Veneno con lechuga y cebolla La opción entre matar o perder

Carlos Amorín

El mate empezaba a lavarse. Mientras el sol subía, la pequeña rueda de hombres había ido persiguiendo casi imperceptiblemente la sombra del único árbol entre aquellos invernaderos. De pronto, el más joven de los lugareños habló por primera vez en la mañana, pero su frase sonó como una explosión.

- Mire amigo, pa' resumir: usté en verano no coma tomate ni deje que los botijas coman. Es un asesinato.

- ...¿por qué? -pregunté sorprendido.

-Porque en casi todas las huertas de este país hace un par de años que se está usando Elsan a diestra y siniestra. Lo he visto poner sobre la fruta dos o tres días antes de cosechar, o sea que esa mercadería está en Montevideo al otro día, mientras el veneno está todavía activo porque dura 30 días. El Elsan es terrible, usté lo pone y va escuchando cómo caen los bichos atrás. Acá no lo venden, pero lo entran de contrabando desde Brasil.

El dato fue confirmado posteriormente por varios técnicos y agricultores. En primavera y en verano los cultivos son más atacados por insectos, y "la polilla del tomate" no es una excepción. Sus embates pueden ser tan fuertes que en pocos días pueden acabar con toda una cosecha. En estas circunstancias muchos agricultores ceden a la desesperación y usan munición pesada, probablemente en forma innecesaria, pero coherentemente con el modelo productivo que aconseja que para cada problema hay un químico esperando, y de acuerdo con el modelo de sociedad dominante según el cual lo que importa es el lucro, en este caso antes que la salud de las personas y, seguramente, de quienes aplican esos remedios en los invernaderos.

El principio activo del Elsan es el phenthoate, un poderoso organofosforado que en la clasificación de la Organización Mundial de la Salud aparece como Clase I, esto es, la más peligrosa de todas. Su manipulación es un triple salto mortal sin red, el contacto por la piel, la inhalación o la ingestión provoca severas intoxicaciones agudas que pueden implicar la muerte (los primeros síntomas son vómitos, diarrea, cefalea, vértigo, temblores, y en los casos más graves se produce una parálisis respiratoria). Cuando el contacto es repetido, incluso a dosis bajas, se puede producir una intoxicación crónica cuyos efectos son similares a los de otros organofosforados: "Los síntomas de envenenamiento crónico por fosforados incluyen cefalea, insomnio, pesadez en la cabeza, lagunas de memoria, fatiga rápida, disturbios del sueño, pérdida de apetito y del sentido de orientación. En el aspecto físico, se registran agitación del glóbulo ocular, temblores en las manos y otros desórdenes del sistema nervioso, neuritis, parálisis parciales o desarrolladas".*

La Agencia de Protección Ambiental (epa, por sus iniciales en inglés) anuncia en su Rainbow Report, generado en 1998,** que el phenthoate está "cancelado" en Estados Unidos.

* Encyclopedia of Occupational Health and Safety. Volúmenes I y II. Ginebra, Suiza: International Labour Office, 1983.

** Office of Pesticide Program, epa.

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