1. Movilizar a nuestras organizaciones
afiliadas instándolas a debatir con el resto de
la sociedad y los gobiernos las posibles
consecuencias de la NT.
2. Reclamar
de los gobiernos y los organismos
internacionales que corresponda, la aplicación
del Principio de Precaución, prohibiendo
la venta de alimentos, bebidas y forrajes, así
como todos los insumos agrícolas que incorporen
nanotecnología, hasta que se demuestre que son
seguros y se apruebe un régimen regulatorio
internacional específicamente diseñado para
analizar esos productos.
3. Exigir a
las oficinas nacionales e internacionales de
patentes como la Organización Mundial de la
Propiedad Intelectual (OMPI), la suspensión del
otorgamiento de patentes relacionadas con la
nanotecnología en la industria de la
alimentación y la agricultura, hasta que los
países afectados al igual que los movimientos
sociales, puedan realizar una evaluación sobre
sus impactos.
4. Exigir a
la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la
Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO) la
actualización del Codex Alimentarius,
tomando en cuenta el uso de nanotecnología en la
alimentación y la agricultura.
5. Reclamar a la OMS el inicio de
estudios a corto y largo plazo sobre los
potenciales efectos de la nanotecnología
-especialmente de las nanopartículas- sobre la
salud de los técnicos y obreros que las
producen, usuarios y consumidores.
6. Solicitar a la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) un estudio
urgente de los posibles impactos de la
nanotecnología en las condiciones de trabajo y
empleo en la agricultura y en la industria de la
alimentación. Finalizado el estudio deberá
convocarse lo más rápido posible, una
Conferencia Tripartita sobre el tema.
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