Día mundial de “tolerancia cero”
a la mutilación genital femenina |
Con motivo de la celebración del primer Día mundial de
tolerancia cero a la mutilación genital femenina,
Amnistía Internacional
hace un llamamiento a todos los gobiernos para que
garanticen la protección efectiva de las niñas contra la
mutilación genital femenina (MGF).
"Los gobiernos tienen la responsabilidad de proteger la
integridad física y mental de las mujeres y las niñas. La
adopción de medidas contra la MGF es parte integrante de
todo enfoque exhaustivo para proteger a las mujeres de la
violencia y reivindicar su derecho a la igualdad en la
sociedad", ha manifestado la organización.
Durante su última reunión, en febrero de 2003, el Comité
Interafricano sobre las Prácticas Tradicionales que Afectan
a la Salud de la Mujer y el Niño adoptó la Declaración de
Tolerancia Cero a la MGF en el Continente Africano, en la
que se hace hincapié en que "el foro sobre la tolerancia
cero será una iniciativa que aunará todos [nuestros]
esfuerzos para celebrarlo y reflexionar y deliberar sobre la
MGF y renovar [nuestro] compromiso con la protección de las
mujeres africanas frente a todos los sistemas de creencias
culturales y tradicionales que son contrarios a los derechos
sexuales y reproductivos de las mujeres en el continente".
En la reunión se adoptó también la Agenda Común, que servirá
de marco a todas las organizaciones y agentes para que
intensifiquen y coordinen sus actividades en los distintos
niveles respetando a la vez su diversidad.
"La Declaración y la Agenda son satisfactorias muestras de
la determinación de eliminar la MGF. El Comité Interafricano
debe tomar medidas decisivas para animar a los gobiernos,
las ONG y demás partes interesadas a coordinar sus esfuerzos
para erradicar la MGF y las demás prácticas tradicionales
dañinas que contribuyen a perpetuar la violencia contra las
mujeres", ha señalado Amnistía Internacional.
Hasta ahora, sólo 14 países africanos han aprobado leyes que
prohíben la práctica. Amnistía Internacional cree que, a
pesar de que es difícil hacerla cumplir debido a la presión
social favorable a que se siga el rito, Amnistía
Internacional cree que esa legislación es un importante
instrumento con el que crear un entorno en el que se proteja
a las niñas y a las mujeres afectadas. La organización pide,
por tanto, a los gobiernos africanos que complementen los
esfuerzos legislativos con medidas que promuevan la
condición de la mujer en relación con los derechos humanos
protegidos internacionalmente, en especial el derecho a la
vida y a la integridad física y el derecho a la salud.
En este primer día internacional de tolerancia cero a la MGF,
Amnistía Internacional insta a los gobiernos africanos a
cumplir con las obligaciones que han contraído al ratificar
instrumentos internacionales como la Convención sobre los
Derechos del Niño, la Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la
Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.
Amnistía Internacional pide también a todos los gobiernos
africanos que ratifiquen el Protocolo de los Derechos de la
Mujer en África, aprobado en la cumbre de la Unión Africana
celebrada en Maputo en julio de 2003. Este protocolo es el
primer instrumento internacional que protege explícitamente
los derechos reproductivos de las mujeres, haciendo incluso
un llamamiento para que se prohíba por ley la MGF.
Información general
La mutilación genital femenina abarca todos los
procedimientos que entrañan la eliminación total o parcial
de los genitales femeninos externos u otras lesiones de los
órganos genitales femeninos por cuestiones culturales o
religiosas o por otros motivos no terapéuticos.
Las consecuencias inmediatas y a largo plazo de la
mutilación genital femenina para la salud varían según el
tipo y la gravedad del procedimiento utilizado. Entre las
complicaciones inmediatas figuran dolor fuerte, shock,
hemorragia, retención de orina, ulceración de la zona
genital y lesión del tejido adyacente. A largo plazo puede
haber consecuencias como infecciones recurrentes del tracto
urinario, infección pélvica, infertilidad (por infecciones
internas), cicatrices, dificultades en la menstruación,
fístulas (agujeros o canales entre la vagina y la vejiga o
el recto, dolor en el coito, disfunción sexual y problemas
en el embarazo y el parto (la necesidad de cortar la vagina
para permitir el alumbramiento y el trauma consiguiente,
agravado a menudo por el hecho de tener que suturar).
La mutilación genital femenina se practica en 28 países
africanos, así como en Asia (Indonesia) y Oriente Medio
(Yemen). Es cada vez más frecuente en Europa, Australia,
Canadá y Estados Unidos, sobre todo entre inmigrantes de
esos países.
Se calcula que el número de niñas y mujeres que han sido
sufrido mutilación genital asciende hoy día a entre 100 y
140 millones, y cada año están expuestas a ser sometidas
también a ella dos millones de niñas más.
Convenio La Insignia - Rel-UITA
Amnistía Internacional
10 de febrero de 2004
|