Noruega se convierte en el primer país en el mundo en
introducir una ley que obliga a las empresas que cotizan en
bolsa a contar con una cuota femenina de 40 por ciento en
sus mesas directivas.
El cambio de año convierte a Noruega en nación pionera en
los derechos laborales de la mujer. Al iniciar el 2006
comienza a tener vigencia una ley que obliga a las empresas
que cotizan en bolsa a tener en sus mesas directivas una
representación femenina del 40%. Las empresas contarán con
un plazo de dos años para cumplir dicha cuota. Aquellas
compañías que fallen en cumplir tal objetivo tendrán que
enfrentar multas, procesos jurídicos y hasta una liquidación
cuando se comprueben fallas de gravedad.
La ley prevé además que las empresas de nueva formación
cumplan con tal cuota desde un inicio. La iniciativa fue
pactada hace dos años con la mayoría de todos los partidos
representados en el parlamento noruego. 'Es la única
alternativa viable para imponer la igualdad de derechos
laborales entre ambos sexos', según la exministra de
Justicia Grete Faremo, quien integró el gabinete de la
primera ministra Gro Harlem en los años 90. 'Hace unos años
la participación femenina en los comités de vigilancia de
las empresas era de un 6%. Cuando parecía inevitable la
introducción de una cuota por ley, entonces aumentó a un
20%. 'Durante décadas la igualdad de derechos fue parte
integral de nuestros discursos, con escasos resultados',
dice. La exministra, ahora alta ejecutiva del gigante de
software Microsoft, señala que la discusión debe centrarse
en la capacidad, ya sea de candidatos hombres o mujeres.
El futuro
de las mujeres
Sin duda
que hay suficientes mujeres competentes que quieren ejercer
cargos de poder', dice por su parte Turid So-Vang,
cazatalentos para la dirección de empresas. 'Yo misma
pensaba que la discusión sobre las cuotas femeninas había
muerto por fin, pero ahora que se discute nuevamente, el
tema no es tanto la cuota ya sea para mujeres o para
hombres, sino la competencia de los candidatos. 'Female
Future', se llama un proyecto de la Confederación de
Industriales Noruegos, con la que se quiere mejorar la
creación de valor en las empresas. El proyecto pretende
mejorar el potencial de liderazgo femenino y fue una
respuesta a la iniciativa gubernamental cuya vigencia fue
posible impedir.
Mientras algunos directivos opinan que dos años son muy poco
tiempo para mejorar la representación de las mujeres en las
directivas de las empresas, otros se enojan, pues para ello
han tenido tiempo de sobra. 'Las empresas tuvieron décadas
de tiempo para mejorar la representatividad de las mujeres
en sus filas, pero nunca tomaron el tema en serio', se queja
la ministra de Familia, Karita Bekkemellem, responsable de
la igualdad entre hombres y mujeres en el mercado laboral.
¡Las leyes
hay que acatarlas!
La
amenaza última a las empresas que no acaten la nueva ley es
su disolución forzosa. Suena drástico, pero la ley prevé que
esto puede ser evitado por el gobierno cuando sea demandado
por distintos sectores de la sociedad. A final de cuentas la
ley no ha sido pensada para dejar sin empleo a decenas de
miles de trabajadores cuando la directiva de una empresa no
ha cumplido. En eso están de acuerdo todos los políticos. En
todo caso la hora de la verdad llegará dentro de dos años
cuando se revisará la participación femenina en la directiva
de unas 500 empresas noruegas que cotizan en bolsa. Entonces
deberán haber elevado la cuota femenina de un actual 16 a un
40%.
Regina König
Deutsche
Welle
4 de enero
de 2005
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