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“... la producción integrada es complicada, porque es algo parecido a andar con explosivos y que éstos no estallen en ningún momento...”
El Ing. Agr. José Luis Porcuna es Presidente de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), Secretario del Instituto Español de Agricultura Orgánica y asesor para la Unión Europea en certificación de productos orgánicos. En esta entrevista se plantean algunas temáticas referentes a la producción orgánica, su rentabilidad, factibilidad, etc.; como así también una visión sobre la misma en España y en Latinoamérica.
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¿Cuál es su visión con respecto a la agricultura orgánica?
La
producción orgánica es una producción más económica en la medida que
utiliza menor cantidad de insumos externos, lo cual se refleja en un menor
precio al consumo. En el caso de España el productor recibe mayores precios,
entre un 30 o 40% más, cuando son productos de exportación, pero no en el
mercado interno. Este modelo de producción nació en nuestro país como la
agricultura de los "hippies", de los alternativos, pero hoy es una práctica
incorporada por las grandes empresas. En
Murcia algunas grandes empresas de comercialización muy especializadas para la
exportación a Europa han iniciado un tímido pero significativo trabajo de
prospección de las posibilidades de producción de los productos orgánicos.
Ningún supermercado, ninguna cadena de distribución quiere correr el riesgo de
que una asociación de consumidores o un periodista tome un producto de su
estantería y compruebe que tiene residuos de plaguicidas, por ejemplo. Y esto
es un riesgo potencial en el mercado actual. Los consumidores europeos son cada
vez más exigentes en cuanto a la trazabilidad del producto; exigen saber si el
tomate que compran tiene una ficha de cada productor, del proceso productivo
aplicado, fecha de siembra, plaguicidas utilizados, etc. Esto está significando
una complicación para el productor, que por otra parte ve que todos esos
costos, riesgos, papeleos no son necesarios cuando existe la alternativa de
producción orgánica que ha demostrado no ser tan difícil.
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Considero que esas circunstancias ayudan al desarrollo de la agricultura orgánica.
¡Claro!
Por otro lado, la producción orgánica es fácil y tiene soluciones para la
mayoría de los problemas agronómicos que se plantean. Esto ya lo sabe el pequeño
productor y ahora las grandes empresas se han dado cuenta que la producción
integrada es complicada porque es algo parecido a
"andar con explosivos y que éstos no estallen en ningún
momento", ya que no se puede tratar sin tener en cuenta los posibles
residuos. A la Unión Europea le sobran alimentos. Los congeladores de la UE están
saturados de carne y mantequilla desde hace 20 años, y no los vuelcan al
mercado para mantener los precios. Es patético ver como se retiran y destruyen
los productos hortifrutícolas del mercado para evitar la caída de precios. Con
este panorama, se critica a la producción orgánica porque obtiene menores
rendimientos, aunque se ha comprobado que la merma en rendimientos no es más
del 15% en el caso del tomate, equivalente al mayor contenido de agua de los
productos convencionales.
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¿Qué papel están jugando los organismos de investigación y el gobierno en el
desarrollo de esta alternativa productiva?
Todos
estos conceptos han entrado en los consumidores y como dijimos en las cadenas de
distribuidores. Sin embargo, la Universidad española, no está jugando el papel
que debería. No logra satisfacer la demanda de conocimientos que tiene la
sociedad en este campo y no ha logrado formar técnicos en agroecología que es
lo que va a demandar la agricultura dentro de 3 a 5 años. Actualmente existe
una sola universidad en España que tiene un programa de post-grado en
agricultura ecológica. Tampoco existe una normativa comunitaria ni nacional
respecto a la producción orgánica. Es lamentable, pero el apoyo político a
esta actividad, vendrá cuando se hayan incorporado las grandes empresas.
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¿Qué experiencias se pueden mencionar en relación al proceso de cambio de la
producción integrada a la orgánica?
La
experiencia en otros países europeos demuestra el inexorable proceso de cambio
de la producción integrada a la producción orgánica. En el caso de Italia,
que fue la base del modelo español, se lanzó al mercado una marca de productos
integrados que se llamó "Alma Verde", que garantizaba que los
productos tenían un contenido de residuos por debajo del 50% de lo que exigía
la ley. Esta campaña, tuvo como efecto colateral el aumento de la demanda de
productos ecológicos, ya que el consumidor, al leer la etiqueta, exigía un
producto sin residuos. Hoy esos productores se han pasado a la producción ecológica,
en función de los consumidores. La producción integrada sensibiliza al
consumidor hacia un producto sin residuos. Cuando aplicamos el mismo
procedimiento en España con naranjas valencianas que garantizaban el 50% de los
residuos permitidos, las empresas de agroquímicos, presentaron una demanda para
que se eliminara la etiqueta, porque ya sabían lo que había pasado en países
como Alemania e Italia
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En América Latina se observa que quién lidera este cambio, a diferencia de lo
que ocurre en la UE, es el agricultor. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Comparando
la situación con la de América Latina, y ante el planteo que no parece ser el
consumidor el que lidere el proceso de conversión a la agricultura ecológica,
considero que lo que no parece lógico en países en desarrollo es la conversión
a la agricultura química, por la generación de dependencia de insumos
importados, y la sangría de divisas que implica, entre otras cosas. Dentro de
la estrategia de desarrollo rural de estos países, deben incluirse los modelos
ecológicos porque son los únicos que van a permitir que no pase lo que pasó
en Cuba, por ejemplo, y tener producción sostenibles con baja dependencia de
insumos, expresando sus variedades locales, trabajando con ellas. Generar
programas reales de desarrollo rural que se vertebren por medio de la producción
agroecológica, como una estrategia de conseguir alimentos que lleguen a todos,
que sean baratos, que no haya hambrunas. Pero para esto hay que terminar con la
dependencia de las tecnologías de las grandes transnacionales, y el único
camino es la formación y la información, y es allí donde la Universidad debe
jugar su papel. Formar técnicos y científicos que tengan claro su papel de
generadores de tecnología adaptada a sus necesidades y no simples adaptadores
de tecnologías provenientes de otras realidades.
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¿Cuál es su opinión sobre la certificación de productos orgánicos?
La
certificación de productos orgánicos, únicamente tiene sentido en la medida
que debe competir con los productos convencionales. En América Latina, existen
dos países que tienen sus programas de certificación aceptados por la UE, y
son Argentina y Costa Rica. El caso de Costa Rica es muy interesante. Hasta hace
poco la certificación de productos frutícolas la realizaba una empresa
certificadora alemana, que enviaba a sus técnicos que periódicamente visitaban
a los productores e inspeccionaban que se cumplieran los reglamentos y
normativas establecidas. Este mecanismo, además de resultar enormemente
costoso, era ineficiente. Actualmente, se ha legislado y reglamentado la
producción orgánica, y los productores se han asociado para la certificación
de sus productos, aunque aún no han conseguido la homologación. Está en trámite
conseguirlo, espero que pronto. Es decir, que los productores realizan la
certificación ellos mismos, constituyendo un sistema autocontrolado.
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En diciembre de 2000, en la ciudad de Córdoba, España, se realizó el IV
Congreso de la SEAE (Sociedad Española de Agricultura Ecológica). ¿Cuáles
son las principales conclusiones que surgieron del mismo?
En
este Congreso se desarrollaron 10 mesas de exposición y debate. Con un panorama
holístico, se trataron todos los temas relacionados a la agricultura ecológica:
ciencia y educación, economía y sociología, manejo de ecosistemas,
fertilidad, biodiversidad, manejo de enfermedades ecosistémicas, ganadería y
apicultura, resultados productivos, calidad de los alimentos y comercialización
y normativa. Del Congreso se resumieron algunas conclusiones referentes a cinco
áreas básicas.
1)
En
educación y ciencia
Se
planteó la necesidad de democratizar la investigación con participación de
los actores sociales en la elaboración y supervisión de los Planes Nacionales
y Autonómicos de Investigación Agraria, solicitando que se incluya la
Agricultura Ecológica como línea prioritaria. Se concluyó además, en la
necesidad de que se incluya en los planes de estudio tanto de primaria como
secundaria, una aproximación teórica e intuitiva básica a los ecosistemas
naturales y los agroecosistemas.
2)
En
producción agraria
Se
insistió en que el control de plagas, enfermedades y flora arvense (malezas),
debe estar fundamentado en el manejo armónico de los agroecosistemas,
fomentando la biodiversidad y los antagonistas naturales; poniendo las
intervenciones agronómicas en segundo plano de importancia y siempre
condicionadas a no destruir el equilibrio y los sistemas de autocontrol que
aparecen en la Agricultura Ecológica. El uso del suelo basado en la biota del
mismo, y su relación con la materia orgánica, se señaló como fundamental
para el manejo del mismo. Asimismo, se entendió necesario profundizar en el
estudio de utilización de residuos ganaderos e industriales, algas y
fertilizantes microbianos, con el fin de sistematizar y divulgar las características
de su aplicación.
3)
Calidad,
alimentación y comercio
Se
resaltó la mayor calidad nutritiva, higiénica y tecnológica de los alimentos
ecológicos, y la necesidad de que la normativa europea, que diferencia los
productos exclusivamente basándose en limitaciones agronómicas, incorpore
criterios agroecológicos para la diferenciación.
4)
Economía
y energía
Se
destacó la mayor rentabilidad económica de la agricultura ecológica, lograda
en la mayoría de los casos presentados, resaltando la superior rentabilidad
energética ante la crisis del petróleo, lo
cual implica un importante valor agregado.
5)
Economía
y sociedad
Se
desarrollaron diversos métodos para definir indicadores de sostenibilidad en el
ámbito de las fincas, mediante estudios comparativos entre Agricultura Ecológica
y Agricultura Convencional. Se destacó el papel jugado por la Agricultura Ecológica
en el mantenimiento y desarrollo de la población rural. Por último, se resaltó
la triple dimensión, económica, social y medioambiental de la Agricultura Ecológica.
Autora:
Mercedes Peyrou
Ingeniera
Agrónoma, especialista en Virología Vegetal.
La
entrevista fue realizada en Valencia, España.
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