En el campo peruanoPobreza, machismo, analfabetismo, son los principales enemigos Entrevista con Paulina Arpani |
Paulina Arpani es la primera mujer indígena, campesina, en ingresar al Congreso del Perú. Fue elegida por el partido del presidente Alejandro Toledo, Perú Posible. Habla despacio, con una entonación bastante monocorde, utilizando un lenguaje desprejuiciado, lleno de modismos y giros locales, y sin embargo directo. Arpani está orgullosa, y tiene por qué estarlo. Su principal compromiso es con los campesinos peruanos. |
- ¿Cómo llegó usted al Congreso y qué significado le atribuye a este hecho?
- Provengo de una familia muy humilde que vive en una comunidad campesina, dedicada a la agricultura y la ganadería de autosustentación. Desde hace diez años –ahora tengo 35- soy dirigenta. Empecé en el Comité del vaso de leche de mi comunidad, después fui presidenta del Comité de madres y luego pasé a ocupar un cargo de dirigenta distrital de la Federación Departamental de Campesinos Peruanos, luego pasé a la provincia y finalmente al departamento de Puno. A fin de 1999 celebramos el IX congreso de la Confederación Campesina del Perú (CCP), adonde hemos concurrido desde 20 departamentos, más de mil delegados y sólo de mi departamento vinimos 100 delegados. Allí fui elegida en la secretaría general colegiada de la CCP, la única mujer de los cuatro cargos de ese organismo. A partir del 1 de enero de 2000 empezamos a ejercer nuestro cargo que, por ser colegiado, es rotativo. Ya en esa época la situación política del Perú era muy grave porque teníamos un gobierno autoritario, una dictadura, y ya no podíamos más. Ese año había elecciones. Como salí primera en el sorteo del colegiado me vine a Lima a asumir mi cargo. La lucha fuerte contra Fujimori ya había comenzado, todas las organizaciones sociales estaban movilizadas, los intelectuales, los profesionales y sobre todo la juventud. Hubo un día entero en el cual estuvimos en la calle, bajo las bombas lacrimógenas. Ese día conocí a la doctora Eliane Kart 1, que ha ayudado mucho a las mujeres del Perú. A partir de allí he coincidido con ella en muchas actividades como conferencias de prensa, lavado público de banderas, hemos estado en plantones de mujeres, en fin, de todo. El 26 de julio de 2000 la CCP realizó una movilización muy grande, a la que invitamos a todas las organizaciones sociales. En mi discurso, dije que a partir de ese día no teníamos más presidente, porque la elección de abril había sido ilegítima. Luego hicimos otra movilización con cerca de 100 mil personas en la calle, sobre todo gente de las provincias, a pesar de que en el camino la policía y el ejército nos ponían obstáculos de todo tipo. De nuestra provincia salimos 500 personas pero sólo pudimos llegar 200. El 28 de julio fue el día más triste que hemos tenido, regados con bombas lacrimógenas, tragamos esos humos y casi quedé asfixiada. Aquello parecía la guerra, había tres aviones que sobrevolaban la manifestación. Al día siguiente el doctor Alejandro (NdR.: se refiere a Alejandro Toledo, hoy presidente del Perú) vino al local de la CCP a agradecernos nuestra presencia. Ahí fue que nos conocimos. Las movilizaciones siguieron todos los días, sobre todo en provincia con la participación masiva de las comunidades campesinas. Así hemos recuperado nuestra democracia. El Perú estaba oscuro y hoy tiene luz.
Yo no me ofrecí para este cargo, jamás fui a pedir un cupo. Faltando dos días para proclamar los candidatos, la doctora Eliane Karp me llamó y me dijo: “Hemos decidido con mi esposo que tu seas candidata del partido Perú Posible”. Yo no me esperaba que sucediera eso tan rápido. A largo plazo lo había pensado, sí quería. ¿Por qué no pudo llegar a ser congresista?, me decía. Pero nunca me hubiese imaginado llegar este año. Ni lo soñaba. Sí estaba decidida a seguir luchando por los campesinos como dirigenta nacional.
- Entonces, aceptó.
- Sí. Viajé a mi pueblo, en Puno, a iniciar mi campaña que fue humilde, sin recursos de ningún tipo, viajando a todos lados en bus porque no tengo mi propio transporte. Utilicé dos radios de Puno y agradezco mucho a mis hermanos campesinos que me han apoyado.
- ¿Usted es la primera mujer campesina congresista?
- Sí. Es la primera vez en la historia que una campesina llega al Congreso. Yo temía que los limeños me despreciarían, me discriminarían, pero no me puedo quejar. Estoy bien, me dan mi lugar. Hoy mismo el Congreso me acaba de nombrar presidenta de la comisión de Asuntos Indígenas del Congreso. Un reto más para mí.
- ¿Qué va a cambiar en Perú?
- Ya han cambiado unas cuantas cosas, porque el presidente es un provinciano que ha sufrido la pobreza. Y los indígenas nos sentimos orgullosos de haberlo tenido a nuestro “cholo”, que vale oro para nosotros nuestro “cholito”, como a su esposa que ha sabido encarnar a todas las mujeres del Perú. Por eso lo queremos mucho y esperamos ahora que cumpla con los compromisos que asumió. Y para eso nosotros los congresistas lo vamos a apoyar porque sabemos que la tarea es muy difícil. Los congresistas provincianos nos hemos comprometido a trabajar con él. Queremos cambios. Sabemos que nos va a costar, pero lo vamos a hacer. El primer objetivo del doctor Alejandro es cómo enfrentar la extrema pobreza. El ha declarado que es presidente de los pobres de todas las sangres. Por ese lado los peruanos estamos esperanzados en que habrá cambios. Porque él llegó a ser presidente por sus propios méritos. El ha luchado incansablemente. Nosotros lo hemos escuchado decir: “Doy mi vida en el Perú. ¿Por qué me tiene que gobernar un japonés? ¡Que se vaya a Japón!” Hoy Fujimori está en Japón, ese que nos había engañado con tres palabras bonitas: modernización, tecnología y trabajo. Nada de eso se ha visto. Sólo nos mostró la corrupción. Nunca le importaron los intereses del país. Esperamos que haya verdaderos cambios.
- ¿Cuál es la situación de la mujer rural?
- Es difícil. La mujer es marginada. Existe un profundo machismo y las mujeres no nos hemos desarrollado. Nos falta capacitación. Pero el gobierno de Fujimori ha utilizado a las mujeres campesinas más que nadie. Hemos sido chantajeadas a cambio de un vaso de leche para nuestros hijos, de comedores, nos han enfrentado unas a otras. Pero es cierto que en el campo las mujeres somos sumisas, tenemos miedo, miedo de expresarnos, que no nos entiendan. Yo misma lo he vivido. Pero por suerte estamos avanzando. Tenemos muchas necesidades. Debemos erradicar el analfabetismo, y eso recién se conseguirá a largo plazo. La mujer no tenía el mismo acceso a la educación que los hombres. Recién ahora, nuestras hijas están yendo a la escuela como los varones. Otro objetivo es terminar con la extrema pobreza. Hay que crear empleos, y esos empleos están en el campo, en las comunidades campesinas antes que en las ciudades, donde es más difícil crear fuentes de trabajo. En el Perú tenemos una diversidad muy grande que nunca hemos explotado, y los gobiernos nunca nos han apoyado. Y con eso se necesita un cambio total de la política agraria. Esa es la primera prioridad, incluso discutida y reconocida en la bancada de Perú Posible en el nuevo Congreso. No podemos cambiar las cosas de arriba para abajo. Tenemos que ir a las bases y buscar con ellos la forma de cambiar de abajo para arriba, buscando la igualdad entre la mujer y el varón. Ese es nuestro verdadero derecho. La mujer tiene que estar bien preparada para educar a los hijos, porque de lo contrario nunca vamos a cambiar. Muchos no se dan cuenta de esto, pero nosotros esperamos que se llegue. La primera dama va apoyar este trabajo. Ya anunció que tendrá sus oficinas descentralizadas en las distintas regiones en las que se divide el país. Todos los peruanos están con una gran expectativa.
- ¿Cuál es su opinión con respecto a la aparente confusión que existe en Perú en torno al “asunto indígena”?
- Si, es una confusión. Yo misma estuve mucho tiempo confundida. Un campesino es el comunero más reciente, desde Velasco. Pero indígenas somos todos los integrantes de la clase media y para abajo, los pobres, todos, todos. Lo que pasa es que muchos no se dan cuenta de eso, no quieren que se les diga indígena. Piensan que esa palabra es mala. Pero no es así. Yo me he preguntado qué gran diferencia hay entre indígena y campesino, y ahora lo sé. La gente no lo sabe. Los selváticos no quieren que se les diga campesinos, los de la sierra no quieren que se les diga indígenas. Es muy difícil. Desde la comisión del congreso vamos a tener que hacer muchos cambios. Por lo pronto cambiará el nombre que ya no será de Asuntos Indígenas sino de Derechos Indígenas.
Autor:
Carlos Amorín
© Rel-UITA
NOTA
1 Esposa de Alejandro Toledo, Presidente del Perú. Nació en París, de padres belgas y de origen judío. Vivió su infancia y adolescencia en Israel, en un kibutz, luego estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén y más tarde en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, donde conoció a su actual esposo. Además de haber trabajado durante ocho años en programas de promoción de la mujer rural peruana, tarea que le permitió conocer el “país campesino”. Karp habla quechua fluidamente. Su principal interés es el campesinado y el sector agrario en general.
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