer,
medio ambiente y agua se remonta a los orígenes de la humanidad, sin embargo, lo
que ello significa, las responsabilidades sociales e individuales y el contexto
de esta relación, su consideración como asunto público y los efectos sobre las
personas, ha variado con los siglos y con el avance de instituciones, culturas,
sistemas económicos y políticos de la sociedad actual.
Las mujeres tienen un papel
muy importante, son a menudo quienes recogen, utilizan y administran el agua, no
solamente en los hogares, sino también en la agricultura pluvial y de riego,
señala la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).
Así, la responsabilidad de
la población femenina en las áreas rurales de todo el mundo es mayor, ya que
mujeres, niñas y niños son quienes proporcionan prácticamente toda el agua,
vital para las necesidades de los hogares rurales, que es utilizada para
procesar y preparar alimentos, beber, bañarse, lavar, regar la huerta y dar de
beber a los animales. En otras palabras, el agua es un elemento básico esencial
para todas las formas de vida y en la mayoría de los países en desarrollo, las
mujeres son las responsables principales y a veces únicas de la gestión del agua
a nivel doméstico y comunitario.
En este rol, las mujeres son
responsables de buscar las fuentes de agua, identificar su calidad higiénica y
calcular la cantidad que necesitarán. Sin duda que estas decisiones, en esta era
global dependen de su posición social, ubicación geográfica y las fuerzas del
mercado. Por ello, para la FAO las mujeres son la clave del éxito de toda
política y programa para el desarrollo de recursos como el agua y el riego.
Desde 1993, el 22 de marzo
se celebra el Día Internacional del Agua, y este año la Asamblea General de la
Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró el 2008, como Año Internacional
del Saneamiento. En este marco fue que se señaló este año para la celebración
del papel importante que las mujeres cumplen también en las ciudades.
El documento ¿Qué son los
Bienes Comunes?, cuyo texto, editado por la Fundación Heinrich Böll Stiftung
y Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) también fue
publicado por SEMLac, apunta que hace no mucho tiempo hubiera sido un
disparate, hablar de agua embotellada vendida a precios gigantescos. Ahora, en
las ciudades, quienes tienen dinero tienen acceso al agua limpia, en tanto que
las personas que carecen de este servicio reciben calidades de agua inferiores,
cuyo uso se asocia a enfermedades que atacan tanto a las y los habitantes de las
ciudades como a los del área rural, señala.
Al respecto la FAO,
indica que “el agua se contamina al ser utilizada con fines diversos, como el
consumo humano y animal, además de que el transporte de la fuente original al
recipiente y de éste a otros crea un alto riesgo de contaminación”. De la misma
manera el documento ¿Qué son los Bienes Comunes? dice que se estima que entre un
cuarto y un tercio de la morbi-mortalidad humana es directamente atribuible a
factores ambientales, entre los que destacan las enfermedades relacionadas con
el agua, siendo mucho mayor el efecto en la población más pobre, con “una
repercusión desproporcionada” sobre los sectores más vulnerables.
Un Derecho
Humano
La Declaración Universal de
Derechos Humanos dispone en su Artículo 25 que toda persona tiene derecho a un
nivel de vida adecuado, que le asegure entre otros aspectos, el acceso a
distintos servicios sociales. El Artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, establece el derecho de todas las personas a
tener un nivel de vida adecuado. De esta disposición normativa se desprende la
observación número 15 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
que dispone, entre otras cosas, que el derecho al agua constituye un derecho
humano fundamental.
En este sentido, el agua es
un bien social que se relaciona invariablemente con la dignidad, la vida y la
salud humana. Una distribución justa y equitativa del agua asegura el principio
de disponibilidad de la observación número 15 del Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales de Naciones Unidas, que establece sustancialmente que el
abastecimiento de agua de cada persona debe ser continuo y suficiente.
Sin embargo, José Esteban
Castro, investigador de la Universidad de Newcastle, Inglaterra,
sostiene que en el mundo menos de 10 países controlan cerca del 60 por ciento de
los recursos de agua dulce globales. Por lo que advierte que los problemas
relacionados con la gobernabilidad y la gestión del agua serán una fuente
creciente de conflictos, toda vez que el agua dulce se encuentra distribuida en
forma irregular y desigual en el planeta.
Día Mundial del
Agua
El 22 de diciembre de 1993,
la Asamblea General de la ONU, declaró cada 22 de marzo como Día Mundial del
Agua, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de la Naciones
Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo contenidas en el Capítulo 18 (Recursos
de Agua Dulce) de la Agenda 21. Se invitó entonces a los diferentes Estados a
consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la celebración de
actividades concretas como el fomento de la conciencia pública a través de la
producción y difusión de documentales y la organización de conferencias, mesas
redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la conservación y
desarrollo de los recursos hídricos así como con la puesta en práctica de las
recomendaciones de la Agenda 21.
Dado que la Asamblea
General de la ONU declaró el 2008 como Año Internacional del Saneamiento el Día
Mundial del Agua 2008 hace énfasis en las cuestiones relacionadas con el
saneamiento. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF,
por sus siglas en inglés), el saneamiento contribuye al desarrollo, previene la
transmisión de enfermedades y favorece la educación de las niñas y la igualdad
de género.
El saneamiento es el
conjunto de técnicas y elementos destinados a fomentar las condiciones
higiénicas en un edificio, de una comunidad o de una localidad. Sin embargo, en
el mundo millones de personas carecen de él. Los informes de organizaciones no
gubernamentales y de organismos internacionales señalan la importancia de que
las poblaciones tengan acceso a sistemas de saneamiento adecuado, enfatiza
UNICEF.
Hoy en día, la
disponibilidad de agua limpia para las mujeres pobres de zonas rurales y urbanas
se ha visto afectada por la privatización. Mientras no se reconozca esta
estrecha relación entre acceso al agua y pobreza y no se considere que, además
de un derecho humano fundamental, el agua es un bien social, es decir un recurso
que forma parte del patrimonio común de la humanidad, en cuyo cuidado y
conservación las mujeres cumplen un papel primordial, se profundizará la
feminización de la pobreza y los problemas de escasez de recursos hídricos.
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