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¡El ALCA es un verdadero suicidio!
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"Si el Brasil se
decidiese hoy por la adhesión al Área de Libre Comercio de las
América (ALCA) cometería un verdadero suicidio". La afirmación no
surge de la izquierda. Proviene de un representante de las cámaras
empresariales brasileñas: Nicolau Jeha, vice-presidente de la
Federación de Industrias del Estado de Sao Paul, se pronunció así el
14 de junio. En su opinión, mejor sería dar paso a un pacto con toda
América Latina. Sobran razones para no intentar un acuerdo de libre
comercio con los EEUU, que sigue lucrando de la división y debilidad
de sus vecinos... un motivo de reflexión para toda América, en
particular para los países menores a los cuales, con ALCA o sin
ALCA, se les impone la agenda de la transnacionalización
capitalista, que no necesariamente se origina en una sola ubicación
geográfica, aunque para la región aflora con particular fuerza desde
Washington.
Por el lado
comercial, con el ALCA se completaría una apertura cada vez más
desigual. Mientras el discurso neoliberal habla de libre comercio,
los EEUU refuerzan su proteccionismo: la salvaguardia para las
importaciones del acero o el incremento de los subsidios a la
agricultura, hablan por sí solos. La "libertad" es la muletilla del
más fuerte, tanto como la "igualdad de derechos", inexistente por
cierto. Y aún en el caso de que se avanzase en una senda de
igualdad, ésta, al ser intentada a partir de desigualdades enormes,
solo beneficiará al más fuerte.
El ALCA ofrece a
las empresas extranjeras crecientes beneficios a costa de
regulaciones sociales y ambientales, afectando aún la integridad de
los gobiernos locales y municipales. Con la introducción de un
esquema de arbitraje comercial, en donde solo las empresas privadas
podrán reclamar si creen que sus derechos son conculcados por alguna
decisión gubernamental, se hará flecos la soberanía judicial de cada
país. Esta también es una amenaza real. Basta mirar la experiencia
del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, EEUU y México; tratado
que inspira el ALCA. Los reclamos planteados son múltiples, aún en
contra del Estado norteamericano. Para muestra un caso: la empresa
estadounidense Ethyl Corp reclamó al gobierno canadiense por
"expropiación indirecta", al prohibírsele importar un aditivo para
la gasolina: el MMT; producto calificado por la Agencia Ambiental de
los EEUU como riesgoso para la salud y el ambiente; los canadienses,
cuando vieron que iban a perder el arbitraje, acordaron pagar 13
millones de dólares a dicha corporación y se comprometieron a
publicar un comunicado señalando que el MMT no es peligroso para la
salud y el ambiente... al menos en Canadá.
Estos casos
constituyen claras advertencias de lo que se aproxima. Nicolau Jeha
reclama, con razón, que "no podemos ceder más en nuestra soberanía.
Es preciso decir basta. Tenemos que defender a nuestros
agricultores, trabajadores, industriales y clase media". Y para
lograrlo, el único camino es una alianza internacional que frene al
ALCA, para procesar entre pares una integración solidaria y la
equitativa.
Autor:
Alberto Acosta
Diario Hoy.
Ecuador, 3 de julio de 2002
Acuerdo LA INSIGNIA - Rel-UITA
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