AGROTOXICOS

 

 

 México

Los efectos dañinos permanecen en el ambiente hasta 600 años

 

 

Pese a que en México ya está prohibido el uso de plaguicidas elaborados con Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), los efectos de aquellos que se emplearon en los años 40 y 50 para la siembra y el cultivo de algodón, arroz, piña, sorgo, caña de azúcar y maíz, aún permanecen en el ambiente y se manifiestan en problemas a la salud como el acné, la propensión al cáncer y los trastornos hormonales.

 

Según el informe de Greenpeace México sobre la situación de los compuestos organoclorados, el uso de insecticidas, herbicidas, bactericidas, plaguicidas y otros productos fabricados para erradicar animales no deseados, pueden dejar sedimentos que permanecen en el ambiente hasta 600 años, como en el caso del Mitrex.

 

Desechos de estos COP, puntualiza, se han encontrado en habitantes de Chiapas, Veracruz, Campeche y Tamaulipas, quienes los han integrado a su organismo al consumir alimentos como leche materna, grasa y suero de vaca contaminados.

 

De los 12 COP detectados como altamente dañinos a la salud, agrega, hay tres que sirven para la elaboración de plaguicidas, insecticidas y herbicidas como Aldrin, Endrin, Dieldrin, DDT, Clordano, Toxafeno, Heptacloro, Hexaclorobenceno y el antes señalado Mirex.

 

Las autoridades sanitarias advierten que el uso de estos compuestos pueden causar en seres humanos, dependiendo de la cantidad que se encuentre en el organismo, el cloracné o acné, producido por cloro, mayor propensión al cáncer, desórdenes hormonales, como la masculinización de las hembras –calcificación deficiente y maduración sexual precoz– y la feminización de los machos.

 

A estos compuestos también se vinculan abortos no provocados, leucemia, daños al hígado, a los riñones, a los pulmones, a la tiroides y al sistema nervioso central, así como trastornos cognitivos del aprendizaje y anomalías congénitas.

 

Greenpeace subraya que esos contaminantes están presentes en prácticamente todo organismo vivo del planeta, porque se ingieren en uno de los ciclos de la cadena alimenticia.

 

En tanto, la Secretaría de la Salud indica que en México desde hace dos años se prohibió el uso de DDT, último de los pesticidas utilizado por dicha dependencia para combatir el paludismo, pero Greenpeace indica que este tóxico provocó en los años 40 y 50 la muerte por intoxicación de más de 24 mil personas y daños a la salud en 2 mil 400 millones de individuos.

 

Además, puntualiza que el 12 de septiembre de 2000, la empresa encargada de producir este compuesto informó de la fuga de 60 toneladas, que afectó a 500 personas y contaminó cuerpos de agua, lo cual obligó a cerrar la empresa y a prohibir por completo su uso, aunque fuese con fines sanitarios.

 

Agrega Greenpeace que se detectó Aldrin en la costa del Pacífico chiapaneco y en lagunas del estado, además de heptacloro y epóxido.

 

En alimentos como la leche y la carne se ha encontrado concentraciones de heptacloro y hexaclorobenceno, en Veracruz, en 47% de las muestras de carne que se examinaron en aquella entidad.

 

En mantequilla, analizadas en 1999 por la Universidad de Exeter, Inglaterra, tres muestras provenientes de Guanajuato y Jalisco arrojaron contenidos de COP.

 

Greenpeace REFiere también el estudio de la doctora Blanca Ordoñes quien detectó la presencia de organiclorados en la leche materna de 620 mujeres de la Ciudad de México y constató que una alta proporción de la población acumula estas sustancias en su organismo.

 

En el Valle del Yuqui hubo mujeres con aldrin, endrin, dieldrin y heptacloro en la leche materna y en sangre del cordón umbilical, que provocó en sus hijos problemas cognoscitivos y de coordinación en los movimientos del cuerpo.

 

Pero, también advierte que se han registrado altos niveles de plaguicidas organoclorados en áreas semiencerradas en lagunas del país y en la costa del Pacífico de Chiapas se descubrieron sedimentos de heptacloro y epóxido que fueron utilizados en los cultivos de algodón, producción que fue eliminada en 1986.

 

El Golfo de México es la región más afectada porque residuos de estos compuestos se han detectado en las desembocaduras del río Mississippi, en Estados Unidos y en los ríos Bravo y Pánuco han encontrado insecticidas y funguicidas; entre los ríos Tuxpan y Coatzacoalcos había funguicidas, herbicidas, insecticidas y plaguicidas, y en el sureste herbicidas y plaguicidas. En todos prevalecía el DDT.

 

  

Ligia O. Bazán

EL HERALDO (México)

24 de enero de 2002

 

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