Nicaragua
“Parmalat nos asfixia” Todo un barrio recurre a Procuraduría del Medio Ambiente
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Humos nocivos de las chimeneas los invade en la madrugada, mientras el cauce vecino se llena de aguas servidas y hediondas
Gerente tecnológico promete una solución en noviembre y alega que todas las operaciones cuentan con permiso ambiental
Lo irremediable: Les cierran toda la calle a los habitantes “por razones de seguridad”
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Los vecinos de los Barrios Selim Shible y Santa Clara de Managua, mantienen una lucha cerrada contra un grupo poderoso. El gigante lácteo Parmalat estaría afectando un cauce cercano a la zona residencial, mientras los habitantes esperan una respuesta del Ministerio del Ambiente (Marena) y de Salud (Minsa) por una denuncia enviada a la Procuraduría del Medio Ambiente. De acuerdo con los vecinos, el humo de las chimeneas es denso y oscuro e invade sus viviendas, provocándoles no sólo afectaciones e irritación en ojos y garganta, sino también asfixia a los niños y niñas. Pero no es la única afectación. Cada tres años, los vecinos deben cambiar las láminas de zinc de sus techos porque se corroen.
“Más de una vez hemos tenido que salir de nuestras casas para evitar asfixiarnos, pues el humo lo dejan salir por lo general en las madrugadas cuando dormimos y los fines de semana. Especialmente los sábados y madrugadas del domingo, aquí parece como niebla la que cubre la carretera, y es el humo que ellos liberan”, afirmó el señor Augusto Canales Aguilar, quien tiene como prueba una cinta de video.
RÍO DE LECHE
Los vecinos del barrio Santa Clara, por su parte, dicen estar cansados de soportar el hedor de las aguas blancas con residuos de leche, que colman un cauce de aguas pluviales durante todo el año. “El hedor es insoportable aunque es menor durante el invierno, porque la lluvia se encarga de arrastrar las aguas podridas hasta el lago, pero en verano es insoportable. Las moscas son las invitadas número uno del barrio”, asegura la señora Blanca del Carmen García, habitante del sector.
CONVIVENCIA EN ARMONÍA
Según los vecinos, hace algún tiempo, se enviaron cartas a la gerencia de la empresa solicitando una reunión, tras una respuesta a los problemas que los aquejan. Pero cuando lo consiguieron, la reunión duró apenas diez minutos y la conclusión del empresario que los atendió, fue que sí la empresa les causaba tanta molestia, “que cambiaran de vecindario”. También, aseguran, les dijo que eran inversionistas que dejaban millones de dólares a Nicaragua. “Nuestras familias tienen más de 30 años de ser propietarios de estas casas y lo que esperamos es por lo menos convivencia en armonía, que se respeten nuestros derechos a un ambiente sano y a nuestras propiedades mientras ellos trabajan y continúan invirtiendo”, expresó la señora Claudia Gutiérrez.
UNA DENUNCIA QUE NO CAMINA
Hace más de 20 días, los vecinos decidieron demandar ante la Procuraduría Ambiental a la empresa. Emplazaron a los ministerios de Ambiente y Salud, para que hicieran una revisión que les garantizara que las aguas y el humo no son dañinos para su salud y las de sus familiares. “Nosotros hicimos el trámite, pero la denuncia se ha quedado en la Procuraduría, donde de acuerdo a la ley es recepcionada y remitida posteriormente a las entidades correspondientes, pero no ha caminado, pues en ninguno de los ministerios tienen conocimiento sobre el tema”, expresó Violeta Barberena del área jurídica del Centro de Derecho Ambiental y Promoción para el Desarrollo (Cedaprode).
El caso se encuentra en manos del procurador auxiliar José Luis García, quien prometió a Cedaprode una inspección cerrada, es decir, sin la presencia de los pobladores ni instituciones o de cualquier representante de la sociedad civil.
UN PLAN EN MARCHA
Heinz Liechti, gerente tecnológico de Parmalat, dijo a EL NUEVO DIARIO que la empresa está impulsando -con el apoyo de Marena, Enacal y la Alcaldía de Managua- un Plan Gradual Integral de Reducción de la Contaminación Ambiental de la Industria Láctea. “Cuando nosotros tomamos posesión de la empresa, ésta no cumplía con ninguna regulación. Sabemos que hay problemas, pero estamos en la aplicación del plan y sabemos de acuerdo al Marena que somos una de las pocas empresas de Nicaragua que está cumpliendo con las debidas regulaciones ambientales, pues es parte de la visión de la empresa a nivel mundial”, afirmó Liechti.
Respecto al humo, el doctor Liecthti señalo, que esta emanación sólo ocurre en las mañanas, cuando se echan a andar las calderas y tiene una duración de apenas cinco minutos. “Es como cuando encendemos el motor de un automóvil, sólo al inicio libera humo y estamos por debajo de la normativa. Como químico puedo decirle que el humo de las calderas no provoca corrosión, puesto que no liberamos ácidos que sean catalizadores de la misma, como pasa en las cercanías del volcán Masaya, a causa del ácido clorhídrico y sulfúrico o cerca del mar por el salitre”, dijo el gerente tecnológico.
EN NOVIEMBRE
Respecto a los residuos de leche que llegan al cauce en el Barrio Santa Clara, Liechti dijo que Parmalat le paga a Enacal la colocación de una tubería conectada a las aguas negras para acabar con el problema, a más tardar a finales de noviembre. “Todas las aguas de la empresa son tratadas por Enacal y van a una tubería que la introduce a una caja de aguas negras, pero reconocemos que esa agua proviene del lavado y se escurre por el cauce de aguas pluviales. Sabemos que huele mal y por eso se realizará el trabajo para evitar molestias, pero podemos garantizar que no son tóxicas”, añadió.
EL PARQUEO
Otra queja de los vecinos de Parmalat, es que la empresa “se ha adueñado” de la calle, ubicando letreros que prohíben parquearse frente a sus casas. “Más de una vez nos ha tocado llamar a la Policía para que controlen a los vigilantes que le caen a uno como gavilanes, cuando mueve los letreros para parquearse frente a su casa”, dijo la señora Claudia Gutiérrez.
Los vecinos dijeron también que sus visitas deben parquear los carros lejos de las casas, para evitar pasar un mal rato con los vigilantes que nunca les han dicho nada a los conductores de camiones de la empresa que dejan sus carros frente a las casas de los vecinos, cortándoles el acceso a sacar sus carros de los garajes, y hacen escándalos en la madrugada. “La calle no les pertenece. Si son una empresa seria, deberían construirle un parqueo y una plazoleta a sus trabajadores que hacen ruido y se orinan a la orilla de nuestras puertas”, externaron.
La gerente de recursos humanos de Parmalat, Norma Medina argumentó que la prohibición a los vecinos es por razones de seguridad, y que dicha disposición fue tomada con autorización de la Alcaldía de Managua y la Policía Nacional. EL NUEVO DIARIO se comunicó con la encargada del departamento de urbanismo del Distrito Cuatro, María Teresa Rocha, quien dijo desconocer esa situación y se comprometió a enviar inspectores.
En la delegación policial del mismo distrito, negaron la existencia de algún permiso de este tipo para dicha empresa, y a su vez conmino a los vecinos perjudicados a enviar cartas al distrito para tomar medidas.
Maria Haydee Brenes Flores
EL NUEVO DIARIO
pubicado el 17 de octubre de 2003
5 de noviembre de 2003
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