AGROTÓXICOS

 

07/11/01

Colombia

Con el Dr. José Luis Gil Gómes

 

"Hay quienes duermen con el

agrotóxico al lado de la cama..."

 

El maleficio de la agricultura moderna

 

 

Nació en Barranquilla hace 33 años, costeño ¡de pura cepa!

Especializado en medicina laboral, en el Hospital de Apartadó, en la zona bananera de Urabá, no solo atendió a las víctimas de la Revolución Verde, sino también a aquellos que utilizan el arsenal de la agricultura moderna para quitarse la vida.

- ¿Cómo te involucras en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo?

- Desde pequeño tuve referencia sobre los problemas de seguridad y salud que enfrentan los trabajadores, dado que mi padre fue dirigente sindical durante muchos años del sector maderero, en Barranquilla. Cuando terminé la carrera, realicé una especialización en medicina laboral, porque siempre estuve interesado en la salud ocupacional y en efectuar una labor en favor de los trabajadores. Lastimosamente, la medicina laboral constituye un gran vacío en nuestras facultades, por ello muchos de mis colegas se rigen, generalmente, con un enfoque correctivo, es decir, actuando cuando se manifiesta la enfermedad. En mi especialización, es imperioso desarrollar una labor preventiva y para ello, la difusión de los conocimientos sobre los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores se torna indispensable.

- De tus comentarios concluyo que la medicina ocupacional es una signatura pendiente en los centros universitarios colombianos.

- En las facultades se trata superficialmente, como una obligación. El objetivo, es llenar un requisito y generalmente la asistencia a esta asignatura no es obligatoria. Entonces los estudiantes se presentan para un examen y listo. Luego, esa situación repercute en la ausencia de diagnóstico de las enfermedades laborales. En estas circunstancias cuando un paciente llega a la urgencia o a la consulta médica sin saber que su problema de salud tiene un origen laboral, tampoco el profesional indaga sobre esa posibilidad porque, sencillamente, no sabe. Como no conoce, no puede diagnosticar y no efectúa la correlación entre el trabajo y la enfermedad.

- ¿Cuándo llegas a Urabá?

- Llegué con mi señora en el año 1993, para trabajar en el Hospital de Apartadó. Como sabes, era una época muy difícil, de la pugna por el control político de la zona: mucha violencia y masacres. Cuando llegamos, recuerdo que muchos arrendatarios te agradecían si querías ocupar una casa, y creo que estaban dispuestos a pagar por ello, para que las viviendas vacías por no se deterioraran tanto. Habían urbanizaciones donde toda la gente se había desplazado por la violencia. Hoy, por suerte, la historia es otra.

- ¿Se podría decir que esa experiencia en Apartadó y la convivencia con la problemática que enfrentan los trabajadores y la sociedad con los agrotóxicos en esa región bananera, actuó como un punto de inflexión en la investigación epidemiológica que diriges?

- ¡Sin lugar a dudas! Las estadísticas informan que la región de Urabá es la que presenta la mayor accidentalidad laboral en toda América Latina. Donde además de las precarias condiciones laborales, se nota que el trabajador carece de una cultura preventiva, por ejemplo, desconoce sobre los peligros que la exposición a los agrotóxicos implica para él y su familia. Allí decidí que se debía hacer algo.

- ¿Los casos de intoxicación con agrotóxicos se dan en Urabá en un número elevado?

- Lastimosamente, y retomando al inicio de la entrevista, no lo podemos precisar por la falta de diagnóstico. De ahí la importancia de establecer sistemas de vigilancia epidemiológicos, donde se diagnostique y se controle la problemática, demostrar qué producto está incidiendo directamente, no sólo en el trabajador, sino también en toda la comunidad.

- ¿Qué se hace desde el Estado ante esta situación?

El ministerio de Salud y el ministerio de Trabajo, al ver la problemática que existe con las enfermedades profesionales y los accidentes, han instaurado un nuevo sistema de información, donde el médico debe interrogar al trabajador que llega con un cuadro de intoxicación. El objetivo es que la administradora de riesgos profesionales y/o la empresa promotora de salud (EPS) correspondiente, haga una investigación de campo. Es obligatorio que en la atención de urgencia hayan médicos especialistas, para que realicen el diagnóstico y se encamine al trabajador. Pero esto no sucede, los hospitales de este país están en una situación terrible y, entonces, al trabajador se le dice: "...que vete pa' allá, que coje pa' acá, que vea a su promotora de salud...", y al final el pobre no tiene claro qué hacer.

¡Mira lo que voy a decir!, lo mejor sería que el trabajador llegara con una intoxicación aguda, porque así el médico sabría que le pasó o lo sabría el trabajador. Creo que es peor, ese trabajador que llega con mareos, con debilidad, con cefaleas o problemas en la piel, es decir, una intoxicación crónica que ni él ni el médico saben cómo se originó. Al final, y es lo triste, muchas personas se mueren y no se sabe por qué. Por ello lo digo, tanto en los talleres o en las conferencias, que lo menos malo es que ocurra una intoxicación aguda y que llegue el trabajador a la urgencia sabiendo que estaba aplicando tal agrotóxico. ¿Pero qué sucede? En los casos de la intoxicación crónica, que representan un altísimo porcentaje, la sintomatología no es clara y el trabajador fallece sin que se conozca la causa de su muerte. En esa situación no actúa ni el médico, ni la empresa, ni el sindicato para cambiar ese estado de cosas.

- En esos siete años en el Hospital de Apartadó, ¿llegaste a presenciar muchos casos de gente intoxicada?

- Muchos, porque además de ser médico del hospital, era médico del Centro de Atención Ambulatorio de Apartadó. Lamentablemente, además de los casos de intoxicación de carácter laboral, últimamente se viene registrando un creciente número de personas que utilizan los agrotóxicos para suicidarse; sobre todo en la población joven.

- ¿Algún agrotóxico en especial?

- Para el suicidio el Gramoxone (Paraquat). Muchos saben que ello supone una muerte lenta, horrible, pero igual lo hacen.

- ¿Qué conclusiones preliminares extraes del trabajo que has iniciado en el Departamento del Huila?

- Aunque la producción es diferente, en el Huila hay muchos problemas, donde también allí la agricultura supone convivir en un estado de riesgo permanente. Estamos hablando de una zona de campesinos con serios problemas económicos, y por ser más baratos compran agrotóxicos provenientes del mercado negro, es decir, productos sin rótulo, seguramente prohibidos en otras partes del mundo. Y he sabido de cosas increíbles: desde el campesino que utiliza los recipientes de agrotóxicos para usos domésticos, como la ingesta de agua y campesinos que le roban los agrotóxicos a otros. Por ello, hay quienes duermen con el agrotóxico al lado de la cama para que no se los roben...

 

Autor:

Gerardo Iglesias

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