Estados
Unidos
Amnistía Internacional pide a las autoridades penitenciarias
de California que prohíban la práctica, autorizada hasta
ahora, de los cacheos con ropa a presas por parte de
guardias varones.
“Cuando los cacheos con ropa -en los que, según un vídeo de
formación del estado, los guardias tocan partes íntimas del
cuerpo del recluso- son realizados por personas del sexo
contrario son de por sí degradantes y vulneran las normas
internacionales, además de constituir una forma de violencia
contra la mujer”, ha dicho Amnistía Internacional.
Amnistía Internacional ha hecho esta petición a las
autoridades californianas ante la noticia de que la prisión
estatal de mujeres de Valley, la mayor cárcel de mujeres del
estado, ha vuelto a permitir recientemente esta práctica,
prohibida durante varios años. Las nuevas normas
introducidas este año permiten a los guardias varones
cachear a las reclusas sin supervisión. El cacheo supone
tocar los pechos y la entrepierna de la reclusa y fue
prohibido en esta prisión estatal en 1998, tras años de
quejas por parte de las reclusas de que los guardias las
sometían a tocamientos y otros abusos sexuales.
Las investigaciones han demostrado que los cacheos con ropa
y otras formas de contacto íntimo con guardias varones
pueden ser especialmente traumatizantes para las presas,
muchas de las cuales han sufrido abusos físicos o sexuales
antes de su encarcelamiento.
En California, como en muchos otros estados estadounidenses,
las presas son generalmente vigiladas por guardias varones,
práctica que vulnera las normas internacionales y que desde
hace tiempo Amnistía Internacional lucha por combatir. Las
autoridades estadounidenses justifican esta práctica
basándose en las leyes de igualdad de oportunidades del
país, que disponen que tanto hombres como mujeres deben
tener los mismos derechos en el empleo. Sin embargo, en
algunas jurisdicciones estadounidenses se han limitado las
funciones de los guardias varones en los centros de
reclusión para mujeres sin violar por ello estas leyes.
“Los guardias varones deben tener prohibido llevar a cabo
cacheos con o sin ropa de las presas y acceder habitualmente
a las zonas donde éstas viven. Tales prácticas dejan un
amplio margen para los abusos y violan el derecho
fundamental a la intimidad y la prohibición de los tratos
crueles, inhumanos o degradantes que disponen los tratados
internacionales, como el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, ratificado por Estados Unidos”, ha
afirmado Amnistía Internacional.
La práctica estadounidense ha sido criticada por los órganos
de vigilancia de los tratados, como el Comité de Derechos
Humanos, que vigila el cumplimiento del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos por los Estados y que en
1995 expresó su preocupación por el sistema que permite a
funcionarios varones tener acceso a los centros de detención
de mujeres en Estados Unidos, que “ha dado lugar a graves
acusaciones de abusos sexuales contra mujeres y de violación
de su intimidad”.
Asimismo, el Comité ha afirmado en una observación general
sobre el artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos sobre el derecho a la intimidad que las
personas sometidas a registros corporales “serán examinadas
sólo por personas de su mismo sexo”.
Amnistía Internacional
11 de diciembre de 2003
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