Amnistía Internacional de Uruguay aprovecha el mes dedicado a
las luchas de las mujeres de todo el mundo para presentar el pasado
día 11 en la Biblioteca Nacional, en Montevideo, el informe "La
trampa del género - Mujeres, violencia y pobreza".
En la oportunidad, también se discutirán las actividades que
se realizaron en los seis años de la campaña "No más violencia
contra las mujeres" y se divulgará la nueva acción: "Exige
Dignidad".
Según afirmaciones
del informe "La trampa del género", datos de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) revelan que
más del 70 por ciento de las
personas que viven en situación de pobreza son mujeres. "¿Por qué más de dos tercios de las personas pobres del
mundo son mujeres, si éstas constituyen solamente la mitad de la
población mundial?", se cuestiona.
La respuesta se encuentra en el propio informe:
discriminación. Según Amnistía, éste es uno de los principales
factores que explican la pobreza femenina. "En algunos países, la
discriminación contra las mujeres está impregnada en la legislación
y, en otros, esta discriminación persiste a pesar de la adopción de
leyes de igualdad", afirma.
Esto puede
constatarse con una simple comparación entre los beneficios que los
hombres y las mujeres reciben. Según el estudio de Amnistía, el
acceso a recursos y medios de producción como tierra, crédito y
herencia, por ejemplo, no es igual para los dos sexos.
De la misma manera,
en promedio, las mujeres reciben salarios más bajos y, muchas veces,
el trabajo ni siquiera es remunerado. "Las mujeres, con frecuencia,
trabajan en actividades informales, sin seguridad en el empleo ni
protección social. Al mismo tiempo, siguen siendo responsables del
cuidado de la familia y del hogar", recuerda.
Cabe resaltar que
las mujeres no sufren sólo pobreza y discriminación. Según el
documento de Amnistía, ellas además son las más afectadas por la
violencia, por la degradación del medio ambiente, por las
enfermedades y hasta inclusive por los conflictos armados.
De acuerdo con la
organización, a pesar de algunas conquistas y avances en las
garantías de derechos de las mujeres -por ejemplo, el reconocimiento
de que sus derechos son derechos humanos-, todavía queda mucho por
hacer. Para Amnistía, el reconocimiento de los derechos de las
mujeres sólo mejoró la vida de algunas. A causa de ello, considera
que los Estados y las instituciones internacionales deben tener más
voluntad política para garantizar tales derechos y para asegurar la
igualdad.
Además, la
organización cree que las demandas de las mujeres necesitan ser
escuchadas y respetadas. "La voz de las mujeres debe ser escuchada.
Sus contribuciones deben ser reconocidas y alentadas. La
participación activa de las personas que se ven afectadas es un
elemento esencial de cualquier estrategia de lucha contra la
pobreza", afirma.
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