"VIH SIDA +
violencia" es el nombre de una reciente investigación según la cual
muchas veces las políticas públicas destinadas a la prevención y
tratamiento de VIH sida no atienden la otra cara de ese problema:
las situaciones de violencia que deben enfrentar las mujeres
viviendo con VIH.
El dato surge de un estudio efectuado en Argentina,
Brasil, Chile y Uruguay; y que fue coordinado por
la Fundación para Estudios e Investigación de la Mujer (Argentina)
junto a la Fundación Educación Popular en Salud (Chile),
Gestos (Brasil) y el Ministerio de Salud de Uruguay.
Se trata de una entrega preliminar cuyo resultado final se dará a
conocer durante los últimos meses del presente año, según estiman
las profesionales que coordinan la investigación.
De acuerdo con el documento, en los cuatro países analizados
se registraron altos porcentajes de mujeres con VIH/SIDA que
habían sufrido situaciones de violencia. El índice más alto lo tiene
Argentina, con 93 por ciento, seguida de Brasil, con 97 por
ciento.
Según la investigación, 76,2 por ciento de las encuestadas en
Argentina padeció alguna vez violencia física, en Brasil
el 57,5, en Uruguay el 57 y en Chile el 31,4.
Mientras, los índices más altos de mujeres que sufrieron violencia
sexual se registraron en Argentina y Uruguay, con 43,6
y 38 por ciento, respectivamente. El informe puntualiza que las
situaciones de violencia fueron vividas antes del diagnóstico del
VIH/SIDA, y casi siempre las personas que ejercen esa acción
hostil pertenecen al círculo íntimo.
Catalina Itati Castillo,
integrante del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres
Positivas / Red Bonaerense de Personas Viviendo con VIH/SIDA,
y quien participó además del monitoreo, comentó que "cuando empezamos a trabajar en esta investigación descubrimos que,
de cada 10 entrevistadas, entre ocho y nueve habían sido violentadas
en algún momento de sus vidas".
En la mencionada red funcionan y se promueven talleres para
prevenir y combatir la violencia, que al inicio se dirigían sólo a
mujeres, pero luego se crearon para varones. "Es que al trabajar
sólo con mujeres sentíamos que nos estábamos ocupando únicamente del
50 por ciento porque faltaba la otra mitad, integrada por los
varones", asegura Castillo.
El estudio refiere que, a pesar de que Chile,
Uruguay, Brasil y recientemente Argentina se
adhieren a la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia Contra la Mujer de Belem do Pará, las
legislaciones nacionales de esos países aún no se han adecuado y,
por lo tanto, no existen datos que articulen las estadísticas de la
violencia contra las mujeres con el VIH/SIDA.
Vulnerabilidad compartida
La violencia es una realidad en la vida de todas las mujeres y se
hace más verdadera aún en quienes viven con VIH, tal como lo
demostró la aplicación en Chile del estudio "Dos caras de una
misma realidad: Violencia contra las mujeres y feminización del
VIH/SIDA". La investigación reveló que, en Chile, el
VIH y la violencia se refuerzan mutuamente.
Según el estudio, una de cada dos mujeres con VIH vivieron
violencia de cualquier tipo, de manera previa al diagnóstico, y una
de cada tres de estas últimas sufrieron violencia múltiple, referida
a más de un tipo de agresión. Del total de la muestra, una de cada
10 vivió todos los tipos de violencia que fueron estudiados (abuso
sexual, violencia física, sicológica y sexual).
La pesquisa, realizada por Fundación EPES (Educación Popular
en Salud), en colaboración con Vivo Positivo y Fundación Savia, fue
efectuada a 100 mujeres con VIH que se están tratando con
medicamentos.
Respecto a la vinculación violencia-mujeres-VIH, María Eugenia
Calvin, de Fundación EPES, indicó que "hay
investigaciones de la Organización Panamericana de la Salud que
señalan la prevalencia de violencia en mujeres que viven con VIH.
Estas dos pandemias se trabajan de manera separada, pero la
violencia es un factor de vulnerabilidad para el VIH y
viceversa".
En Chile, al igual que en otros países de América Latina,
se evidencia una feminización de la epidemia VIH/SIDA, una
disminución de la edad de infección que afecta más profundamente a
las mujeres y un predominio creciente de la transmisión
heterosexual, indicó el documento.
Según
CONASIDA (Corporación Nacional del Sida), hace 15 años, había 6,5
hombres con VIH por cada mujer con esta condición. Entre 2003 y
2007, la cifra se estabilizó en 3,7 hombres por cada mujer.
Fundación EPES denunció, por su parte, la falta de estudios
oficiales que articulen las estadísticas de violencia de género con
la feminización del VIH, y la ausencia de programas y
campañas dirigidas especialmente a la población femenina.
"La experiencia de violencia hace que una mujer no pueda imponer
medidas de prevención, no puede controlar el uso del condón y, por
lo tanto, viva relaciones sexuales no siempre consentidas", señaló
Calvin. Al mismo tiempo, la especialista indicó que, además,
las mujeres viven el VIH con mucha discriminación, porque se
asume que son "poco castas, prostitutas o tuvieron muchas parejas".