Con
Barbro Budin
“Éste día será para siempre
el de
nuestro aniversario”
Aprueban Convenio para los trabajadores
y trabajadoras del hogar |
El pasado 16 de junio, en una sesión histórica, la OIT aprobó por
una muy amplia mayoría el Convenio 189 y Recomendación 201 para las
trabajadoras y trabajadores del hogar. La UITA participó muy
activamente en todo el camino que condujo a esta victoria. Sirel
dialogó con Barbro Budin, responsable de Igualdad y Educación de la
UITA, quien apoyó constantemente a estas trabajadoras desde nuestra
Internacional.
-¿Cómo fue el proceso que llevó hasta este Convenio?
-En 2006, en Amsterdam,
tuvimos el primer Encuentro Internacional de las Organizaciones de
Trabajadoras y Trabajadores del Hogar, promovido por la UITA
en colaboración con otras entidades.
En esa oportunidad, las
representantes que participaron plantearon enfáticamente que de ahí
en adelante querían hablar por ellas mismas, con su propia voz, ya
que estaban cansadas de que otros lo hicieran en su lugar.
Asimismo, el Encuentro
cerró filas en avanzar hacia la aprobación de un Convenio
Internacional para su actividad en el seno de la OIT. Les
advertimos que eso podía llevar bastante tiempo, pero las compañeras
dijeron estar preparadas para aguardar todo lo que fuese necesario,
pues venían esperando ya desde hacía muchos años. La primera
solicitud tenía más de 60 años y nunca se pudo avanzar.
A partir de ese primer
Encuentro las organizaciones participantes le solicitaron apoyo a la
UITA para establecer una Red Internacional de Empleadas del
Hogar (IDWN, por sus siglas en inglés), que se concretó
rápidamente.
En 2008 pudimos organizar
la primera reunión de la IDWN aquí en Ginebra. Mientras
tanto, el Consejo de Administración de la OIT había logrado
incluir el tema en sus sesiones de 2010 y 2011.
Quedamos muy sorprendidos
y felices de haber obtenido esta respuesta casi inmediata de parte
de la OIT al planteo de las trabajadoras y trabajadores del hogar.
-¿Cómo se organizaron para esa instancia?
-Nos pusimos a trabajar de
inmediato, y la propia OIT participó en esa tarea ya que
mantuvo un fluido contacto con la IDWN realizando
investigaciones en diferentes países, con la idea de conocer a fondo
la situación, recabar datos e información fiables, proceso en el
cual la Red jugó un papel muy importante.
También realizamos una
labor intensa con las representantes de la Red para que ellas
pudieran hablar “con
su propia voz”,
como lo deseaban.
Con ese propósito, en 2009
hicimos venir a Ginebra a una decena de compañeras de diversas
regiones para que tuvieran la experiencia de seguir en directo el
trabajo en Comisión de la OIT, y pudieran así prepararse para
la actividad en la cual ellas participarían en 2010.
Pensamos que era necesario
prepararlas porque podría ser muy impresionante para ellas llegar de
golpe a esos grandes locales de reunión de la OIT, un impacto
que podía jugarles en contra.
También trabajamos
bastante informándolas acerca de cómo funcionan la dinámica y la
estructura de la OIT.
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Por primera vez se reconoce a las trabajadoras y
trabajadores del hogar los mismos derechos fundamentales
que tiene el resto de los trabajadores de otras
categorías
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Luego se conformaron
coordinaciones de la Red por región. Hoy se cuenta con una
estructura para América Latina, en México; otra para
África y Asia/Pacífico y tenemos contactos en
América del Norte, en el Caribe y Europa.
Por último, para
asegurarnos una delegación nutrida de la IDWN en la
Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) de 2010, les
solicitamos a las centrales nacionales que incluyeran en sus
comitivas a representantes de las organizaciones de trabajadores del
hogar.
-¿Cómo fue esa primera ronda en 2010?
-Las negociaciones fueron
bastante difíciles porque los representantes de los empleadores
hicieron todo lo posible para obstruir la discusión y retrasarla. A
tal punto que, en determinado momento, temimos no poder discutir la
Recomendación para la segunda ronda de la CIT de 2011 antes
de que acabara el periodo de negociación.
Pero el sector de los
trabajadores y el gubernamental decidieron retirar todas sus
enmiendas para acelerar la discusión, y por lo tanto los empleadores
no pudieron lograr su objetivo. Y así pudimos aprobar la
Recomendación.
-¿Y qué ocurrió este año?
-Bueno, ahora teníamos aún
más delegados en representación de las trabajadoras y trabajadores
del hogar que vinieron directamente por la Red, y también los había
en las comitivas de las centrales nacionales.
Los empleadores, por su
parte, habían cambiado de portavoz y quien ocupó ese cargo lo hizo
con una actitud mucho más constructiva y no manifestaron oposición
hacia el Convenio, y la negociación fue así más fácil y
constructiva. Pudimos incluso reforzar el texto que se había
presentado.
Sólo al final del debate
tuvimos algún obstáculo porque ciertos empleadores que no formaban
parte de la Comisión se oponían e intentaron arrastrar al resto,
pero no lo lograron.
Así es que, con una amplia
mayoría, logramos que se aprobaran el Convenio y la Recomendación.
-¿Cuáles son los puntos más importantes en este Convenio?
-Por primera vez se
reconoce a las trabajadoras y trabajadores del hogar los mismos
derechos fundamentales que tiene el resto de los trabajadores de
otras categorías.
En muchas legislaciones
nacionales están excluidas de esos derechos básicos consagrados en
Convenios generales, como por ejemplo la libertad sindical, la
negociación colectiva, la prohibición del trabajo forzado y del
trabajo infantil, etc.
Además, ahora se establece
una regulación para el horario de trabajo, que las horas
suplementarias deben ser pagas y que el tiempo durante el cual el
trabajador está “a disposición” también debe ser remunerado.
-No habrá sido sencillo lograr esto…
-Éste último fue un punto
particularmente difícil porque algunos empleadores pensaban que no
se podía pagar lo mismo el “tiempo de espera” que cuando están
“trabajando verdaderamente”, pero nosotros respondimos que los
trabajadores no tienen libertad de hacer lo que quieran en ese
tiempo durante el cual están “a la orden”, por lo que debe ser
remunerado.
El Convenio estipula un
reposo mínimo de 24 horas consecutivas por semana, lo que fue
también difícil de obtener, incluso cuando en cualquier otra
actividad se trata de algo elemental, de base. Estos son muestras de
la pesada discriminación que debieron soportar estos trabajadores y
trabajadoras desde siempre.
Los términos y condiciones
de empleo deben ser conocidos. y en lo posible de una forma
comprensible y por escrito, incluyendo remuneración, horarios etc.
También aquí tuvimos que enfrentar cierta resistencia de algunos
gobiernos -especialmente el británico y otros de la Unión Europea-
y de algunos empleadores.
Se deben contemplar los
derechos de los trabajadores inmigrantes, y se debe regular a las
agencias empleadoras para evitar el tráfico y los abusos.
Otro punto importante es
que la trabajadora y el trabajador, en todos los casos, deben tener
la opción de no permanecer en la misma casa que el empleador. Por
supuesto, los empleadores no pueden retener los documentos de
identidad del personal contratado.
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Los países latinoamericanos jugaron un papel muy
importante en esta discusión, sobre todo Uruguay, Brasil
y Argentina, ya que en varias oportunidades sus
legislaciones fueron citadas como ejemplo sobre este
tema
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Es obligatorio el acceso a
la seguridad social, lo que podríamos decir que es la consagración
del derecho a enfermarse y a jubilarse.
Otro aspecto importante es
la aplicación del Convenio sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, y
la implementación de inspecciones de trabajo, punto en el cual
Uruguay estuvo muy activo.
-¿Cómo sigue la tramitación de este Convenio?
-Ahora debe ser ratificado
por dos gobiernos para que entre en vigor. Varios países ya
anunciaron que lo ratificarán, como Filipinas y Uruguay.
En este sentido debo
manifestar que los países latinoamericanos jugaron un papel muy
importante en esta discusión, sobre todo Uruguay, Brasil
y Argentina, ya que en varias oportunidades sus legislaciones
fueron citadas como ejemplo sobre este tema.
La Unión Europea, y
especialmente el gobierno del Reino Unido, fueron bastante
decepcionantes en ese sentido.
-¿Como se sienten ahora?
-Pienso que la OIT
nunca había visto tantas trabajadoras en los corredores de sus
locales de reunión (risas).
Yo raramente había visto
tantas lágrimas de alegría en estas salas. Cuando el Convenio fue
finalmente aprobado hubo una explosión de felicidad, y nosotras
desplegamos una gran pancarta pidiendo la rápida ratificación, gesto
que fue aplaudido de pie por
Juan Somavía,
director de la OIT, quien al fin de la sesión se mostró
conmovido por el logro alcanzado y compartió un momento con la
delegación de la Red.
La verdad es que cantamos
y bailamos, lo celebramos bastante (risas).
Esta es la coronación a un trabajo de equipo entre varias
organizaciones durante varios años, y como decía un compañero de
África: “El 16 de junio es verdaderamente nuestro aniversario como
grupo”.
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