Ayer, 2 de junio la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) comenzó la discusión tripartita entre representantes del
gobierno, empleadores y sindicatos mexicanos y del mundo, a fin de
crear un convenio, una recomendación o ambos, que den pauta a la
regulación de las condiciones laborales de las trabajadoras del
hogar, que en el país no se modifican desde principios del siglo
pasado.
Así lo manifestaron académicas y activistas especializadas en
el tema, durante la mesa de medios "Las condiciones laborales de las
trabajadoras del hogar y su reconocimiento laboral en la ley
nacional", a la que se negaron a asistir autoridades de la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
Durante la mesa de medios, convocada por Comunicación e
Información de la Mujer (CIMAC) y la Fundación Friedrich Ebert,
Marcelina Bautista, directora del Centro de Apoyo y Capacitación
para Empleadas del Hogar (CACEH), señaló que la resolución
que emita la OIT, durante su 99 Conferencia Internacional, puede
obligar al gobierno mexicano a crear leyes y políticas públicas para
que se respeten los derechos laborales de las trabajadoras del hogar
en el país.
En dicha conferencia, que se realizará del 2 al 18 de junio
siguiente, en Ginebra, Suiza, representantes de la STPS,
del sector patronal, y de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT),
la Confederación de Trabajadores de México (CTM), y de la
Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC)
debatirán por primera vez sobre la necesidad de regular esta
actividad, en la que se ocupan cerca de 2 millones de mexicanas.
Durante la reunión tripartita, la participación del gobierno
federal será fundamental para que la OIT emita un convenio,
una recomendación o ambos instrumentos internacionales, ya que su
definición estará sujeta a votación, serán cuatro votos, de los que
dos serán emitidos por autoridades de la STPS.
Cabe recordar que en abril pasado, México, junto con
12 países del continente americano, respondió un cuestionario que la
OIT les envió para que informaran sobre las condiciones
laborales de las trabajadoras del hogar en cada nación, y
propusieran que instrumento debe emitir ese organismo.
En respuesta, el gobierno mexicano reconoció la falta de
garantías de las trabajadoras del hogar, pero sugirió una
recomendación, que no es obligatoria, en lugar de un convenio, que
sí lo es (Cimacnoticias, 30 abril 2010).
Por ello, Marcelina Bautista, también secretaria
general de la Confederación Latinoamericana y del Caribe de
Trabajadoras del Hogar (CONLACTRAHO), llamó al gobierno
mexicano para que apoye la creación de un convenio complementado con
una recomendación a fin de mejorar la situación laboral de las
trabajadoras, quienes, en muchos casos, se ocupan en condiciones
semejantes a la esclavitud.
Al respecto, Mary Goldsmith, investigadora de la
Universidad Autónoma Metropolitana, experta en el tema, manifestó
que el gobierno mexicano tiene una deuda con las trabajadoras del
hogar, quienes desde 1930 reclamaban un salario digno, 8 horas de
jornada, sin que a la fecha estas demandas hayan sido escuchadas por
las autoridades del país.
Indicó que la Ley Federal del Trabajo no considera esta
actividad económica como un trabajo; se establece como una "ayuda"
al empleador, que debe ajustarse a las condiciones que éste
determine.
La especialista señaló que en este sentido, los derechos de
las trabajadoras del hogar, modificados por última vez en 1921, casi
se convierten en favores. De este modo, son pocas las trabajadoras
que por "buena voluntad" del empleador, y como un derecho reciben
seguridad social, y prestaciones como vacaciones y aguinaldo, entre
otras.
Prueba de ello, es
que sólo 5 por ciento de cerca de 2 millones de trabajadoras cuenta
con contrato escrito,
según el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), esa condición
deriva en la violación del resto de sus derechos laborales.
Un ejemplo, es que
sólo mil 52 están afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS), es decir, 0.01 por ciento del total.
Además de la falta de prestaciones sociales,
ellas perciben los salarios más
bajos: 41 por ciento de las empleadas del hogar gana menos de un
salario mínimo, 45 por ciento de ellas de 1 a 2 salarios mínimos y
13 por ciento más de 2 salarios mínimos, según el Consejo Nacional
para Prevenir la Discriminación.
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