En momentos en que el
apogeo de la temporada ciclónica se avecina y no dejan de ocurrir desastres
naturales, que colocan a miles de seres humanos en situación de emergencia,
remediar las relaciones esenciales entre los cambios climáticos y la vida de las
personas resulta de particular importancia.
"Hay dos desafíos que se tienen que atender en relación con
el cambio climático: uno es la mitigación y el otro es la adaptación a éste",
dijo a SEMlac Balbina Hernández Alarcón, directora de Equidad de Género
de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México. La
funcionaria azteca estuvo recientemente en la capital dominicana participando en
un evento sobre medio ambiente y recursos naturales, donde compartió ideas sobre
desarrollo sustentable y desarrollo humano desde una mirada de mujer.
"En México se ha estado planteando que no hay
posibilidades de revertir el cambio climático: ya estamos en él debido a un
sistema de producción y de consumo muy agresivos a los recursos naturales,
partiendo de la idea que los recursos nunca se van a acabar; entonces hay una
sobreexplotación del manejo ambiental", aseveró.
"Esto tiene consecuencias en el deterioro de la tierra, la
disminución de las especies, un consumo específico de energía que genera
contaminantes. Y esto es lo que más afecta a las mujeres. Si hay poca producción
y los hombres emigran, son las mujeres las que resienten el quedarse en tierras
desérticas con menos especies para el consumo humano y la desaparición de
plantas para medicamentos", añadió.
La feminista participó en República Dominicana del
Seminario Internacional Mujer, Familia, Empoderamiento y Desarrollo Humano,
convocado por varias entidades gubernamentales llamadas a debatir el tema por la
Secretaría de la Mujer (SEM). Este año, la SEM ha dado a conocer
su segundo Plan Nacional de Equidad de Género, que apuesta a avanzar, con pasos
largos, hacia la generación de condiciones para iguales oportunidades de hombres
y mujeres. Nada se puede anticipar por el momento, aunque el intercambio con
otras experiencias deja al país un saldo positivo indiscutible.
República Dominicana
ha enfrentado en los últimos tres años situaciones terribles con las tormentas
Noel y Olga, de las cuales aún no se recupera del todo. Muchas
familias permanecen fuera de los hogares que resultaron arrasados, y los
cultivos no han vuelto a alcanzar las marcas anteriores. Los costos de la
alimentación son muy altos, a lo que se suma el incremento de los precios del
petróleo que encarece notablemente el transporte. Un ejemplo sencillo se halla
en el plátano que, en sus distintas variedades, suele ser parte de la dieta
diaria y casi invariablemente constituye el desayuno, convertido en un puré
llamado "mangú". Cada plátano cuesta ahora cuatro veces más que a mediados del
pasado año.
En el encuentro internacional, al que asistió la mexicana
Hernández Alarcón, se tipificó la urgencia de acciones que permitan un
desarrollo sustentable de las naciones, en aras de un mejoramiento social,
ambiental, cultural y político, que no comprometa los recursos necesarios para
las futuras generaciones. Un acercamiento a la situación de las mujeres, en ese
contexto, revela que ellas son altamente vulnerables porque, aunque conocen muy
bien los ecosistemas de los sitios donde viven, inciden poco en la toma de
decisiones: "Cerca del 80 por ciento de la población mundial utiliza plantas
medicinales -refirió la agroecóloga- y son las mujeres quienes mejor las conocen
porque son las que cuidan de los enfermos. Asimismo, ellas son las que producen
entre el 60 y el 80 por ciento de los alimentos en la mayoría de los países en
desarrollo, pero poseen en propiedad sólo el uno por ciento de las tierras".
"Frente al cambio climático, el trabajo de las mujeres se
incrementa y es más difícil de realizar: tienen que trabajar más para conseguir
los alimentos, caminan más en busca de leña y agua; la atención a la parcela se
vuelve más dura. Ellas tienen que enfrentar los riesgos en peores condiciones y
solas en muchos casos, por el incremento de la migración masculina", subrayó.
Con ese aserto, Hernández Alarcón quiso significar que el cambio
climático complica la vida de las mujeres también, porque ellas suelen tener
dificultades para organizarse en un régimen patriarcal que las condiciona a ser
menos autónomas. "Se les afectan también los mecanismos de consumo, porque como
es más barato usar productos procesados que producirlos, e ir tres horas a un
mercado a comprarlos es menos complicado, se generan más desechos sólidos de
plásticos, cristales, latas, envoltorios. Como a ellas históricamente se les ha
encargado extender el trabajo doméstico al espacio público: las mujeres limpian
y ellos contaminan", señaló.
Desventajas
para enfrentar riesgos
"Las afectaciones mayores para ellas se van a dar en los
riesgos, -considera la funcionaria mexicana- porque las mujeres tienen menos
entrenamiento para enfrentarlos. Por los roles de género, no están listas para
enfrentar las inundaciones. Ellas, muy mayoritariamente, no saben nadar".
Evocando las inundaciones del pasado año en la zona sur de México, y
concretamente en Tabasco, la ciudad capital de Villa Hermosa, a
unos 700 kilómetros de Cancún, Hernández Alarcón recordó que 70
por ciento de las afectadas fueron las mujeres. "Si ellas no saben nadar,
difícilmente pueden enfrentar una situación de esa naturaleza, buscar medios de
sobrevivencia y resguardar algunos de sus bienes", subrayó. "Los bienes del
hogar son un asunto que manejan las mujeres. Muchas veces, estos fenómenos
ocurren cuando los hombres no están. En la generalidad de nuestros países, no
hay una capacitación para enseñarles a enfrentar los riesgos", indicó.
La experta mencionó algunos proyectos que desarrolla la
Secretaría de Medio Ambiente del gobierno mexicano, entre los cuales se halla
uno, en Yucatán, que se ocupa de inculcar acciones ante la situación de
huracanes, que tienen una alta incidencia en esa zona, lo mismo que en todo el
Caribe y buena parte de Centroamérica. Allí se están ensayando
condiciones para producir rápida y ordenadamente la evacuación. "Las políticas
públicas no están pensando en las realidades diferenciadas por género. Pero, de
pronto, parece como si las mujeres fueren las únicas responsables de controlar
situaciones resultantes del cambio climático y de los fenómenos naturales con
que éste se expresa. Procurar una mirada de y hacia las mujeres es asunto de
primera prioridad porque, desgraciadamente, habrá otros desastres", concluyó.
Mirta Rodríguez Calderón
Tomado de SEMlac
20 de agosto de 2008
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